sábado, 30 de junio de 2012

Miopía Espiritual


Por la mañana, cuando el criado del hombre de Dios se levantó para salir, vio que un ejército con caballos y carros de combate rodeaba la ciudad. -¡Ay, mi señor! -exclamó el criado- ¿Qué vamos a hacer?. -No tengas miedo -respondió Eliseo-. Los que están con nosotros son más que ellos. Entonces Eliseo oró: “Señor, ábrele los ojos para que vea.” El Señor así lo hizo, y el criado vio que la colina estaba llena de caballos y de carros de fuego alrededor de Eliseo. (2 Reyes 6:15-17)

Médicamente la Miopía es un error en el enfoque visual, que provoca dificultad en ver las cosas que están distantes, es decir, hace que se vean borrosas. Es una discapacidad operable y muy común hoy en día. Pero Dios me mostró que la Miopía, también es muy común en el ámbito espiritual y también es “operable”.

El siervo de Eliseo es un claro ejemplo de lo que es la miopía espiritual. Él veía muy bien los carros y caballos que venían a atacarlos, pero no veía los que estaban para defenderlos. Hay veces, que como este criado, vemos las promesas de Dios borrosas o lejos, y dudamos de que Dios nos protegerá.

Vemos los problemas como cosas difíciles de superar, pero no vemos que Mayor es el que está con nosotros que el que está en el mundo. “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo.” (1 Juan 4:4) Esto nos sucede a muchos de nosotros y nos seguirá sucediendo, pero tranquilo, es operable.

¿Cómo llegué a tener Miopía Espiritual? Porque tu fe se ha debilitado, has cesado de orar como antes, has dejado de leer la Biblia con la misma frecuencia o te has alejado de Dios por alguna decepción humana. ¿Estoy en lo cierto? Desde que nos fallan, nos traicionan, o lidiamos aquí en la Tierra con un problema muy grande, nuestra miopía comienza a ganar terreno y vemos a Dios borroso, distante.

¿Tiene solución? Sí, claro. Primero debes reconocer que padeces esto ante Dios. Debes ir en la intimidad con Él  y decirle “Señor, sé que he dudado de ti, sé que por momentos veo todo borroso, pero abre mis ojos como al siervo de Eliseo y hazme ver que tú siempre me proteges. Señor, te creo, tú eres mayor que todo lo que pueda sucederme.”

La oración es el principio a la cura de tu discapacidad espiritual. “Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá. Si le dijeran a esta montaña: “Quítate de aquí y échate en el mar”, así sucedería. Sólo deben creer que ya está hecho lo que han pedido.” (Marcos 11:23-24) Es todo cuestión de fe, perseverancia y dedicación hermanos y hermanas. Debemos volvernos a Dios.

Debemos volver a enfocar nuestros ojos espirituales en Sus problemas, y no en lo que nos sucede a nosotros. “Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.” (2 Corintios 4:18)

¿Quieres ver a gente que ha tenido Miopía Espiritual y se sanó? Aquí te nombro algunos de ellos:

Abel confió en Dios, y por eso… (Hebreos 11:4)

Henoc confió en Dios y, por eso… (Hebreos 11:5)

Noé confió en Dios y, por eso… (Hebreos 11:7)

Abraham confió en Dios, y por eso… (Hebreos 11:8)

Isaac confió en Dios, y por eso… (Hebreos 11:20)

Jacob confió en Dios y, por eso… (Hebreos 11:21)

José confió en Dios y, por eso… (Hebreos 11:22)

Los padres de Moisés confiaron en Dios y, por eso… (Hebreos 11:23)

Moisés confió en Dios y, por eso… (Hebreos 11:24)

Los israelitas confiaron en Dios, y por eso… (Hebreos 11:29)

¿Qué más les puedo decir? No me alcanzaría el tiempo para hablarles de la confianza en Dios de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, de Samuel y de los profetas. (Hebreos 11:32)

Dios espera de nosotros la misma fe que esos hombres y aún más. Reemplaza el nombre de todos esos hombres por el tuyo, y te aseguro que luego del “y por eso…” Dios escribirá grandes bendiciones para tu vida. Créele a Él y a nadie más que Él. Con este devocional, le pido a Dios que como al siervo de Eliseo, Dios te permita ver lo que no has estado viendo. Recuerda que si Dios es con nosotros, ¿¡Quién contra nosotros?!


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viernes, 29 de junio de 2012

¿Somos o no somos?


“Misericordia y verdad no te desamparen; átalas a tu cuello, escríbelas en la tabla de tu corazón.” (Proverbios 3:3)

Es lamentable cómo siendo hijos de Dios prometemos y prometemos y no cumplimos. Este día no quiero que mis palabras sean bonitas o que lo escrito acá se lea elegante. Este día te dejaré una serie de versículos bíblicos en los cuales debemos meditar y darnos cuenta que cuando nosotros somos irresponsables, impuntuales, mentimos o cualquier situación similar; no somos nosotros, como humanos, los que quedamos mal, es el nombre de nuestro Dios.

“Siendo manifiesto que sois carta de Cristo redactada por nosotros, no escrita con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de corazones humanos”. (2 Corintios 3:3)

Ya no avergoncemos el nombre de Dios con nuestras malas actitudes, es momento de definirnos qué somos, a quién seguimos, a quién le creemos, etc. Ya no podemos seguir diciendo que somos cristianos y seguir viviendo como que no lo somos. Podrás decir “Es que soy humano y siempre me voy a equivocar”, sí, eres humano, pero eso no justifica que cometamos errores.

