Fuera de la religión

“Si alguien se cree muy santo y no cuida sus palabras, se engaña a sí mismo y de nada le sirve tanta religiosidad.” (Santiago 1:26)

“La vida es bella cuando estamos libres de la religión y lejos de los religiosos.”

La mayoría de cristianos, tienen una idea equivocada de quién es verdaderamente Jesús y la religión. Él nunca vino al mundo para mostrarnos una religión sino una relación personal.

Él no murió por una religión, ni vino al mundo por una religión; si bien es cierto la primer religión fue la católica, pero no es la que Jesús dejó, no hubo primer “papa”, mucho menos un mediador más solamente Jesús.

Dios no nos creó para estar atados a una religión, ni a una doctrina, tampoco nos creó para agradar a los demás, solamente a Él (“qué egoísta” pensarán muchos) pero es una realidad.

Caminar la vida en Cristo es ir con la mirada puesta en Él, y no en la congregación, en los hermanos que están dentro. Debemos caminar confiados en Él y vivir para Él agradándolo y sirviéndole a Él, para que aquellos que no lo conocen, a través y por medio de nuestras vidas, puedan acercarse.

Cómo un incrédulo se acercará a Dios, si ve la conducta de nosotros como “cristianos”. Dios quiere y pide santidad en nosotros, púes Él es un Dios santo  y justo. Es triste ver líderes que se proclaman líderes, pastores, o lo que sea para el servicio, pero sus vidas están muy por fuera de lo que Dios pide. Dentro de la iglesia son cristianos pero afuera de la iglesia son y caminan como incrédulos. Dicen palabras feas, sus actitudes demuestran inmadurez, no solamente fuera de la iglesia sino también por medio de las redes sociales.

No podemos aparentar, que no se te olvide que somos cartas leídas al mundo, ellos nos ven y ellos ven nuestras actitudes. Debemos demostrar con nuestro testimonio, con nuestros perfiles en cualquier red social, ya sea Facebook, Twitter, MySpace, Msn, que en verdad ser cristiano es lo máximo.

Sino, como dice Santiago, de qué nos sirve tanta religiosidad, si no cuidamos nuestras palabras, nuestro testimonio, nuestra vida y nuestra manera de vivir. Es tiempo que nos examinemos y comencemos a vernos en el espejo de la realidad, y ver en qué estamos fallando, qué es lo que no estamos haciendo bien para Dios.

Debemos de morir a nuestro YO porque ese es el problema que la mayoría de cristianos tiene hoy en día. Ya no somos libres, debemos estar sujetos a Dios, pues el único que nos guiará a toda verdad es Él, no nosotros, ni los líderes religiosos ni ninguna otra cosa. Ya es tiempo de volvernos a nuestro primer amor y dejar todo lo viejo atrás, toda incredulidad, orgullo, fanatismo, ser libres en Cristo y muriendo a nuestro YO diariamente.

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