miércoles, 31 de julio de 2013

¿Obediencia o desobediencia?










Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.” (Romanos 5:19)

El apóstol nos enseña que nuestras elecciones en cuanto a obedecer o no obedecer no sólo nos afectaran a nosotros, sino también a muchas otras personas a nuestro alrededor.

Podemos ver ejemplos en la  Palabra, los israelitas pudieron experimentar  el fruto de la desobediencia luego de su salida de Egipto. Si ellos hubiesen obedecido a Dios, cuanto mejores hubieran sido sus vidas. 

“No endurezcáis vuestros corazones, Como en la provocación, en el día de la tentación en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres; me probaron, Y vieron mis obras cuarenta años.  A causa de lo cual me disgusté contra esa generación, Y dije: Siempre andan vagando en su corazón, Y no han conocido mis caminos.  Por tanto, juré en mi ira: No entrarán en mi reposo.” (Hebreos 3:8-11)

Muchos murieron, y sus hijos igualmente en el desierto. Porque no se quisieron someter a Dios, sus hijos fueron afectados por sus malas decisiones, y así mismo sucede con los nuestros, quizá tú no seas padre, ni madre, pero más de alguien que este leyendo esto lo es, y sabes bien que las consecuencias caen a nuestra vida por las malas decisiones y afectan hasta a nuestros hijos.

Hace unos días, mi hijo me dijo: “Papá, tengo algo que decirte, y quizá puede ser que llores, pero escúchame. He estado pensando en ti y en mamá, y en los años que has dedicado al ministerio, y en todas las veces que elegiste obedecer a Dios y cómo muchas veces no te dio ningún resultado fácil, me doy cuenta papá, que tú has pasado cosas que nadie conoce, quiero que sepas que hoy Dios me hizo tomar conciencia de que me estoy beneficiando muchísimo a causa de tu obediencia y te lo agradezco por completo”.

Lo que mi hijo me dijo significo muchísimo para mí, y me recordó a romanos 5:19 “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno, los muchos serán constituidos justos.”

Cuando decides obedecer a Dios, eso también afecta a los demás. Y cuando tomas la decisión de desobedecer a Dios, eso también les afectará, tu puedes escoger desobedecer a Dios y permanecer en el desierto, pero, por favor, ten en cuenta que si ya tienes hijos o si alguna vez quieres tenerlos, tus decisiones los mantendrán a ellos también en el desierto. 

Nuestros hijos pueden llegar a arreglárselas para salir de allí cuando crezcan, pero puedo asegurarte que pagarán un precio por tu desobediencia. La obediencia es una elección a largo plazo; cierra la puerta del infierno y abre las ventanas del cielo, y tiene el poder de afectar a muchos. Sólo piensa en esto: Por la disposición de Jesús a ser obediente, incontable multitud de personas serán llevadas a la reconciliación con Dios.

Tu vida ahora podría estar mejor si en el pasado hubieras obedecido a Dios. Si hay un ciclo de desobediencia en tu familia, o entre tus amigos, ¿Por qué no lo rompes negándote a ser desobediente? Dile a Dios que quieres obedecerlo y pídele que te ayude, de esa manera, ¡Tú y tus hijos se prepararán para recibir grandes bendiciones!



martes, 30 de julio de 2013

¿Tú de qué lado estás?










“porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.” (1°Corintios 1:18)

Sabemos que nuestra guía para hacer las cosas como a Dios le gustan es la Biblia.
Solo en ella podemos encontrar ese manual que necesitamos para comportarnos como hijos de  Dios. Si queremos agradar a Dios solamente basta con leer su palabra para descubrir de que manera podemos agradarlo y honrarlo.

Pero para muchas personas la palabra de Dios no es tan importante.

Cuando hablamos de la salvación, de la vida de Jesús y su sacrificio muchas personas suelen ignorarlo y si en algunas ocasiones ponen atención siempre tienen una excusa para no creer y buscan mil argumentos para refutar lo que en la palabra de Dios está escrito.
Para nosotros como hijos de Dios conocer de la palabra y aprender de ella es algo maravilloso, porque solo a través de ella podemos entender lo que Dios espera de cada uno de nosotros.