También, puedes decir “Mi carne es débil, entonces qué pesa más ¿El poder de Dios en tu vida? O ¿Tu naturaleza humana? Somos humanos e imperfectos, muy cierto. Pero, eso no justifica nada. Ante Dios no hay excusas, nos equivocamos porque no estamos leyendo la Biblia y no estamos orando. En pocas palabras nuestra comunión con Dios es escasa, si es que existe.

No quiere decir que no nos vamos a equivocar cuando nuestra comunión con Dios comienza a mejorar, pero sí nos equivocamos menos y de eso no hay duda.

“Llegaste apenas ayer, ¿y he de hacer que vagues hoy con nosotros mientras yo voy por donde quiera ir? Regresa y haz volver a tus hermanos, y que sean contigo la misericordia y la verdad.”  (2 Samuel 15:20)

“Porque guirnalda de gracia son para tu cabeza, y collares para tu cuello.” (Proverbios 1:9)

“Átalos de continuo en tu corazón, enlázalos a tu cuello.” (Proverbios 6:21)

“Grabad, pues, estas mis palabras en vuestro corazón y en vuestra alma; atadlas como una señal a vuestra mano, y serán por insignias entre vuestros ojos.”  (Deuteronomio 11:18)

“¿No se perderán los que traman el mal?; pero misericordia y verdad recibirán los que planean el bien.” (Proverbios 14:22)

“Lámpara es a mis pies tu palabra, y luz para mi camino.”  (Salmos 119:5)

“Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones.” (2 Pedro 1:19)

“Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción.” (Proverbios 6:23)

No podemos decirnos hijos de Dios y desconocer lo que Su palabra manda. No podemos decirnos hijos de Dios y no hablar con él. Mis hermanos, es tiempo de definirnos, ya no podemos seguir jugando a ser cristiano y seguir viviendo como que no somos. ¿Cristianos carnales? Eso es como decir que Satanás tiene arranques de santidad, es completamente ilógico. ¿Somos hijos de Dios o no somos hijos de Dios?

Si la palabra de Dios ha tocado tu corazón, es momento que le entregues tu vida a Dios. Que declares con tu boca y creas en tu corazón que Jesús es tu Señor. Pídele perdón por tus pecados, arrepiéntete de cada uno de ellos y confiésalo como tu salvador a Jesús.

Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla. Dios te bendiga.


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jueves, 28 de junio de 2012

¡Decidir por lo mejor!


Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes que lleguen los días malos y vengan los años en que digas: “No encuentro en ellos placer alguno”. (Eclesiastés 12:1)

En la vida tomamos muchas decisiones, como qué comer o qué vestir, pero existen otras que tienen mucha más importancia, como saber cuál es la voluntad de Dios para nuestra vida.

Él, en Su palabra, nos ha dado principios básicos para saber qué es lo que quiere que hagamos. Por ejemplo en 1 Pedro 2:15 dice: “Porque ésta es la voluntad de Dios: que practicando el bien, hagan callar la ignorancia de los insensatos”. En 1 Tesalonicenses 4:3 leemos: “La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual”. Y en 1 Tesalonicenses 5:18 dice: “Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es su voluntad para ustedes en Cristo Jesús”.

Si seguimos estos principios y hacemos lo que el Señor quiere que hagamos en verdad, podemos confiar en que Él estará con nosotros, todos los días.

Muchas cosas son tentadoras pero no gratificantes a largo plazo, no son nada duraderas.

Eclesiastés nos habla de que Dios debe estar siempre presente en nuestras vidas, y de recordar que la juventud es un don maravilloso. Un tiempo perfecto para someternos a Él.

Tenemos que ser conscientes ahora de que las cosas que hacemos no las realizamos para nosotros mismos, sino para agradar a Dios con todas ellas.

Algunas personas llegan a vivir ochenta años pero hacen muy poco, otras pueden vivir poco pero le entregan su voluntad a Dios, y eso hace que tengan una vida maravillosa.

No hay mejor decisión que hacer la voluntad del que lo sabe todo, Dios.

¿De que manera permites que Dios te use?

El que te da fuerzas, la sabiduría para agradarle, es Dios. Pídele ayuda, que él te ayude a entender cuál es su voluntad en tu vida para cuando llegues a la vejez seas capaz de decir: “Tengo en mis días contentamiento.”


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miércoles, 27 de junio de 2012

Cuánto vale lo que damos


Un día, Jesús estaba en el templo, y se sentó frente a las cajas de las ofrendas. Allí veía cómo la gente echaba dinero en ellas. Mucha gente rica echaba grandes cantidades de dinero. En eso llegó una viuda pobre, y echó en una de las cajas dos moneditas de poquísimo valor. Entonces Jesús dijo a sus discípulos: “Les aseguro que esta viuda pobre dio más que todos los ricos. Porque todos ellos dieron de lo que les sobraba, pero ella, que es tan pobre, dio todo lo que tenía para vivir.” (Marcos 12:41-44)

No se trata del valor del objeto, sino del valor del gesto.

Hay historias tan conocidas de la Biblia, que hacen que otras pasen desapercibidas. Hoy quiero que esta historia la entendamos y la apliquemos a nuestras vidas.

