sábado, 22 de junio de 2013

¿Y tus frutos?









No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. (Gálatas 6:7)

 

Me he dado cuenta que en lo que llevo de ser creyente, y también pastor de jóvenes, que hoy en día todos quieren: Ministerios, discípulos, ovejas, inclusive dinero y fama; viajes, Etc. 

Muchos jóvenes hoy se quieren levantar, a predicarle a multitudes, y otros por pretender que saben demasiado de Biblia, ya sus mentes están confundidas al pensar que se les lleno mucho la mente de sabiduría que quieren explotarla.

Pues todo tiene su tiempo, así mismo lo dice La Palabra, y a veces ese tiempo es no predicar a multitudes, no misiones, no ministerios, sino más intimidad con Dios. 

Bien dice Su Palabra que todo lo que sembramos eso segaremos al tiempo de Dios, pues todo lo que está oculto siempre saldrá a la luz.

Cuando se entrega a medias el trabajo para Dios, no esperes una cosecha codiciable, y abundante, si lo que sembraste fue a medias y lo descuidaste, no obtendrás buenos resultados, Dios nos ha dicho: Todo lo que el hombre siembra, eso cosecha. ¿Quieres bendiciones, y frutos dignos de admirar? Comienza a servirle a Dios en orden, y como para Él y cumple bien con lo que te has comprometido.

Muchos anhelan servir, pero lo suelen hacer a medias, el trabajo de Dios aunque cueste debe ser con excelencia, ¿Queremos ver la Gloria de Dios en nuestra vida? ¿Cielos abiertos? Y sin obediencia, y a medias, no podremos verla. Pues Dios también nos dice que el perezoso nada bueno acarrea. 

No te engañes, si vas a servirle que sea realmente para agradarlo a Él, no para ser notorio tu servicio, ni para que el hombre te vea, eso es lo que menos debe importarte, porque a su tiempo todo lo que siembras eso cosechas. A veces quedan muy cansados muchos de emprender tantos años lo mismo, es simple: Quieren que los hombres los vean y no piensan que es más importante el Padre de los cielos. Y luego terminan frustrados o inclusive cayendo en pecado.

Si quieres frutos dignos de admirar, frutos que realmente la gente diga: Yo quiero lo que Él tiene, yo quiero ser como él, ese hombre, esa mujer es entregada a Dios, entonces comienza a servir bien, a amar a Dios, a hacer las cosas como para Él. Y verás que todo lo que realmente anheles en la voluntad de Dios será hecho.

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