viernes, 28 de junio de 2013

Esto también pasará










“…y Sucederá…” (Génesis 4:14)

Los primeros pasajes del libro de Génesis podemos ver una Palabra profética acerca de que sucederían cosas. 

En el cumplimiento de La Biblia, la expresión “y sucederá” se una cientos de veces en la Palabra, en la versión en inglés King James Versión, por ejemplo, en Génesis 39 KJV, que nos describe algunas de las experiencias de José en Egipto, adonde fue vendido como esclavo y llegó a ser segundo en autoridad en toda la nación, la frase “y sucedió” aparece ochenta veces. En Apocalipsis, habla de …cosas que deben suceder pronto (Apocalipsis 1:1)
Esto debería de decirnos que en esta vida todo lo que existe ahora, o existirá en el futuro, no es permanente, sino temporal.

La buena noticia es que, no importa cuán difícil sea nuestra situación o panorama actual, Dios nos asegura en Su Palabra: Esto también pasará.

La vida es un proceso continuo en el cual todos estamos cambiando constantemente. Si podemos asirnos de una verdad, la Palabra nos ayudará a atravesar los tiempos difíciles en que nos encontramos. También nos respaldará y ayudará a no aferrarnos demasiado a los buenos tiempos, pensando en: Si perdiera todo esto, no podría seguir.

Dios quiere que disfrutemos de la vida que Él nos ha dado, no sólo la meta, sino también el viaje mismo.

jueves, 27 de junio de 2013

Orgullo vs Humildad










Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, Y da gracia a los humildes. Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. (1 Pedro 5:5-7)

En estos pasajes podemos ver qué importante es la humildad para nuestro Dios. 

Cuando se está lleno de orgullo, y haciendo las cosas como nosotros creemos correctas sin escuchar a Dios, vamos a terminar enredados en situaciones que nos darán un resultado de ansiedad y estrés.

La razón de Dios para pedirnos que hagamos las cosas de manera en que Él nos pide,  no son para quitarnos algo, o hacernos sentir mal, Él trata de prepararnos para la bendición. O quizá trata de protegernos de cosas que desconocemos. 

Debemos siempre estar alerta contra el orgullo, pues nos impedirá experimentar paz y gozo en nuestra vida.

Santiago nos dice, que el Señor nos da más y más gracia- poder del Espíritu Santo- para vencer todas nuestras tendencias pecaminosas. 

En el mismo pasaje continúa diciendo Pedro exactamente lo mismo en su primera carta a los creyentes: …Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes (Santiago 4:6) Santiago nos insta, como lo hizo Pedro: Humillaos delante del Señor, y Él os exaltará (v.10).

La gracia de Dios la recibimos cuando nos humillamos, y cuando echamos toda nuestras cargas a Él, confiando en que Él se encargara de ellas como prometió en Su Palabra.

Las personas orgullosas no hacen eso, porque creen que pueden manejar todo por si solos, sólo los que son humildes realmente lo harán, porque saben que no pueden encargarse de todo: Solamente Dios puede.

martes, 25 de junio de 2013

¡Apártate y déjaselo a Dios!









Absteneos de toda especie de mal. Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará. (1 Tesalonicenses 5:22-24)

Dios en este pasaje da la instrucción para encontrar paz y gozo; apartarte de la conducta equivocada y permitir que Él mismo nos santifique, nos preserve, nos complete, nos guarde y nos consagre.

Estos pasajes son el llamado que Dios nos hace a una determinada clase de vida apartada para Él. También son nuestra garantía de que no somos nosotros quienes producimos esta vida, sino Él mismo, en quien confiamos y podemos acudir absolutamente para que haga la obra en nosotros y por nosotros.

¿Cuál es nuestra parte entonces? ¿Cuál es la obra que nosotros debemos hacer? ¿Qué requiere Dios de nosotros? 

Nuestra parte es Creerle y no tirar la toalla. Nuestra obra es confiar en el Señor, y en medio de esto buscarle. Su requerimiento es que nos apartemos y lo dejemos a Él obrar.


lunes, 24 de junio de 2013

Escuchando la voz de Dios










Cuando abres la Palabra de Dios, Él abre su boca. Sin embargo, un error en el que podemos caer los que servimos en algún ministerio de la iglesia es solo leer La Biblia para “sacar” de ella algo que compartir con los que están bajo nuestro liderazgo, o a fin de “tener listo el sermón que nos toca dar”. Es algo que realmente ha pasado de mí y a muchos de mis amigos y consiervos en el ministerio.