Otra versión del versículo de allí arriba, en donde dice “dio todo lo que tenía para vivir”, dice “dio todo su sustento”. ¡Cuánto nos cuesta darle todo a Dios! Hay cristianos que se jactan del diezmo o la ofrenda que dan, mientras que hay otros que creen que las iglesias estafan. ¿Qué es lo que la Biblia dice? Lee el versículo de allí arriba y entiéndelo bien. Ya desde la época de Jesús se ofrendaba. Pero para Jesús el dinero no era lo principal, sino el cómo valoraban el ofrendar.

En el antiguo testamento vemos grandes pastores ofrendando las primeras ovejas al nacer, otros las primeras vacas, otros el primer dinero que ganaban. ¿Y nosotros qué damos? Lo que nos sobra. Nunca damos lo primero, nunca damos lo mejor a Dios. Nos cuesta tanto lo material, que se nos olvida que lo tenemos por la Gracia de Dios.

Yo no quiero hablarte específicamente del diezmo o de la ofrenda, sino del gesto de dar. La Biblia afirma que Dios ama al dador que da con alegría, que mucho mayor es dar que recibir, que todo lo que demos a los demás será como si se lo diéramos a Jesús. Pero ¿Lo entendemos? Quizás no es dinero lo que Dios te está pidiendo hoy. Pero Él te está pidiendo que estés dispuesto a dar.

Dar atención a alguien, dar compañía, dar oídos, dar confianza, dar perdón, dar abrazos, dar consejos, pero DA. Escucha a Dios, lee la palabra de Dios, pregúntale qué es aquello que no estás dando. ¿Será el diezmo? ¿La ofrenda? ¿Te cuesta? Pregúntale a Dios si a Él le costó dar su hijo en la cruz. ¿Será que debes pedir perdón a alguien? Pregúntale a Dios si a Él le costó perdonarnos por medio del sacrificio de Cristo.

Lee en Gálatas 1:4 : “Jesucristo DIO…”. Cada vez que te cueste dar algo, recuerda a Cristo y da, da, da, no dejes de dar. El corazón de Dios nos da todo. Fuimos creados a su imagen y semejanza, sabes que en tu corazón, hay un deseo de dar, pero cuesta. Claro que te dolerá, pero Dios multiplicará todo lo que des. Entrégale todo tu sustento hoy a Dios.


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martes, 26 de junio de 2012

Silencio, espera en Dios


“No te vengarás, ni guardarás rencor a los hijos de tu pueblo; mas amarás a tu prójimo como a ti mismo. Yo soy el SEÑOR” (Levítico 19:18)

Hay versículos que muchas veces los pasamos por alto o queremos que se nos olvide que están en la Biblia.

La Biblia se debe vivir a plenitud. Cuando estudiamos la Biblia, nos damos cuenta que hay muchas cosas, en nuestra vida, que no agradan a Dios. Pero deliberadamente las seguimos practicando sin ponernos a pensar que estamos avergonzando a Dios.

Al momento de hacer cosas “sin pensar” porque estamos enojados o con cualquier sentimiento que afecta nuestro pensar, avergonzamos a Dios. No somos nosotros los que nos vemos afectados, es nuestro Dios el que queda por los suelos por culpa de nuestra poca comunión con Él.

Quiero que vayamos entendiendo que nuestras malas reacciones, nuestros malos pensamientos, nuestras malas actitudes., se ven incrementadas cuando nuestra comunión con Dios es pobre. Si bien es cierto, perfectos no vamos a poder ser nunca, pero sí nos podemos equivocar menos día con día.

Dios no está buscando corazones perfectos, está buscando corazones que se dejen moldear por Su voluntad. Esa voluntad que es Justa, Santa y Perfecta. Es cierto que muchas veces habrá momentos que puedas derramar lágrimas, te podrás preocupar y hasta llorar: pero la voluntad de Dios siempre es y será perfecta.

Dios siempre busca lo mejor para nosotros, Dios siempre busca que nosotros le demos la gloria a Él con nuestra vida. Nosotros no somos dignos de creernos que por nuestras virtudes hemos logrado alguna meta en nuestra vida. Todo lo que logramos, lo logramos por la infinita gracia de nuestro Dios.

¿Qué tiene que ver el versículo de la lectura con la voluntad de Dios? ¡Tiene que ver en todo! En ese versículo tienes la voluntad de Dios para la convivencia en tu ministerio, trabajo, con tus amigos y tu familia.

Lamentablemente, lo primero que hacemos es ir a tomar justicia por nuestras propias manos cuando tenemos algún problema. Con ello, creamos más problemas, hacemos más grande el que ya tenemos, etc., cuando la voluntad de Dios es que se lo entregues todo a Él. ¿Tienes que quedarte callado? ¡Sí! Deja que la justicia de Dios obre, no vayas a tomar justicia por tus manos. La justicia de Dios es perfecta, nuestra justicia es irracional cuando estamos molestos y aunque no estemos molestos, nuestra justicia nunca será perfecta.

Ora a Dios que Él haga su voluntad. Espera en Él. Habla con Dios y que sea Él quien tome el control de todo.

Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla. Dios te bendiga.

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lunes, 25 de junio de 2012

¡Tiempo de cambios!


