miércoles, 25 de mayo de 2011

Lobos rapaces vestidos de ovejas


¡Cuídense de los profetas mentirosos, que dicen que hablan de parte de Dios! Se presentan ante ustedes tan inofensivos como una oveja, pero en realidad son tan peligrosos como un lobo feroz. Ustedes los podrán reconocer, pues no hacen nada bueno. Son como las espinas, que sólo te hieren. El árbol bueno sólo produce frutos buenos y el árbol malo sólo produce frutos malos. El árbol que no da  buenos frutos se corta y se quema. Así que ustedes reconocerán a esos mentirosos por el mal que hacen. Mateo 7:15-20 (BLA)


Estamos en una tremenda batalla espiritual, con nuestro ministerio “Jesús Tu Única Alternativa” en 2 meses Dios nos ha puesto en prueba, está probando nuestro fidelidad para con Él, ¿Por qué? El está sacando a muchas personas de nuestras vidas y se lee feo, se lee egoísta, y quizás muy malo. Pero realmente, hay que saber quienes nos sirven de bendición y quienes de maldición, es triste y lamentable que nosotros como jóvenes, pensemos que nadie nos va a fallar, pero eso ocurre en algún momento si es que esa persona no es para bendición.


De quienes estamos hablando en este devocional es de aquellos líderes, pastores, incluso servidores que se visten como ovejas y son lobos rapaces como dicen estos versículos. Las apariencias engañan y estuve estudiando mucho, estos casos,  nosotros como jóvenes, podemos ser engañados por estas personas que realmente su pecado ya no les afecta porque no ha llegado su hora, donde en realidad Dios les va a juzgar y no solamente eso, les va a dar de su propia medicina, todo lo que han hecho, aquellas personas que han sido dañadas, aquellas personas que han sido golpeadas, manipuladas, humilladas, todo eso tendrá su paga. Yo siempre he dicho esto: “Todo lo que siembras, cosechas, siembras infidelidad, vas a cosechar infidelidad, siembras pecado, vas a cosechar pecado”  Y no lo digo porque somos santos, como humanos nos equivocamos, pecamos, le fallamos a Dios. Pero una vez, haces lo que a Dios no le agrada, tú lo sigues haciendo, y ese es el problema del pecado, porque Dios aun no te castiga, incluso el mismo Dios dice que Él distorsiona la mente de estas personas, y así nada mas pueden caer en su misma trampa. Lo peor de todo, ¿saben qué es? Que al ya darnos cuenta de que se sabe lo que hacen, porque el pecado quiera sí o no se nota muchas veces, nosotros como hijos de Dios tenemos ese don espiritual, el cual podemos sentir cuando una persona realmente no anda caminando bien en el camino de Dios.


Ahora bien, al resumir este tipo de personas, que más que nada se convierten en personas manipuladoras, nos damos cuenta que al fin y al cabo van y con simples excusas quieren humillarnos, no podemos pagar mal por mal y así lo ha dicho nuestro Padre, pero si defendernos con la Palabra de Dios, como un falso profeta, un falso pastor, líder, servidor, pueden usarlos también, pero debemos ser personas inteligentes, sabemos que tenemos una ventaja con este tipo de personas, y es que nuestra mente está abierta a libertad, la de ellos está cerrada y futura a prisión, dice en Romanos que Él les distorsiona la mente para que caigan en sus propias concupiscencias , pasiones desenfrenadas.


Esta batalla ha sido difícil para todos nosotros, pero se y lo declaro que tendremos la victoria, y les pido nos lleven en sus oraciones, porque son “lideres” que se hacen gobernantes de algo que no son, Dios no se complace en la mentira, Dios no se complace en la maldad.

