miércoles, 21 de enero de 2015

Nuestro protector









“mis enemigos volvieron atrás; cayeron y parecieron delante de ti.” (Salmos 9:3)

Cuando las personas piensan en el cristianismo o en personas cristianas, lo primero que viene a su mente es que somos personas que no tenemos problemas, que nada se nos complica y que tenemos una vida plena.

En realidad si tenemos una vida plena y feliz; pero no solo por eso vamos a tener una vida sin problemas, el ser hijos de Dios no implica que los problemas se alejen de nosotros.

Siempre vamos a tener ciertas dificultades que superar que nos ayudan a crecer como persona pero sobretodo espiritualmente. La diferencia es que nuestros problemas son más fáciles de superar y asimilar, ya que es Dios a través de su Espíritu que nos ayuda a comprender los propósitos de cada dificultad.

Muchas veces cuando decimos que somos cristianos muchas personas comienza a criticarnos porque formamos parte de una iglesia, porque comenzamos a ver la vida de una forma diferente y ya no compartimos las mismas cosas que antes hacíamos.

Cuando todo esto comienza a suceder, hay en nosotros una lucha interna entre lo que éramos antes y lo que queremos ser ahora en Dios.

Sabemos que como hijos de Dios vamos a pasar por momentos de prueba, muchas veces esas pruebas son problemas con otras personas que nos quieren hacer daño.

Hay personas que no conocen de Dios, que cuando ven que nuestra vida comienza a prosperar gracias a las bendiciones de nuestro Dios, empiezan a poner tropiezos en nuestra vida para que no disfrutemos de las cosas buenas que nuestro Señor nos han dado.

Empezamos a tener problemas en nuestro trabajo porque hay personas que se sienten amenazadas por nuestro buen desempeño, hay compañero de trabajo que tal vez nos quieran poner en mal con nuestro jefe, para que de esa manera recibamos una sanción, incluso en muchas ocasiones hacen lo que sea para implicarnos en algo que las consecuencias sean nuestro despido.

Cuando todo esto llega a nuestra vida debemos permanecer en Dios, la confianza siempre puesta en Él, que esos roces con nuestros colegas en el trabajo pasaran pronto. Pero no solamente cuando trabajamos es que surgen estos problemas que las personas nos quieren dañar. Aun cuando somos jóvenes y que nuestro compañeros de universidad o colegio saben que somos cristianos, nos comienzan a molestar diciéndonos que ahora somos aburrido porque ya vamos a una iglesia.

Creo que esta etapa es una de las más complicadas, ya que cuando somos jóvenes nuestros amigos siempre quieren ir a fiestas, divertirse, salir y conocer gente nueva.

Pienso que es una de las etapas más difíciles porque los jóvenes son más crueles para decir las cosas y cuando algo no les agrada simplemente lo dicen sin que nada mas importe.

Es por eso que cuando muchos de los jóvenes conocen a un muchacho o una muchacha cristiana comienza a hacer malos comentarios acerca de esa persona, comentarios que muchas veces son ofensivos y dañan los sentimientos de esa persona.

Pero Dios a través de su palabra nos recuerda, que todos nuestros enemigos caerán ante Él ya que es Él quien vela por cada uno de sus hijos.

“porque has mantenido mi derecho y mi causa; te has sentado en el trono juzgando con justicia” (Salmos 9:4)

En este versículo nos podemos dar cuenta que es Dios que juzga nuestra causa, Él es quien se encarga, a su tiempo, de que estas personas se alejen de nosotros y también sus constantes amenazas o malos comentarios.

Es maravilloso contar con un padre que siempre está pendiente de nosotros y defendiéndonos en todo momento.

Lo único que debemos hacer es dejar en manos de Él ese problema y poner en sus manos también a las personas que nos quieren dañar y a su momento el dará la solución de ese problema.

“Jehová será refugio del pobre, refugio para el tiempo de angustia. En ti confiaran los que conocen tu nombre, por cuanto tú, oh Jehová desamparaste a los que te buscaron.” (Salmos 9:9-10)

No nos desanimemos cuando veamos que hay personas que nos quieran hacer algún daño, es verdad que es difícil pasar por este tipo de situación, ya que muchas veces estos problemas con las personas quitan nuestra paz porque muchas de sus acciones traen siempre consecuencias y no son solo para afectarnos a nosotros sino que también afectan a nuestra familia o las personas que están a nuestro lado.

No olvidemos que las pruebas son para hacernos crecer espiritualmente, para que nuestra confianza y nuestra fe estén siempre puestas en Dios, que es el que vela por cada uno de nosotros y obra para que todo sea de bendición en nuestra vida.

martes, 20 de enero de 2015

¡BASTA SOLO DE PEDIR!




