martes, 29 de mayo de 2012

Solo delante de Dios


Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.” (2 Crónicas 7:14)

Hay ciertos pasajes bíblicos que ya se han vuelto una tradición ocuparlos en las congregaciones. Mas se ha olvidado el verdadero sentir de los textos bíblicos. Uno de los grandes errores, en este texto, es que sólo se lee lo primero y lo último. Lo de orar, buscar el rostro de Dios y convertirnos de los malos caminos, eso, muchas veces, lo olvidan.

Dios no es el Dios que nosotros queremos que sea, Dios es el Dios que la Biblia dice que es. Dios es un Dios que no tolera el pecado, está en contra del pecado, muchas veces consumió poblaciones por su inmundicia. Dios es un Dios Santo, Justo y Perfecto. Contra Dios no hay razonamiento humano. Contra Dios no hay teoría que lo derribe.

Vendrán muchos habladores a querernos convencer de tantas falsas doctrinas. Vendrán muchos predicando a Dios, pero con sus hechos demostrarán no creer en Dios. Vendrán otros ofreciendo prosperidad, ofreciendo solo charlas de motivación, ofreciendo que puedes hacer lo que te venga en gana que no pasa nada.

Pero, la Biblia es muy clara. La Biblia, la verdad de Dios, nos manda a vivir en santidad para la gloria de Dios. Como hijos de Dios, debemos estudiar la Biblia todos los días. Debemos atesorar los mandamientos de nuestro Padre que está en los cielos.

Ya no podemos andar diciendo: “Para mí esto está bien”, “Yo siento que no tiene nada de malo”, “A mí me parece bien, por eso lo hago”. Como hijos de Dios esas palabras deben de quedar fuera de nuestro corazón, ya que nosotros nos debemos a Dios. No todo lo que agrada a los hombres glorifica a Dios. Por ende, la Palabra de Dios debe ser la que rija nuestra vida.

Pero en nuestros días preferimos escuchar cualquier sermón y no prestamos atención si lo que nos enseña es bíblico o son palabras de hombres. Las palabras de hombres, son palabras que sólo son emoción. La palabra de Dios te confrontará a que veas que lo que vives no glorifica a Dios, a que veas qué es lo que a Dios agrada y qué no. La palabra de Dios va directo a nuestras creencias. La palabra de Dios es la que nos muestra cómo hablar, cómo pensar, cómo actuar, etc., La palabra de Dios es irrefutable.

Otro de los aspectos que se están dejando de lado es la humillación delante de Dios. Ahora solo decimos “Ya le pedí perdón a Dios”. La Biblia nos manda a humillarnos. Del diente al labio es fácil hablar, de nuestra fe al corazón de Dios es el reto de nuestras vidas. Dios busca corazones humillados que le quieran servir, Dios busca corazones sumisos que le quieran conocer, Dios busca corazones que dejen todo por vivir para Su gloria.

Entonces verán todos los pueblos de la tierra que sobre ti es invocado el nombre del SEÑOR; y te temerán.” (Deuteronomio 28:10)

Humillaos en la presencia del Señor y El os exaltará.” (Santiago 4:10)

Lo hermoso de todo es que gracias a nuestro Señor Jesús, podemos llegar por gracia y misericordia delante de Dios. Dios nos pide que nos humillemos. Que bajemos todo nuestro ser delante de Él. Cuando el Padre nos escoge, no hay vuelta atrás. Es momento de adorar con nuestra humillación delante Él.

Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla. Dios te bendiga.


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