No solamente podemos conocer como debe ser nuestro comportamiento, a través de la palabra también conocemos todos los planes y propósitos que Dios tiene para sus hijos. Por medio de la palabra descubrimos que Dios también tiene muchas promesas que ha dejado escrito que cumplirá en nosotros.

Pero para las personas que se niegan a creer en Dios o en el sacrificio que Cristo hizo en la cruz, todas estas promesas ellos la consideran como una locura.

Piensan que es imposible que solo a través de la fe nosotros podemos obtener salvación y poder disfrutar de una vida eterna de gozo, creen que el servicio a Dios es solamente un fanatismos que como cristianos nos hemos inventado.

Creen que todo lo que hacemos para el servicio a Dios, a la iglesia e incluso para nuestros hermanos es una pérdida de tiempo. Ellos dicen que estamos locos al hacer todas estas cosas sin recibir alguna recompensa física.

Cuando estas personas escuchan hablar de nuestra fe, de esa confianza que hemos depositado en Dios, muchas veces es ocasión de burla para ellos. Dicen que estamos esperando en algo que jamás vaya a llegar a nosotros o que jamás recibiéremos lo que estamos pidiendo.

Ellos se burlan cuando pasamos por tribulaciones y decimos que será nuestro Señor quien va a resolver nuestros problemas.

Para estas personas lo único que cuenta es su propio esfuerzo, no creen que hay alguien superior que tiene todo bajo control para ayudarle a salir de sus dificultades, ellos prefieren buscar esas alternativas a sus problemas a través de su propio esfuerzo, buscan todos los medios posibles para lograr de conseguir lo que ellos quieren; muchas veces sin tener éxito alguno y si logran alcanzar alguno de sus sueños no lo disfrutan ya que han agotado todas sus fuerzas o recursos para conseguirlo y en el camino han perdido muchas cosas valiosas como familia o amigo.

Pero para nosotros la palabra de Dios es poder, ya que en ella encontramos ese consuelo que necesitamos en medio de las adversidades, en la palabra aprendemos que nuestra confianza únicamente debe estar puesta en Dios.  Que solo por medio de ella podemos hacer cosa que parecen imposible para los hombres.

Solo por medio de la palabra podemos conocer todo aquello que Dios tiene para sus hijos. La biblia significa mucho más que poder para nosotros.

“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia” (2Timoteo 3:16)

A través de las escritura nosotros aprendemos cómo comportarnos como hijos de Dios, nos enseña cómo debemos ser nuestro trato con el prójimo y aprendemos también a mantener una buena relación con Dios.

La palabra de Dios nos redarguye porque ahí Dios nos confronta con nuestro pecado y nos muestra que actitudes nuestras van en contra de la voluntad de Dios.

Sabemos que nos podemos tener una respuesta de Dios por medio de una voz audible, pero al leer las Escritura nos damos cuenta que también por medio de esta Dios nos corrige y nos instruye como buen padre.

La Biblia es libro más completo que todo hijo de Dios debe leer, la palabra de Dios no tiene que ser únicamente un “libro” para nosotros, debe ser nuestro manual, la biblia debe ser nuestro devocional diario.

Las Escrituras son poder para todos aquellos que hemos recibido salvación, cada una de las palabras en ellas escritas son fe, confianza, consuelo, apoyo, corrección, etc. Para cada uno de nosotros.

Que no importe si las demás personas creen que estamos locos por hacer de la Biblia un estilo de vida, que no nos importe si nos critican por buscar en la palabra de Dios, consejo y guía para nuestra vida.

Jamás dejemos la palabra de Dios a un lado, en ella podemos ver el poder y grandeza de nuestro Dios y conocer su amor y misericordia para todos sus hijos.
¿Tú de qué lado este de los que se burlan o de los que saben que la palabra de Dios es PODER?

viernes, 26 de julio de 2013

Jesús hace milagros también hoy









Arrojándose a los pies de Jesús le suplicaba que fuera a su casa, porque su única hija, de unos doce años, se estaba muriendo. Lucas 8:41-42 (NVI)

Dios, el hacedor de milagros; un milagro es un acontecimiento asombroso, realizado por Dios, que contradice todo lo que conocen los científicos y los médicos.