El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor. No sostiene para siempre su querella ni guarda rencor eternamente. No nos trata conforme a nuestros pecados ni nos paga según nuestras maldades. Tan grande es su amor por los que le temen como alto es el cielo sobre la tierra. Tan lejos de nosotros echó nuestras transgresiones como lejos del oriente está el occidente. Tan compasivo es el SEÑOR con los que le temen como lo es un padre con sus hijos. Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro. (Salmos 103:8-14)

Es tiempo que le demos un verdadero significado al amor de Dios por nosotros. Es cierto que Él entregó a Su hijo por nosotros aunque no lo mereciéramos, pero hagamos que su sacrificio haya valido la pena. Veo cristianos que en su interior creen que Cristo no los ha perdonado, se acuestan en la noche pensando en sus errores del pasado y en qué hacer para reponerlos cuando Cristo YA los ha perdonado. Una cosa es humillarnos ante Dios y otra muy distinta es vivir humillados por nuestra vida pasada.

El Señor conoce nuestra condición, y sabe que somos de barro. Sabe cuántas veces, cuándo y cómo le fallarás. Cuando permitió que clavaran a Jesús, tú ni existías, es decir que el sacrificio fue por tus pecados en un futuro. Dios te ha perdonado TODO, lo que has hecho ya y lo que no has hecho aún. Es por eso que no podemos vivir más con una mente de esclavo, sino de hijos del Rey.

Dios no es nuestro amo, es nuestro Papá. Él no quiere obediencia porque nos paga dinero para obedecerle, Él quiere que aprendamos a hacerlo por amor. Tenemos que darle a nuestro Señor todo nuestro corazón y entender que no hay nada que Él no sepa de ti.

El versículo de allí arriba es quizás uno de mis favoritos. Hay días en los que me pongo a pensar en mi pasado, sí, seguro tú también. Pero ya no vivo de él, cuando pienso en mi pasado sólo es para darle las GRACIAS a Dios de sacarme de allí, no para torturarme nuevamente y no sentirme digna de perdón.

Dios no guarda rencor, no se enoja fácilmente, no nos paga con la misma moneda, nos tiene paciencia, nos perdona, y no sólo eso, sino que OLVIDA. Si Dios ha olvidado aquello que tú no puedes olvidar, es tiempo que trabajes en ello.

Somos de barro, sí. Pero elijamos ser una vasija preciosa y única en manos de Dios, no podemos sentirnos menos si somos Sus hijos. No creamos que somos el lodo que se queda en la suela de las zapatillas luego de un día de lluvia, ¡No! Somos vasijas especiales, tesoros, hermosos ante Sus ojos. No permitas que ya nada te haga sentir menos.

De todos modos, cuidado. No quiero decir con esto que seamos orgullosos o egocéntricos, pero sí quiero diferencies “humillarte ante Dios” de “vivir humillado”. Humillarte ante Dios significa rendir nuestros sueños, nuestros anhelos, nuestros deseos, nuestro corazón ante Él. Es darle el Señorío de nuestras vidas. Pero vivir humillado, es sentirte un perdedor de la mano de Cristo; creyendo que no mereces tanto amor, que no eres digno, que no tienes futuro debido a tu pasado. ¡Cambia tu mentalidad!

Sólo los valientes arrebatan el Reino de los Cielos. Los valientes leen la Biblia y se humillan ante Dios reconociendo sus errores; los cobardes, viven de sus errores una y otra vez, y no hacen valer el sacrificio de Cristo. Los valientes y humillados, arrebatarán el Reino de Dios. Ellos, serán ganadores y victoriosos en Dios. ¿Tú a cuál equipo perteneces?


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domingo, 24 de junio de 2012

¿Lleno de ti o lleno de Él?


Él debe tener cada vez más importancia, y yo tenerla menos. (Juan 3:30)

El Espíritu Santo no puede llenar a quien está lleno de sí mismo.

Renunciar a nosotros mismos es quizás uno de los pasos difíciles para vivir una vida cristiana correcta. Hacer la Voluntad de Dios por sobre la nuestra cuesta. Antes creíamos que si actuábamos en base de nuestros principios o nuestras ideas, llegaríamos a donde nosotros quisiéramos llegar. Y que en cambio, si seguíamos los pasos de Dios, no sabríamos a dónde íbamos ya que Sus planes para nosotros Él solo los sabría.

Pero cuando aceptaste a Cristo tuviste que haber cambiado esa mentalidad. Ahora sabemos que si actuamos por nuestra propia prudencia, eso no nos llevará a ningún lugar. En cambio, si nos rendimos ante Dios y dejamos que Él actúe en nuestras vidas, llegaremos a lugares de paz, con victoria y descansados. “Confía en el Señor de todo corazón, y no en tu propia inteligencia”. (Proverbios 3:5)

Pero ¿Será que aún nos cuesta entender esto? ¿Será por eso que las cosas nos salen mal? ¿Será que seguimos llenos de nosotros mismos? Sí, leíste bien, llenos de nosotros mismos. Dios no puede llenar con su Espíritu Santo a quien está lleno de sí mismo.

Dios no actuará en alguien que dice “Yo puedo hacerlo…” antes de “Mi Dios puede hacerlo…”; Dios no bendecirá a alguien que dice “Yo sé lo que hago…” en vez de decir “Sé lo que mi Dios hace…”. No seamos más egoístas, debemos de vaciarnos totalmente de nosotros para llenarnos de Cristo.

