sábado, 24 de septiembre de 2011

Viviendo en Santidad


Porque escrito está: Sed santos porque yo soy Santo. 1 Pedro 1:16

Cierto día saliendo de una clase, me encontré a dos amigas en el claustro de la escuela, las encontré  riéndose y hablando de cosas que habían pasado, de momentos chuscos, una hablaba y otra reía, me llamó la atención y me quedé al lado de ellas para quizás unirme a su plática, era ya tarde y tenía 2 horas libres así que no me perjudicaba.

Estábamos ya en la plática y de pronto empezamos a hablar de temas espirituales (mis dos amigas son cristianas) una mencionó que ella no quiere ser “santa” eso me hizo entender que ella no sabía muy bien lo que significa la palabra santidad, no la juzgué, pero le hice ver que realmente la santidad no es algo aburrido, más bien es algo que debemos anhelar tener. ¿Por qué anhelar tener? La biblia menciona que sin santidad nadie verá al Señor. ¿Quieres algún día ver a tu Salvador? A Dios le encanta que sus hijos vivan en santidad.

Una vez salvos y lavados por medio de la sangre de Cristo, nuestra meta es buscar la santidad y rectitud, porque en vano sería que Cristo nos haya limpiado y no dejemos de practicar las obras carnales que hacíamos antes. Cuando nosotros vivimos en Cristo y pecamos (cosa que no debe de ser) los pecados que cometemos están siendo justificados por la sangre del Cordero, pero esto no quiere decir que como ya está justificado mi pecado lo vuelva a hacer una y otra vez ¡¡NO!! (Entonces qué chiste tendría todo lo que Cristo hizo) Nosotros sabemos que si cometemos pecado alguno viviendo en Cristo tenemos la libertad de arrodillarnos y pedir perdón y JAMÁS VOLVER A COMETERLO, acuérdate que somos propiedad de Dios, y por lo tanto esto dicta que somos NUEVAS CRIATURAS.

La santidad no significa que vivamos en una montaña a las afueras de la ciudad, lejos de la civilización como una vez leí, más bien la santidad significa que vivamos en una vida apartada para nuestro Dios, nosotros ya salvos tenemos que tener la mirada puesta en llegar a ser como nuestro Salvador cuando vivió en la tierra.

Él es nuestro mejor ejemplo porque aunque estaba en este mundo no hacía las cosas de este mundo, más bien Él siempre guardó su vida en Santidad por lo tanto nunca conoció pecado alguno. Siempre caminaba en rectitud e iba en una vida de constante crecimiento y perseverancia, porque sabía que esta vida es simplemente algo vano que va a pasar, más el Reino de Dios jamás se acabará.

Punto de reflexión:

¿Qué esperas para empezar a vivir en santidad?
¿Qué esperas para empezar a crecer en la palabra de Dios?

No hay comentarios:

Publicar un comentario