domingo, 18 de septiembre de 2011

¡Echa tu red!



Una vez Jesús estaba a la orilla del Lago de Galilea, y la gente se amontonó alrededor de él para escuchar el mensaje de Dios. Jesús vio dos barcas en la playa. Estaban vacías porque los pescadores estaban lavando sus redes. Una de esas barcas era de Simón Pedro. Jesús subió a ella y le pidió a Pedro que la alejara un poco de la orilla. Luego se sentó en la barca, y desde allí comenzó a enseñar a la gente. Cuando Jesús terminó de enseñarles, le dijo a Pedro: - Lleva la barca a la parte honda del lago, y lanza las redes para pescar. Pedro respondió: - Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada. Pero, si tú lo mandas, voy a echar las redes. Hicieron lo que Jesús les dijo, y fueron tantos los pescados que recogieron, que las redes estaban a punto de romperse. Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca, para que fueran enseguida a ayudarlos. Eran tantos los pescados que, entre todos, llenaron las dos barcas. Y las barcas estaban a punto de hundirse. Lucas 5:1-7

Era medianoche, en medio de la oscuridad del lago, Pedro tiraba una y otra vez la red. Primer intento, no consiguió ni un pez. 1am, Pedro sigue intentando tirar la red con la ayuda de otros pescadores, y nada. 3am ya estado inmerso en la más oscura noche, Pedro seguía intentando conseguir un pez y no sacaba más que plantas o algas imagino. ¿Cómo no iba a pescar algo? ¡Pf, claro, él era un pescador profesional! ¿Cómo no iba a seguir intentando pescar algo? Y así pasó la noche, intentando, trabajando duro, y nada.

Llegada la mañana, ya cansados de una dura noche de trabajo sin éxito, deciden regresar a la playa, a la orilla del lago y lavar sus redes. Imagino que de tanto intentar, se les deben de haber llenado las redes de plantas, tierra o barro. Y allí estaban, Pedro le prestó su barca a Jesús para que Él predicara desde allí a la gente que estaba reunida. Lo que no esperaba Pedro, era que su Maestro le dijera: “Lanza las redes para pescar”. ¿Acaso no sabía Jesús mismo, si era hijo del Todopoderoso, que Pedro había estado toda la noche intentándolo? ¿Acaso lo estaba tomando por tonto a Pedro?

Pedro no entendía, sin embargo obedeció a Jesús. De todos modos, aunque Pedro sabía que Jesús ya estaba enterado del fracaso que había tenido pescando la noche anterior, Pedro se animó a explicarle a Jesús: “Maestro, toda la noche estuvimos trabajando muy duro y no pescamos nada”. Yo imagino a Pedro diciendo “Otra vez…Si ya lo he intentado y fracasé, no entiendo por qué debo volver a intentarlo”. Pero fíjate lo que sucedió. Pedro le dijo a Jesús: “PERO, SI TÚ LO MANDAS, VOY A ECHAR LAS REDES”.

Cuenta la biblia que fueron tantos los peces que sacaron, que necesitaron ayuda de otros pescadores y otra barca más para poder llevarlos hasta la orilla. Cientos y cientos de peces habían en el lugar donde Pedro y los demás pescadores habían estado trabajando duro toda la noche. ¿Acaso los peces se reprodujeron de un día para el otro? ¿Acaso Pedro había hecho algo mal la noche anterior? ¿Acaso Jesús hizo aparecer tantos peces? ¿Acaso quiso hacer pasar por loco a Pedro? Déjame explicarte y lo aplicaré a tu propia vida.

Lo has intentado ya. Una y otra vez has intentado lograr lo que más anhelas y has fracasado. Tú mismo te dices: “Soy un hijo de Dios, claro que no dejaré de intentarlo, sé que lo voy a lograr”. Has trabajado duro por aquello, Dios más que nadie lo sabe créeme, Dios sabe cuánto te has esforzado por conseguirlo.

Pero llegó un momento, un día, que como Pedro, llevaste tu barca hasta la orilla y dejaste de intentarlo. Y éste es el secreto, tú no lograste lo que esperabas ni recibiste las bendiciones que buscabas sólo por una cosa: Porque aún no era el momento. Dios te estaba preparando, quería que lo intentaras, no para que te sientas fracasado, sino para que entiendas que todo es a Su tiempo.

Hoy Dios te dice: Vuelve a intentarlo, echa tu red. ¿Fracasaste o no lograste cumplir algo? Vuelve a intentarlo, ahora estás listo. Ve y pesca tus bendiciones. Ve y pesca tus éxitos. Ve y pesca todo aquello que te han quitado. Serás tan pero tan bendecido, que necesitarás más de dos barcas para recoger lo que Dios te dará. Espera en Él, este es el momento, si antes fallaste es porque Él te estaba preparando, vuelve a intentarlo. “Otra vez…Si ya lo he intentado y fracasé, no entiendo por qué debo volver a intentarlo”. Sólo un consejo, antes de darle excusas al Rey de reyes, haz lo que Él te dice: ¡Echa tu red!

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