Los milagros son una demostración del asombroso poder que Dios tiene sobre todas las cosas. Mucha gente cree que los milagros sólo ocurrían en el tiempo de Jesús, de los apóstoles y de los grandes superhéroes de la fe. Pero no es cierto. Muchas personas que hoy creen en Jesús, hablan también de respuestas asombrosas que Dios les ha concedido en estos tiempos.

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza (tranquilidad). Mateo 8:25-26

Lo más importante que Jesús pedía a la gente era que tuviera fe, esto es, que creyeran que Dios existe y que puede responder a quienes lo buscan. Pero Jesús nos dijo algo mejor todavía: Pídanle a Dios, en mi nombre, y él les responderá (Juan 16:23). Comienza a orar a Dios, en el nombre de Jesús, y él hará grandes cosas en tu vida.

Jesús quiere que nosotros tengamos fe en él, ahora bien ¿qué es fe? Es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, al entender la fe, debemos entender que la fe y la esperanza son cosas diferentes, pero que trabajan juntas para que podamos recibir de Dios, la fe se encuentra en el tiempo presente mientras que la esperanza en el futuro, cuando nosotros pedimos un milagro a Dios, o estamos necesitando ver un milagro en nuestras vidas no basta con solo decir que queremos un milagro en nuestra vida sino tener fe que ese milagro se hará, muchas veces quizás ese milagro demore mucho tiempo, no porque Dios no quiera dártelo o porque sea un Dios malo y que castigue, claro que no, es solo que la fe requiere un tiempo de espera, la fe requiere tiempo, ese tiempo es determinado por Dios, es por eso que no vemos cumplirse tan rápidamente los milagros que pedimos a Dios.

Nuestra fe debe ir creciendo cada día más, sería muy fácil pedirle a Dios que cumpla mi milagro y él de momento lo hiciera, pero debe de haber un tiempo de espera, porque Dios siempre busca el tiempo más adecuado para cumplir sus promesas.

¿Te imaginas si tuvieras que grabar un disco en este momento sin saber cómo se realiza un proyecto de este tipo? Vez, no se puede, porque necesitas una preparación antes de iniciar un proyecto, así lo hace Dios, para darte lo que tú pides, requiere de un proceso primero, como un padre a su hijo le pide buenas calificaciones primero antes de darle lo que el hijo pide y por supuesto si lo que el hijo quiere es algo que le servirá porque Dios como buen padre no nos dará algo que no nos servirá.

La biblia dice que sin FE es imposible agradar a Dios, es por eso que nosotros actuamos por fe, la fe también es un fruto, un fruto que nosotros debemos cosechar día con día en una relación muy íntima con nuestro Padre Celestial, el crecer en decisiones para permanecer fieles y firmes a Dios, es crecer en fe.

¿Qué tiene que ver la fe con un milagro? Mucho, porque para ver un milagro debes tener fe en que eso que tanto deseas y anhelas en tu corazón se cumplirá aunque parezca algo imposible, la fe juega un papel muy importante con ver un milagro, Jesús hizo muchos milagros en su tiempo, sanó a aquella mujer con tan solo tocar su manto, fue por su fe, su fe era tanta, una fe exagerada que hizo el milagro en la vida de aquella mujer.

Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.  Juan 11:44

Jesús hizo grandes milagros como resucitar a un hombre que hacía cuatro días había muerto, es un milagro asombroso, sano a leprosos, cojos, ciegos, sordomudos, Jesús hizo grandes y asombrosos milagros ¿porqué no hacerlo con nosotros? 

Dios tiene algo mejor que una máquina contestadora o la internet, Él te atiende personalmente y a toda hora.

Una de las demostraciones más asombrosas de Dios es que él puede oír las oraciones de millones de personas y responderlas sin faltar ninguna de ellas. ¿Quién no puede confiar en un Dios así? Él te ama y está muy pendiente de suplir necesidades. 

¡Jesús quiere hacer cosas asombrosas en tu vida!

jueves, 25 de julio de 2013

Eres ¡Predestinado!