Una vez me dijeron que “el cristianismo me lavó el cerebro”. Quizás quisieron decir que Cristo lavó mis pecados y que por eso decidí entregarme a Él, pero no entendí bien. Entiende bien, renunciar a nosotros mismos, no significa renunciar a nuestro cerebro. Dios te ha dado libertad de elegir. Se trata de cambiar nuestros planes por los Suyos.

El mejor trueque o intercambio que he hecho en mi vida fue Mis pecados por Su misericordia. Ahora bien, te dejaré algunos pasos para que puedas terminar de vaciarte de ti mismo y busques más la voluntad de Dios:

1. Reconoce a Dios: “Quédense quietos, reconozcan que yo soy Dios”. (Salmos 46:10). Quédate quieto, tómate un minuto para reflexionar. ¿Le estás dando la autoridad a Dios para que actúe en tu vida? O ¿Le estás poniendo límites para hacer lo que tú quieras y en segundo lugar poner su voluntad? Piénsalo bien, reconoce que Dios es Dios y que jamás haría algo para dañarte.

2. Déjate moldear: “Yo fui y me encontré al alfarero haciendo en el torno vasijas de barro. Cada vez que una vasija se le dañaba, volvía a hacer otra, hasta que la nueva vasija quedaba como él quería”. (Jeremías 18:3-4) Dios nos moldeará hasta que quedemos como Él quiere, no como nosotros queramos. Entiende que Sus planes son perfectos y que no hay detalle que quede fuera de atención. Cada parte de Sus propósitos para contigo fueron meditados desde antes que nacieras. Aquella relación, aquel trabajo, aquella amistad, aquella traición, aquel familiar, aquella situación de enfermedad o financiera, todo aquello que te esté haciendo daño, tiene un propósito, debes dejarte moldear por Dios entregándole todas tus preocupaciones. Cada grieta que tú tengas, Él con barro nuevo las sanará.

3. Pon tus ojos en la meta y no en la línea de partida: Hermanos, yo sé muy bien que todavía no he alcanzado la meta; pero he decidido no fijarme en lo que ya he recorrido, sino que ahora me concentro en lo que me falta por recorrer”. (Filipenses 3:13) No te ates a tu pasado, déjalo ir. Si vives pensando en los errores que has cometido, jamás podrás vaciarte por completo. No pienses en la línea de partida, no veas lo que has recorrido ni cuánto has tropezado, pon tus ojos en Jesús. Mira e imagina el futuro maravilloso que puedes tener a Su lado. Déjate llenar por Él.

Es tiempo de vaciarnos y entregarnos por completo al Dador de vida. Déjate moldear y conocerás las bendiciones que Dios te ha estado guardando. Es tu momento, confía en el Señor, Él no te dejará solo.


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sábado, 23 de junio de 2012

Viviendo con mi Padre


Jesús también les dijo: “Un hombre tenía dos hijos. Un día, el hijo más joven le dijo a su padre: “Papá, dame la parte de tu propiedad que me toca como herencia.” Entonces el padre repartió la herencia entre sus dos hijos. A los pocos días, el hijo menor vendió lo que su padre le había dado y se fue lejos, a otro país. Allá se dedicó a darse gusto, haciendo lo malo y gastando todo el dinero. Ya se había quedado sin nada, cuando comenzó a faltar la comida en aquel país, y el joven empezó a pasar hambre. Entonces buscó trabajo, y el hombre que lo empleó lo mandó a cuidar cerdos en su finca. Al joven le daban ganas de comer aunque fuera la comida con que alimentaban a los cerdos, pero nadie se la daba. Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre. Volveré a mi casa, y apenas llegue, le diré a mi padre que me he portado muy mal con Dios y con él. Le diré que no merezco ser su hijo, pero que me dé empleo, y que me trate como a cualquiera de sus trabajadores.” Entonces regresó a la casa de su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre corrió hacia él lleno de amor, y lo recibió con abrazos y besos. El joven empezó a decirle: “¡Papá, me he portado muy mal contra Dios y contra ti! ¡Ya no merezco ser tu hijo!” Pero antes de que el muchacho terminara de hablar, el padre llamó a los sirvientes y les dijo: “¡Pronto! Traigan la mejor ropa y vístanlo. Pónganle un anillo, y también sandalias. ¡Maten el ternero más gordo y hagamos una gran fiesta, porque mi hijo ha regresado! Es como si hubiera muerto, y ha vuelto a vivir. Se había perdido y lo hemos encontrado.” Y comenzó la fiesta.” (Lucas 15: 11-24)

“Me levantaré e iré casa de mi padre”. El mundo actual está confundido, lo agobian muchos factores, principalmente el económico, la crisis mundial quiere confundir; pero Tú necesitas saber que tienes una casa y un Padre.

No te dejes engañar, tienes que estar listo siempre para no perder tu lugar de Hijo. La imagen en la sociedad está muy desgastada y perdida ya que hemos tenido malos ejemplos y conceptos erróneos de lo que es un Padre y también el concepto erróneo de lo que es ser un hijo. El enemigo ha tomado lugar para robarte la identidad de Hijo y robarte lo que te pertenece a ti a través de la sangre de Cristo.

