martes, 3 de julio de 2012

Entrena y compite


No quiero decir que ya haya logrado estas cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo.  No, amados hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así  avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús”. (Filipenses 3:12-14)

Cuántas palabras de motivación escuchamos en estos días. Este texto es muy conocido y muy citado por los cristianos. Pero, vivido es muy poco.

No me refiero al hecho que no nos esforcemos, me refiero al hecho de todo lo que este texto conlleva. Una de los puntos más importante es la fe y luego le sigue la humildad.

El tener claro el objetivo hacia el lugar que vamos es el primer paso para examinarnos si en realidad nuestras convicciones están puestas en Jesús o no. Si nuestras convicciones están, enteramente, en nuestras capacidades, debemos revisar si en realidad estamos dependiendo de lo que Dios dice en Su palabra.

Pero para ser un poco más específico, este versículo está hablando sobre la vida eterna, está hablando sobre la salvación. Está hablando de vivir en santidad. Si bien es cierto, nosotros tenemos sueños, metas y muchos anhelos; cosa que Dios no lo ve para nada mal. Dios todo lo ve con ojos de agrado, pero cuando nosotros depositamos todos esos sueños, metas y anhelos en Él.

El premio del cual habla el texto, es el tesoro del reino de los cielos. No está hablando de títulos, ni medallas, ni ascensos en el trabajo. Ojo, no digo que todo esto esté mal, no, al contrario, todo eso debe servir para exaltar el nombre de nuestro Dios. A lo que me refiero es que todo eso no nos debe enfermar la mente. Ya que nuestra meta principal es vivir para la gloria de Dios.

Claro que debes luchar por tus sueños, pero más debes luchar por vivir para la gloria de Dios. ¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio?  Corred de tal modo que ganéis” (1 Corintios 9:24) Quiero recalcar que no estoy diciendo que esté mal luchar por tus sueños, claro que no. Pero debes luchar por tus sueños dejándolos en las manos de Dios. Él será el que a Su tiempo y voluntad irá moldeando tus sueños.

Nuestra vida debe depender únicamente de Dios. Nuestra mirada debe de estar puesta sólo en nuestro Señor Dios "Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es perfecto” (Mateo 5:48). No perdamos la visión para lo que somos cristianos, somos cristianos para vivir para gloria de Dios.

Estudia la Biblia, cree la Biblia y vive la Biblia. Dios te bendiga.


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