El siguiente día quiso Jesús ir a Galilea, y halló a Felipe, y le dijo: Sígueme. Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y Pedro. Felipe halló a Natanael, y le dijo: Hemos hallado a aquél de quien escribió Moisés en la ley, así como los profetas: a Jesús, el hijo de José, de Nazaret. Natanael le dijo: ¿De Nazaret puede salir algo de bueno? Le dijo Felipe: Ven y ve.  Cuando Jesús vio a Natanael que se le acercaba, dijo de él: He aquí un verdadero israelita, en quien no hay engaño. Le dijo Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondió Jesús y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi.  Respondió Natanael y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel. (Juan 1:43-49)

Jesús andaba por la ciudad llamando y buscando a sus discípulos, pero de repente encuentra a Felipe y le hace un llamado especial; Felipe impactado por lo que le había sucedido no podía callar lo que estaba viviendo, así que se encuentra con Natanael, su amigo y decide compartirle su testimonio y Natanael movido por la curiosidad y por la duda siguió a Felipe hasta llegar a Jesús.

 Veamos quien era Natanael y como era su vida antes de conocer a Jesús:

1.   Natanael era un hombre desconfiado y disconforme hasta consigo mismo

Era un hombre renuente, muy religioso, conocedor de la ley, un hombre muy parecido a nosotros, un hombre de carácter amargado, de aparente sonrisa fácil, pero muy esquiva alegría, él siempre estaba sonriendo cuando hablaba con la gente, pero tenía largas tristezas y muy pocas alegrías, y era impenetrable, cuáles eran sus necesidades.

Natanael había visto arrugarse su rostro en ansiedades, había visto poblarse su cabeza de canas, en desesperación, había visto hundirse y agotarse su vista en lágrimas y se había endurecido su tierna alma, con tantos golpes de… ¿Por qué? ¿Por qué? ¿Por qué?

De igual manera tú y yo muchas veces nos vemos reflejados en la vida de Natanael, así vivimos a diario, lleno nuestro corazón de tantas cosas que no podemos expresar, de cosas que no entendemos, pero esta noche hay esperanza, tu vida puede tener hoy un encuentro personal con Jesús; Él conoce tus necesidades, tus aflicciones y tu corazón. 

2.   Natanael era un hombre que se refugiaba en la higuera

La higuera, quizás era la única confidente  a veces, su único palenque en el que golpeaba sus desesperaciones, cuántas veces se abrazaba a ella, ¿Por qué no me contestas?, quizás tú, árbol más antiguo que yo, más añoso, en tus requiebros y en tus retorcidas troncas ¡Dime! ¿Dónde está la respuesta? Natanael era un hombre solitario, que estaba perdido en el anonimato, un hombre que ya no tenía las fuerzas ni la esperanza para salir adelante, pero cuando Jesús le dijo que lo había visto en la higuera donde nadie lo veía, donde nadie sabía; esa expresión, transformó a Natanael, cuando estabas debajo de la higuera yo te conocí ¡Allí! ¡Allí! No lo podía ver nadie sino un Jesús que lo amaba, que dio la vida por él, así como por ti y por mí, que nada se le escapa de nuestra vida y que nunca abandona a sus predestinados, nunca deja avergonzado aquel que es su hijo y que tiene un propósito en Cristo.

Cuando creíste que no podías confiar en nadie, cuando creíste que no podías descansar en nadie, ¡Yo estaba allí! Le dijo Jesús ¡Yo te conozco! ¡Sé que eres verdadero! ¡Sé que eres genuino! ¡Tú eres predestinado hasta el fin! Esas fueron las palabras de Jesús y estas mismas palabras hoy son para ti, quizás tú ni entiendas porque estas en ese lugar donde te encuentras, quizá como Natanael tienes una higuera que no quieres dejar, quizás vives en soledad, pero hoy Jesús preparo esta Palabra para ti, para encontrarse contigo de una manera personal, solo basta con que tu creas y hagas en tu vida un lema Sus promesas.

Para Natanael se habían acabado las excusas, los argumentos, las renuncias, estaba rendido su corazón, él le dijo a Jesús: ¡Tú eres mi Dios, mi maestro, tú eres el que esperaba mi alma, tú eres el que responde a mis preguntas, tú eres la quietud de mi desesperación, tú eres la vida de mi agonía, la compañía de mis desconsuelos, de mis tristezas, tú eres el fin de mis penas, tu eres mi amado.

Ha llegado el tiempo que como Natanael, no sigas escondiéndote, es necesario que HOY le rindas tu vida y tu corazón totalmente a Jesús, tú eres un predestinado para cosas maravillosas ¡solo créelo!.