Muchos hemos, como hijos, más de alguna vez manejado una herencia ya sean bienes materiales y aún nuestra propia vida y, como ésta historia, no lo hemos hecho bien. La hemos malgastado, a veces creemos que todo está perdido pero no es así, podemos volver en sí y empezar de nuevo y saber que tenemos Padre y casa.

Volvamos arrepentidos a casa y tengamos una buena actitud. “Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.” (Lucas 15:17)

El Padre no mira nada de lo malo que hemos hecho, no mira los errores, lo que mira es nuestro corazón, nuestra actitud, nuestro arrepentimiento; porque si hay arrepentimiento verdadero, alcanzamos misericordia. Él quiere sólo ver que vuelvas a la casa a buscarlo. Él no te condena, Él te ama, pero necesita que cambies el rumbo de tu vida y tomes la decisión correcta. Muchas veces podemos pensar que no tenemos NI DÓNDE CAER MUERTOS, pero este día te digo que TIENES UNA CASA Y UN PADRE QUE TE AMA.

Así como estamos de sucios, nos recibe el Padre.

Dios aunque te ve de lejos, sabe que eres Tú y te reconoce y se alegra de que estés vivo. Él te pone nuevas vestiduras, anillo y sandalias, te recibe y te hace fiesta. Continúa hacia adelante, tienes una casa y un Padre.

Hay un dicho en el mundo que dice: PADRE NO ES EL QUE ENGENDRA SINO EL QUE CRÍA. Pero este día te digo que: PADRE ES AQUEL QUE TE FORMÓ EN EL VIENTRE DE TU MADRE, QUE TE DIO SOPLO DE VIDA, QUE TE FORMÓ TAL COMO ERES A SU IMAGEN Y SEMEJANZA, QUE TE DIO PROPÓSITO, DESTINO, QUE TE AMA, QUE TE LIBERTA, QUE TE ESTÁ ESPERANDO Y SU NOMBRE ES JESÚS DE NAZARETH.

Muchos de nosotros crecimos sin tener a nuestro Padre a nuestro lado y algunos sufrimos el rechazo de nuestra propia familia porque muchas veces quieren que seamos diferentes. Pero Dios nos ama tal y como somos, y nunca entenderemos cómo actúa Dios como Padre. Él es soberano, Él sabe como hace las cosas y tiene el control de todo, decide vivir hoy con Él.


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viernes, 22 de junio de 2012

Vidas honestas


¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día.  Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos, pues me guían constantemente. (Salmos 119:97-98)

¿No les ha pasado que hay momentos en los cuáles se quedan en blanco sin saber qué hacer, para dónde caminar, qué responder o cómo hablar?

En nuestra vida habrán momentos duros, habrán momentos en los cuales nuestra vida se sienta en un callejón sin salida, que sólo veamos una pared hacia arriba que no podemos escalar. También habrán momentos que nuestro corazón se sienta lejos de la presencia de Dios y por ende nos sintamos los más inmundos y sucios pecadores.

No podemos negar que pecamos, no podemos negar que aún tenemos luchas de hace años atrás. No podemos decir que no nos equivocamos. Si mostramos esa imagen a las personas, verán a un Dios imposible de alcanzar.

Nuestro corazón debe ser honesto, primero, delante de Dios y confesar todos nuestros pecados. Luego, nuestra vida debe ser un reflejo de esa intimidad con Dios, para que en lo público lo que las personas vean sea esa gracia de Dios en nuestro diario vivir.

Cuando nosotros entendemos la gracia de Dios, nos damos cuenta que el egocentrismo no puede formar parte de un hijo de Dios. Si tú eres líder de una iglesia multitudinaria, eso no te hace mejor hijo de Dios que alguien que sea líder de cinco personas. Cuando nosotros actuamos altivamente, lo que estamos mostrando es que nuestras fuerzas, nuestras capacidades, nuestras virtudes y nuestra inteligencia son las que hacen posible todo lo que tenemos.

Las personas lo que deben ver no son tus virtudes, las personas deben ver a Jesús en tu vida. Deben ver lo que Jesús ha hecho en ti y en mí. No podemos jactarnos de lo que tenemos, debemos darle toda la gloria a Dios por lo que logramos en nuestra vida, por absolutamente todo.

Lo que las personas deben ver, es a un humano imperfecto, pero arrepentido que se deleita en los mandamientos de su Dios. Dios es el que hará que tu rostro, que tu vida, que tus sentimientos, que tu pensamiento y que todo cambie.

No pienses que tus capacidades son las que te han hecho lo que ahora tienes. La gracia y la misericordia de Dios han hecho que logres lo que tienes. Debes deleitarte en la palabra de Dios. Debes gozar la palabra de Dios, vivir la palabra de Dios, estudiarla de día y de noche. Si luchas por agradar a Dios en todos tus caminos, luchas por hacer Su voluntad, luchas por tener una comunión constante, en pocas palabras, vives en santidad, Dios te respaldará y te dará por gracia y por misericordia. Él nunca te dará por tus obras, Él te dará por gracia y por misericordia. Estudia la Biblia, cree la Biblia y vive la Biblia. Dios te bendiga.

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jueves, 21 de junio de 2012

Vivo para adorarte


Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado. (Salmos 18:1-3)

En la prueba alaba, en medio del dolor alaba, en medio de los problemas alaba, en medio de la enfermedad alaba, en medio de la deuda alaba, en medio de cualquier adversidad y circunstancia en tu vida, Alaba al Señor, porque él es digno de ser alabado. Toda la Gloria, la alabanza y la honra, son para Él.