Dios se revela a sí mismo en las escrituras, pero si solo la usamos para el “trabajo en la obra del Señor” y no para nuestra devoción, nos perderemos la esencia de la Palabra: Jesucristo.

El apóstol Pablo en una de sus últimas cartas le recuerda al discípulo que Dios quiere enseñare, reprenderlo, corregirlo e instruirlo, además de darle “Sabiduría necesaria para la salvación” (2 Timoteo 3:14-17) Dios quiere hacer lo mismo contigo y conmigo.

Por eso hoy te invito a que, en tus tiempos a solas con Dios, lo busques y le digas directamente: “Dios, ¿Qué me quieres enseñar el día de hoy? ¿Por qué debo ser reprendido en este día? ¿En qué me corregirás hoy como el amoroso Padre que eres? ¿En qué me instruirás, Dios?”. Y experimentamos totalmente algo muy poderoso cuando le hacemos preguntas de corazón a nuestro Dios, pues cuando clamamos, él responde. Por lo tanto:

Aparta un tiempo a solas con Dios: podemos orar y leer La Biblia en cualquier lugar, pero el hecho de cerrar la puerta en tu habitación y estar a solas con tu Rey y amigo puede cambiar toda la perspectiva de tu día.

Ora La Palabra de rodillas: el mejor hábito que puedes desarrollar es orar la Palabra. Pídele a Dios que te enseñe, reprenda, corrija e instruya.

Usa un cuaderno para escribir lo que Dios te diga: dios nos habla todos los días, pero el problemas muchas veces es que no prestamos atención. Y aún al escucharlo, puedes olvidarte de lo que te indique si no lo escribes.

Aplica e interpreta lo que Dios te diga: el discípulo de Jesús no solo almacena conocimiento, sino que actúa según ese conocimiento por amor a Dios.

Comparte La Palabra con amigos cercanos: al hacer esto podrás ser inspirado e inspirar a tus cercanos con respecto a lo que Dios está hablando.

Enamórate de Jesús cada día más: No te enamores del estudio de la Palabra, enamórate del que vino a dar su Vida por Amor y para darnos vida eterna.

sábado, 22 de junio de 2013

¿Y tus frutos?









No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6:7)

 

Me he dado cuenta que en lo que llevo de ser creyente, y también pastor de jóvenes, que hoy en día todos quieren: Ministerios, discípulos, ovejas, inclusive dinero y fama; viajes, Etc. 

Muchos jóvenes hoy se quieren levantar, a predicarle a multitudes, y otros por pretender que saben demasiado de Biblia, ya sus mentes están confundidas al pensar que se les lleno mucho la mente de sabiduría que quieren explotarla.

Pues todo tiene su tiempo, así mismo lo dice La Palabra, y a veces ese tiempo es no predicar a multitudes, no misiones, no ministerios, sino más intimidad con Dios. 

Bien dice Su Palabra que todo lo que sembramos eso segaremos al tiempo de Dios, pues todo lo que está oculto siempre saldrá a la luz.

Cuando se entrega a medias el trabajo para Dios, no esperes una cosecha codiciable, y abundante, si lo que sembraste fue a medias y lo descuidaste, no obtendrás buenos resultados, Dios nos ha dicho: Todo lo que el hombre siembra, eso cosecha. ¿Quieres bendiciones, y frutos dignos de admirar? Comienza a servirle a Dios en orden, y como para Él y cumple bien con lo que te has comprometido.

Muchos anhelan servir, pero lo suelen hacer a medias, el trabajo de Dios aunque cueste debe ser con excelencia, ¿Queremos ver la Gloria de Dios en nuestra vida? ¿Cielos abiertos? Y sin obediencia, y a medias, no podremos verla. Pues Dios también nos dice que el perezoso nada bueno acarrea. 

No te engañes, si vas a servirle que sea realmente para agradarlo a Él, no para ser notorio tu servicio, ni para que el hombre te vea, eso es lo que menos debe importarte, porque a su tiempo todo lo que siembras eso cosechas. A veces quedan muy cansados muchos de emprender tantos años lo mismo, es simple: Quieren que los hombres los vean y no piensan que es más importante el Padre de los cielos. Y luego terminan frustrados o inclusive cayendo en pecado.

Si quieres frutos dignos de admirar, frutos que realmente la gente diga: Yo quiero lo que Él tiene, yo quiero ser como él, ese hombre, esa mujer es entregada a Dios, entonces comienza a servir bien, a amar a Dios, a hacer las cosas como para Él. Y verás que todo lo que realmente anheles en la voluntad de Dios será hecho.