Debemos vivir cada día recordando todas esas promesas que Dios ha guardado para nosotros en Su palabra, es la única manera de poder seguir adelante; no podemos leer la Biblia un día a la semana. La escritura declara que “Bienaventurado el varón... que en la ley de Jehová está su delicia y en su ley medita de día y de noche” (Salmo 1:2).
Debemos meditar en ella. La palabra a través del tiempo sigue vigente, y qué razón, pues debemos leerla, meditarla y aprender a vivirla cada día. Es la única manera de tener un crecimiento espiritual sano y continuo, y no sólo eso, sino que seremos fortalecidos para mantener la victoria que Jesús nos entregó, no importando que circunstancias vengan contra nosotros.
La Biblia está llena de pasajes estimulantes, cada palabra inspirada por el Espíritu Santo, una palabra viva que está en constante acción en nuestra vida.
Hablar de todas las promesas que Dios tiene en Su palabra, nos tomaría mucho tiempo en meditar cada una. Pero en esta ocasión meditemos algunas que así como sirvieron a mi vida muchas veces, estoy seguro que serán de bendición para sus vidas también.
“Pero yo soy como un olivo verde que florece en la casa de Dios; yo confío en el gran amor de Dios eternamente y para siempre” (Salmo 52:8)
EL AMOR DE DIOS ES INAGOTABLE
El salmista declara su confianza, ante el amor increíble del Señor. David había entendido un principio maravilloso, una columna primordial en la vida del creyente: debíamos entender que el amor de Dios es grande, inmenso e inmerecido. Él derramó su amor por la humanidad, Jesús firmo su declaración de amor por ti con tinta de sangre en la cruz del calvario, en ese mismo lugar nuestro Señor dio un grito estruendoso al mundo, envió un mensaje que partió la historia en dos, y es que Jesús te ama, Dios te ama.
Aún cuando no merecíamos nada de Él, se entregó por un pueblo que lo tenía olvidado, que ni siquiera le reconoció, para darnos el regalo de la salvación. Se entregó a padecimientos y a sufrimientos inimaginables para darnos la gracia que no merecíamos. Una muestra absoluta que Dios ama a la humanidad, y quiere que todos lleguemos a tener el regalo de nuestra redención y salvación.
Aunque te equivoques, aunque te caigas muchas veces, aunque hagas cosas que a Dios no le agradan, aunque te olvides de Él, no le prestes atención, ni le tomes en cuenta, Él te seguirá amando con todas sus fuerzas. Aún cuando caigas no creas que Dios te dejará de amar, al contrario, Él estará ahí esperándote que lo busques con un corazón verdaderamente arrepentido para levantarte y darte nuevas fuerzas para seguir adelante.
“Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros” (Romanos 5:8). Aún siendo imperfectos, Jesús entregó su vida por nosotros.
Dios sabe que no eres perfecto, pero al abrirle tu corazón a Jesús, comenzará a trabajar en tu vida para perfeccionarte en Su amor. Cada día más como Jesús. Tu vida será moldeada por el poder del Espíritu Santo.
Como hijos de Dios debemos reflejar Su amor en nuestra vida. Pero si aún no lo reflejas, no importa, ten la disposición de cambiar, Dios te ama y quiere que tú seas luz. El amor de Dios es Inagotable.
¡Jesús tiene el poder para cambiar tu vida. Dile Sí a Dios, Sí a Jesús en tu corazón!
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