No le des a tu problema o a tu prueba tu mayor tiempo; dale tu tiempo a Dios. Vivir en adoración no es solamente cantarle a Dios, es una vida de oración, comunión con Él. Es más que eso, una RELACIÓN genuina y diaria con el padre. Que nuestro problema no sea lo más importante, sino Dios.

Vive para adorarle, aún en medio de una fuerte tormenta en tu vida, camina con tu Padre Dios, pídele que Él te haga descansar.

Sabemos acerca de hombres de la fe en la Biblia y suponemos que fue tan fácil que dejaran sus privilegios, que entregaran sacrificios, así como Abraham con Isaac, cuando el mismo Dios le dijo a Abraham que entregará a su hijo, él no se negó, obedeció. Quizá hoy tú tengas que dejar de ver tv, y leer más la Biblia, o quizás debas entregarle a Dios la dificultad que tengas, y recostarte sobre Él, descansar en Él.

Debemos de vivir en obediencia, esa es la parte más importante de la adoración, al igual que la oración y la relación con Dios. Él no quiere ratitos de nosotros, él quiere más que un ratito. Muchas veces perdemos grandes oportunidades e incluso de escucharle, por el hecho de no entrar a Su presencia y no hablarle. Él nos quiere escuchar. Dios es un Padre amoroso, que quiere escuchar a sus hijos. Aún y a pesar de cómo somos, Él se alegra.

¿Cómo puedo adorarlo entonces? No solamente en medio de la prueba, sino también en medio de este mundo en el cual estamos, demostrarle al mundo que con Cristo las cosas son posibles si creemos, si obedecemos, y si tenemos una relación con Él diariamente.

Adorar no solamente es cantar canciones, es vivir tu vida al máximo entregado a Él. Es vivir demostrando que podemos en Dios; porque sólo Dios basta para ser triunfadores y victoriosos.

No te dejes engañar por el enemigo, tú puedes y tienes el derecho de entrar a su presencia. Los hijos de Dios tenemos el derecho, y tenemos la autoridad de cerrarle los caminos al enemigo. Él siempre ha querido que nos alejemos de Dios, a como dé lugar, pero no lo permitas. Tú eres un hijo de Dios, que tu casa, que tu familia, que tus amigos, que todo lo que emprendas en la vida, sea un reflejo de Su gloria. No le des lugar a nada negativo, vive para adorar a Dios, porque sólo Él merece ser alabado.


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miércoles, 20 de junio de 2012

¿Estás aFErrado a tu FE?


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1 RV1960)

Estoy segura que si existieran los Oscars bíblicos, este versículo estaría ternado en “más leídos, pero menos entendidos”. ¿Por qué “no entendidos”? Porque la fe no funciona por tiempos, la fe no es momentánea; no hemos entendido que este versículo bíblico nos enseña el modo de vida que debemos llevar: “Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.” (Hebreos 11:1 TLA)

La fe en Dios es algo inexplicable. No es decir “Sí, creo en Dios”, sino “Sí, LE creo A Dios”. Es levantarte cada mañana, con la seguridad de que uno va a recibir lo que Dios nos ha prometido. Es creer que sus bendiciones, sus soluciones, sus abrazos, sus recompensas, sus regaños incluso, serán para nuestro bien, para perfeccionarnos como hijos de Él que somos.

Debemos aferrarnos a nuestra fe. En los éxitos la fe nos mantendrá humildes, y en los fracasos nos mantendrá esperanzados. En los momentos difíciles secará nuestras lágrimas, y en nuestras risas nos ayudará a contagiar a nuestro prójimo. La fe, la confianza en Dios, ese amor por el Creador, es a lo que debemos aferrarnos.

Nuestra vida cristiana se basa en la FE. “¿Qué afirma entonces? “La palabra está cerca de ti; la tienes en la boca y en el corazón.” Ésta es la palabra de fe que predicamos: que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo.” (Romanos 10:8-9)

Si no viviéramos por fe, y sí por vista, estaríamos totalmente cegados. Porque la mente humana tiene límites, pero la de Dios no. Si en verdad llevamos al Espíritu Santo en nosotros, creeremos todas y cada una de las historias de la Biblia. Hay cristianos que creen la mitad de la Biblia, sí creen que Jesús caminó sobre las aguas, pero no que Moisés abrió en dos el mar. Eso no es cristianismo verdadero, ya que la Biblia afirma que predicamos “palabra de FE”.

Esto es para ustedes motivo de gran alegría, a pesar de que hasta ahora han tenido que sufrir diversas pruebas por un tiempo. El oro, aunque perecedero, se acrisola al fuego. Así también la fe de ustedes, que vale mucho más que el oro, al ser acrisolada por las pruebas demostrará que es digna de aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo se revele. Ustedes lo aman a pesar de no haberlo visto; y aunque no lo ven ahora, creen en él y se alegran con un gozo indescriptible y glorioso, pues están obteniendo la meta de su fe, que es su salvación.” (1 Pedro 1:6-9) Nuestra fe es más valiosa que el oro, más valiosa que nuestro cuerpo; es aquella que nos muestra aprobados ante el Señor Jesús. Creerle a Dios es honrarlo. Y, como dice este versículo, la meta de la fe, es la Salvación misma.

