viernes, 18 de mayo de 2012

Más claro que el agua


Porque misericordia quise, y no sacrificio; y conocimiento de Dios más que holocaustos. (Oseas 6:6)

La Palabra de Dios es muy clara con respecto a lo que Él quiere de nosotros. La Biblia nos enseña cómo es Dios, quién es Dios, el carácter de Dios, etc., Pero, el gran problema es que no la leemos.

A los cuatro vientos gritamos amén cuando en la calle nos saludan, diciéndonos un “Dios te bendiga”. Pero eso no te hace que conozcas a Dios. Eso no te hace que agrades a Dios. Eso no te hace que glorifiques a Dios. Un Dios te bendiga y un amén, lamentablemente, lo dicen hasta los que no son hijos de Dios.

En el transcurso de nuestra vida tendremos que diferenciarnos del resto de personas. Tendremos que demostrar y defender nuestra fe. Muchas veces, tendremos que hablar, es ahí donde surge mi disyuntiva: ¿Estás preparado para defender tu fe? Ojo, no estoy hablando de defender tu religión, eso se hace fácil con argumentos humanos. Pero, defender tu fe implica leer la Biblia, orar constantemente, etc., ¿Estás preparado?

Claro, me puedes decir que tus hechos van a predicar, de acuerdo y te felicito. Pero, cuando alguien te pregunte aspectos bíblicos, ¿Podrás responder respecto a lo que la Biblia enseña?

Es momento de tener una relación honesta con Dios. Debemos ser honestos delante de Dios, si no hemos estado leyendo su Palabra, creyendo Su Palabra y viviendo Su Palabra. Humillémonos delante de Dios. Debemos entender de una vez por todas que sin lectura bíblica no existe relación con Dios.

Un hijo de Dios no puede estar sin leer la Biblia. Un hijo de Dios no puede vivir sin leer la Biblia. Al no leer la Biblia es cuando tomamos malas decisiones y luego culpamos a Dios porque no nos mostró Su voluntad. Cuando en la Biblia, Dios nos muestra Su voluntad para nosotros. Debemos leer la Biblia, debemos iniciar a tener una relación honesta con Dios.

Tu conocimiento de Dios se mostrará si vives los siguientes versículos, si no estás viviendo una religión ritualista, en la cual lo último que viven es lo que Jesús vino a predicar:

“Mas id, y aprended lo que significa: MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO; porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores.” (Mateo 9:13)

“Pero si hubierais sabido lo que esto significa: MISERICORDIA QUIERO Y NO SACRIFICIO, no hubierais condenado a los inocentes.” (Mateo 12:7)

“Y QUE AMARLE CON TODO EL CORAZÓN Y CON TODO EL ENTENDIMIENTO Y CON TODAS LAS FUERZAS, Y AMAR AL PRÓJIMO COMO A UNO MISMO, es más que todos los holocaustos y los sacrificios.” (Marcos 12:33)

“Y Samuel dijo: ¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios como en la obediencia a la voz del SEÑOR? He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio, y el prestar atención, que la grosura de los carneros.” (1 Samuel 15:22)

Es momento de ser honestos delante de Dios y mostrarnos tal cual somos. Pedirle perdón si sólo hemos estado viviendo unas vidas religiosas. Dios nos manda que prediquemos Su Palabra. Luego el Espíritu Santo se encarga de convencer de pecado.

Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla. Dios te bendiga.

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