 Y al entrar en una aldea, le salieron al encuentro diez hombres leprosos, los cuales se pararon de lejos y alzaron la voz, diciendo: ¡Jesús, Maestro, ten misericordia de nosotros! Cuando él los vio, les dijo: Id, mostraos a los sacerdotes. Y aconteció que mientras iban, fueron limpiados. Entonces uno de ellos, viendo que había sido sanado, volvió, glorificando a Dios a gran voz, y se postró rostro en tierra a sus pies, dándole gracias; y éste era samaritano. (Lucas 17:12-16)


Todos en algún momento de nuestra vida hemos pedido a Dios que nos haga un milagro, es más todos alguna vez  hemos experimentado el respaldo de Dios al momento de pedirle algo con todo nuestro  corazón y Él nos lo ha cumplido. Creo que luego de ese gran momento en el que nuestro milagro ha sido cumplido, para nosotros Dios es el mejor  papá del mundo, es lo mejor que nos pudo pasar en nuestra vida, pero te pregunto ¿Sabes que Dios es mas que eso?

Me gusta esta historia de los diez leprosos, y que al final al obtener su milagro, lo DIEZ, solamente uno haya sido el agradecido con el Señor. Si bien este único agradecido, hizo lo mejor que era regresar al Señor y agradecerle, pero el tomo la decisión de regresar y glorificar a Dios y como broche de oro obtuvo la salvación de su alma, conociendo así  la majestuosidad de nuestro Señor.

Te imaginas los otros nueve si bien fueron sanados de su lepra, pero no quisieron ni buscaron conocer a ese Dios que había cambiado sus vidas en ese día. Pero uno de ellos si fue  agradecido, él fue en  busca de más, pero no a pedir mas sanidad ni a ha pedir dinero, sino que fue a buscar al Señor mismo. Me imagino que a partir de ese día la vida de este hombre cambio mucho más  que la de los otros nueve.

Nuestro Dios es bello y misericordioso, pero creo que Él se sintió triste cuando vio que solo un hombre volvió  hacia donde Él, y los otros nueve solo obtuvieron lo que “necesitaban “y nunca regresaron. Muchas veces así nos ocurre a nosotros. Pero hoy es un buen día para cambiar eso y comenzar a buscar más de el Señor, pero no me refiero a buscar sanidades, ni milagros o cosas que Él nos pueda dar, sino es mas que eso, es tiempo de comenzar a BUSCAR LA MAJESTUOSIDAD DE NUESTRO SEÑOR.

Él es tan grande y bendito que cuando comiences a conocerlo por lo que Él es y no por lo que Él te puede dar, tu vida cambiara rotundamente, porque comenzaras a conocer al Dios creador de las maravillas que día a día vemos, comenzaras a conocer, a ese impotente y todopoderoso Dios que libero a Israel de la esclavitud, a ese Dios que fue capaz de dar a su hijo a cambio de que tú y yo fuéramos salvos, ese gran Dios que día  a día  hace  diferentes cosas para llamar tú atención, cuando te des la oportunidad que tú oración no sea solo pedir y pedir, sino que tú oración sea de glorificar a Dios, o cuando tú oración deje de ser un monologo  y decidas hacerla  una plática con Él. Entonces AHÍ  tú vida dará un cambio que nunca querrás volver al lugar donde empezaste.

lunes, 19 de enero de 2015

¿Estas tomando buenas decisiones?









La biblia confirma que la conocida expresión de que “uno cosecha lo que siembra” es cierta (Job 4:8; Prov. 11:18) Esaú aprendió esta verdad de una manera dolorosa. Estaba cazando, regreso con hambre, entonces le pidió a su hermano una taza del potaje que estaba cocinando. Jacob aprovecho la oportunidad: acepto darle la comida a cambio del derecho de primogenitura de su hermano gemelo mayor.

En los tiempos del Antiguo Testamento, el primer hijo disfrutaba de privilegios especiales: tenía autoridad sobre sus hermanos menores, una doble porción de la herencia y la honrosa posición de líder espiritual de su familia. Pero Esaú decidió que alimentarse era más necesario en ese momento, y vendió su primogenitura por una comida. Más tarde lo lamento al darse cuenta de lo que había perdido, pero ya era demasiado tarde. 

Al igual que a Esaú, aunque Dios nos ofrece perdón por nuestras malas decisiones, las consecuencias permanecen. Por tanto, debemos aprender a tomar decisiones sabias.
Debemos tomar muy en serio dos advertencias que hay en esta historia. La primera es que, para conocer nuestras mejores opciones, debemos esperar hasta tener estabilidad física, emocional y espiritual. Esaú dejó que el hambre le nublara el entendimiento.

La segunda es que muchas veces es importante aplazar la satisfacción de lo que queremos. Aunque nuestros deseos humanos sean muy grandes a veces, debemos esperar con paciencia el momento del Señor. 

Piensa en los anhelos que hay en tu corazón, y pídele a Dios sabiduría y paciencia para tomar buenas decisiones en los momentos críticos.  

Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;
no sea que haya algún fornicario, o profano, como Esaú, que por una sola comida vendió su primogenitura. Porque ya sabéis que aun después, deseando heredar la bendición, fue desechado, y no hubo oportunidad para el arrepentimiento, aunque la procuró con lágrimas (Hebreos 12:15-17)

Cualquier mala acción, ya se trate de consumir drogas o de destruir a compañeros para salir adelante, arriesga el futuro de una persona por tratar de obtener una satisfacción momentánea. Aun las decisiones menos importantes pueden impactar el resto de nuestras vidas. Por tanto, debemos estar prevenidos contra actitudes, que pueden llevarnos a sacrificar lo realmente valioso.



NO DEJAR QUE LOS DESEOS NOS GOBIERNEN:

Todos tenemos necesidades innatas, como los deseos de comer, disfrutar y dormir. Aunque son naturales y Dios nos la ha dado, pueden convertirse en la fuerza motivadora de nuestra vida si uno de descuida. Los creyentes deben tener el fruto espiritual del dominio propio, para que gobierne esos deseos  (Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  (Gálatas 5:22)

CEGARSE A LO REALMENTE VALIOSO:

Las prioridades del Señor son contrarias a lo que el mundo considera importante. Si no guardamos nuestro corazón podemos fácilmente ser atraídos por las cosas que carecen de valor eterno. Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida. (Proverbio  4:23)

NO CONSIDERAR LAS CONSECUENCIAS:

Eva no pensó en lo que podría pasar al final si comía la fruta prohibida, enfocándose solo en la satisfacción inmediata (Génesis 3:1-19) Sansón tampoco pensó en las repercusiones que tendría su relación con Dalila, y lo pago muy caro (Jueces 16: 16-23) Que fácil es tomar decisiones imprudentes, porque los beneficios inmediatos parecen buenos! Pero el Señor quiere que nos detengamos, oremos y evaluemos los posibles resultados de nuestras acciones. 

¿Qué decisiones estas  enfrentando hoy? Piensa en que te motiva, y antes de tomar cualquier decisión, piensa en sus consecuencias.

domingo, 18 de enero de 2015

La oración transforma vidas









“Por lo cual también nosotros, desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de Dios;” (Colosenses 1:9,10)

Muchas veces le pedimos a Dios ciertas bendiciones, algunos resultados y la sanidad de nuestros seres queridos. Pero hay veces en las que, por Su omnisciencia, Dios ve un “no” como un bien mayor al final.

Entonces ¿cómo sabe ciertamente cuales oraciones están de acuerdo con Su Voluntad?          El apóstol Pablo escribió peticiones especificas que él hacia a favor de los colosenses y tu puedes ofrecer estas oraciones transformadoras por las personas que son parte de tu vida.

PRIMERO: pide que sean “llenos de conocimiento de su voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual” De esta manera le pides a Dios que les de dirección y la capacidad de ver la vida desde Su perspectiva.

SEGUNDO: Pide que anden “Como es digno del Señor” la única manera de tener éxito en esto es a través del control del Espíritu Santo. El llena nuestro corazón  y crea el deseo de obedecerle en todo momento.

TERCERO: Ora para que sus vidas den fruto. Hay una diferencia entre estar activo y estar dando fruto. Muchos cristianos creen que para hacer un impacto para Dios, tienen que servir como voluntarios en muchos ministerios de la iglesia, o ser misionero o pastor. Pero la verdad es que la utilidad en la obra de Dios dependerá de lo que El llame a hacer a cada persona.

Muchas veces, los cristianos oramos por los demás solo cuando estos están teniendo problemas. Pero Pablo no cesaba de orar a Dios por los colosenses. (V 1:9) al interceder por otros ante el Señor, recuerda las cosas por las que oraba el apóstol.




Si no estás seguro de cómo orar.. Uno de los discípulos vio a Jesús orando y le dijo: “Señor, enséñanos a orar. (Lucas 11:1)

Si alguien tan cercano a Cristo necesitaba aprender a como orar, indudablemente nosotros también lo necesitamos. 

Por fortuna, en la Biblia hay muchos ejemplos que podemos seguir. Por ejemplo, las peticiones que hacia pablo, estas siguen siendo validas hoy.

Una petición era que las personas conocieran a Dios. Es decir, quería que crecieran en el Señor, que no se estancaran en su fe. Esta transformación se produce por el estudio de la Palabra, la práctica de los principios bíblicos, la oración.

Otra petición era que experimentaran el poder de Dios. El apóstol quería que tuvieran el poder sobrenatural del Señor y la fortaleza que necesitaban para cumplir su voluntad. Lo imposible para el hombre se vuelve posible cuando el creyente confía en Dios. De manera que así, la gloria la reciba El.

Por último, Pablo pide que den gracias con gozo. Esto indica la esperanza que tenía el de que mostraran la actitud adecuada, al expresarla aun durante las situaciones difíciles.

Muchos creyentes hacen una lista de oración para no olvidar interceder por ciertas personas durante la semana. Si ponemos en práctica los consejos del apóstol, podremos estar seguros de que estaremos orando por quienes están en nuestra lista, de una manera agradable al Señor y conforme a Su voluntad.