Sé que te cuesta muchas veces creerle a Dios. Han herido tus sentimientos, te han traicionado tus emociones, han hablado mentiras sobre ti o te han dicho mentiras en la cara y cuando las descubriste fuiste decepcionado. Has llorado por familiares, por inconversos, por sanidades, por las pruebas que Dios te pone. Pero no te has detenido a pensar qué es lo que te hace falta realmente: Un momento con Dios. Un momento para que Él renueve tu fe, renueve tu motivo de vivir, renueve tus esperanzas.

En consecuencia, ya que hemos sido justificados mediante la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. También por medio de él, y mediante la fe, tenemos acceso a esta gracia en la cual nos mantenemos firmes. Así que nos regocijamos en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. Y no sólo en esto, sino también en nuestros sufrimientos, porque sabemos que el sufrimiento produce perseverancia; la perseverancia, entereza de carácter; la entereza de carácter, esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha derramado su amor en nuestro corazón por el Espíritu Santo que nos ha dado.” (Romanos 5:1-5)

Al vivir en fe, por fe y para fe, tendremos paz en nuestro corazón. La fe es la llave secreta de acceso a la gracia y misericordia de Dios. La fe es el número de teléfono privado de Dios, por medio del cual Él nos bendice, nos reanima y nos fortalece. La fe, nos da esperanza. Y la esperanza, nunca nos defrauda. ¿Por qué? Porque Dios ha derramado su amor en ti. Aférrate a tu FE. Ya no llores, no lo mereces, Dios te ha creado para ser feliz.


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martes, 19 de junio de 2012

Basta de excusas


La gente arruina su vida por su propia necedad, y después se enoja con el Señor. (Proverbios 19:3)

Si les comentara la cantidad de veces que escucho decir “Dios no me escucha”, “Dios no me responde”, “Dios no me dio dirección”, “No tengo nada claro”, “No sé qué hacer” etc., creo que no termino de contar.

Es lamentable cómo los hijos de Dios nos enojamos con nuestro Dios. No comprendo cómo un hijo de Dios puede decir que está enojado con Dios. La verdad es que hemos perdido el temor de Dios.

Hacemos lo que queremos, vivimos como queremos porque no tenemos temor de Dios. No conocemos a Dios, sólo hemos escuchado hablar de Dios. Si pecas y no te arrepientes de tus pecados, no eres salvo. ¿Cómo? Sí, así como lo escuchas. Tu corazón, si eres salvo, no se puede deleitar en el pecado, puesto que Dios odia el pecado.

Lamentablemente ahora se predica un evangelio diluido “para que las personas no se vayan de las iglesias” ¡Momento! ¿Dónde dice en la Biblia que tenemos que predicar lo que la gente dice? La Biblia es muy clara al decir qué es lo que tenemos que predicar. Si les predicamos a las ovejas lo que ellas quieren, no estamos edificando a la iglesia. A las ovejas se les predica como Dios manda.

El texto que hemos leído es muy claro, no cambiamos porque no queremos entregar nuestra vida a Dios, no cambiamos porque no queremos dejar eso que tanto nos gusta y sabemos que a Dios no le agrada. Pero, no queremos cambiar porque no le creemos a Dios. Si le creyésemos a Dios, nuestra vida no estaría colmada de tanto pecado. ¿Quiere decir que puedo ser perfecto? ¡No! Pero, sí te puedes equivocar menos, de eso no hay duda. ¿Cómo me equivoco menos? Ora y estudia la Biblia todos los días.

No podemos decir ser hijos de Dios y no orar ni leer la Biblia. Si no oramos y no leemos la Biblia ¿A quién conocemos? ¿La voluntad de quién hacemos? Tu respuesta puede ser que haces lo que escuchas de tu pastor, mi querido hermano eso se llama idolatría ¿El qué? ¡Sí! Si antepones las palabras de cualquier hombre a la palabra de Dios, eso se llama idolatría. No estoy diciendo que no seas obediente a tu líder, claro que sí, debes serlo. Pero tu vida se debe regir por lo que la palabra de Dios enseña.

Los hijos de Dios no necesitamos más libros de autoayuda, ni consejería basada en inteligencia humana, si es que son inteligentes. Los hijos de Dios necesitamos tener una verdadera comunión con Dios. Hablar con nuestro Padre en la intimidad, crecer en intimidad con Dios, estudiar Su palabra todos los días de nuestra vida. La Biblia lo dice muy claro en el Salmo 119:105 “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino”.

Y así tenemos la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en prestar atención como a una lámpara que brilla en el lugar oscuro, hasta que el día despunte y el lucero de la mañana aparezca en vuestros corazones.” (2 Pedro 1:19) No mis hermanos, los hijos de Dios no necesitamos palabras basadas en inteligencia humana, necesitamos la palabra de Dios.

La Biblia no es un libro de metáforas. Si te pierdes es porque ignoras la palabra de Dios. Si te pierdes es porque tu comunión con Dios es pobre. Si no te dan ganas de ir a la iglesia, orar, leer la Biblia, te aburre la iglesia, te da sueño orar, etc., es porque tu comunión con Dios es nula. “Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza luz, y camino de vida las reprensiones de la instrucción” (Proverbios 6:23)

Estudia la Biblia, cree la Biblia y vive la Biblia. Dios te bendiga.

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