¡Estoy afligido!

La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. (Juan 14:27)

Hoy en día muchas veces es difícil disfrutar de un momento de silencio y tranquilidad; es más, me atrevo a decir que sería sólo al momento de acostarnos donde podemos disfrutar de un silencio, o algunos quizá lo logran al irse a la biblioteca de su centro de estudio. Pero quiero compartir algo contigo, trataré de explicarme lo mejor posible.

Hay momentos de nuestra vida,  en los que el día se nos hace eterno, en los que parece que andamos en otro mundo, o que nuestra cabeza estallará, y que nuestras fuerzas han llegado a su fecha de vencimiento. En resumen, momentos en los que sentimos una AGONÍA inexplicable que lo único que nos hace sentir es que caemos en un profundo abismo. Te pregunto ¿Te has sentido así alguna vez, o no? Pues me atrevo a responder por ti, y creo que: SÍ.

Solamente quiero que pongas atención al siguiente cántico que dice así: “Él es mi paz, ha quebrado todas mi cadenas, Él es mi paz, Él es mi paz. Echo toda mi ansiedad sobre Él, pues Él cuida de mí”.

Qué hermoso canto, espero que alguna vez lo hayas escuchado. Pues ese es el mensaje que quiero compartir contigo, no tengo más palabras para decirte, que todo lo que este canto expresa.

Inicia tu día diciendo: “Él es mi paz”. Es un buen momento para que comiences a gozar de esa rica y abundante paz que Dios da. Te podría escribir páginas tratando de explicártelo, pero quizá no lo entenderías. La mejor forma de que lo entiendas es que lo SIENTAS.

Cuando estés oprimido, agobiado por presiones que llegan a tu vida, o tal vez afanes o problemas que tengas y crees que no podrás salir de ellos, es en ese momento que tienes que decirle al Señor con todas tus fuerzas: “DIOS DAME PAZ, QUIERO DESCANSAR EN TI”.

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