Les doy un sano consejo como pastor de jóvenes, no busquemos consejerías, no busquemos ayuda de nadie humano, busquemos a Dios primero, y luego busquemos a nuestro pastor, a nuestro mentor, no podemos contarle nuestras dudas, o ese algo que queremos cambiar o ese consejo para saber en verdad que te dirán estas personas que tiene más experiencia como mayores en el evangelio, no busquemos servidores, ni lideres siquiera, ni a la mejor amiga o mejor amigo como decimos, porque estas personas nos van a fallar, tú haces algo equivocado y estas personas muchas veces crean chismes, crean un falso testimonio de tu persona, o si no, comienzan a ver tus debilidades y te comienzan a acosar, acosar de muchas maneras, hace unos días estuve luchando muchísimo, con varias jóvenes que me pidieron consejería, pero ya cuando todo era un caos rotundo, cuando ya ese líder, se hizo el que “No mataba ni una mosca” y obviamente jóvenes, esta persona, enferma de la cabeza, enferma de su corazón, va a seguir haciendo lo mismo, no solamente con esta persona sino con otras, porque son lideres manipuladores, y se reconocen. Si queremos identificar a los líderes abusivos tenemos que aprender esta lección: No nos guiemos por las apariencias externas pues puede tratarse de cualquier persona, en especial del tipo en que todo se ve bien por fuera. Para aprender a reconocerlos tenemos más bien que conocer qué tienen en común.

Sin importar doctrinas, denominación, iglesia, rito, secta, o estilo de predicación, la característica inconfundible de los líderes autoritarios es ésta: ejercen un fuerte control sobre sus congregantes para sacar provecho personal. En otras palabras, tienen una mentalidad tendiente a dominar y manipular la conciencia de la gente para obtener algo de ella. Los líderes autoritarios, aunque sean distintos en carácter o en apariencia, siempre tienen esto en común y con tal de controlar a la gente utilizan todo tipo de trucos. Manipulan la conciencia, las creencias, las expectativas, las necesidades y en especial la Biblia. Manipulan los sentimientos, las emociones y el respeto que sus seguidores sienten hacia ellos. Este espíritu o mentalidad de control no es un pequeño defecto de carácter o algo que se hereda o que se adquiere por contagio o accidente. Es más bien la consecuencia de una vida de egocentrismo perverso.


JESÚS NO TENÍA OBSESIÓN POR CONTROLAR


En contraste con todo esto, vemos que Cristo, siendo el Hijo de Dios, no tuvo un espíritu de control; aun cuando en una ocasión vio que varios de sus discípulos se iban, no los persiguió ni los amenazó. Tampoco montó una campaña de difamación en su contra para oprimirlos y hacerlos volver al redil. Es más, aún preguntó a Pedro y a los pocos que le quedaban, si también ellos se querían ir.

Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con Él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?

Juan 6:66-67

EL ORÌGEN DEL ESPÍRITU DE CONTROL

¿Qué razones puede tener un líder espiritual para querer controlar a las personas? Existen muchas, pero todas se resumen en una: satisfacer algún deseo egoísta.


¿Recuerdan el caso de David Koresh? era obvio que anhelaba dos cosas: placer sexual a toda costa y  tener la preeminencia. Él manipuló a la gente hasta lograr exactamente eso. Al final, pudo tener relaciones sexuales con muchas mujeres de su grupo y su rebaño le sirvió como plataforma para centrar en sí mismo la atención pública mundial. El origen de su autoritarismo eran la lujuria y el orgullo.

Tanto en el caso del sacerdote Luis Parra como en el caso de Samuel y su esposa en la Iglesia Betania, el móvil del liderazgo para ejercer control era más fácil de identificar. Simple y sencillamente era avaricia. En este último caso, el plan era obtener dinero a cualquier costo y para eso se utilizaban la manipulación y la presión grupal.

El Nuevo Testamento, en 3ª de Juan 9-11, nos narra la historia de un líder de la Iglesia, llamado Diótrefes, un sujeto que expulsaba a los congregantes que no se sometían a sus caprichos. El también difamaba a los que se oponían a sus maldades enseñoreándose de la Iglesia. ¿Por qué actuaba así? El apóstol Juan nos dice en el versículo 9 que a Diótrefes le gustaba “tener el primer lugar” en la congregación. Su pecado y motivación eran la vanidad.

También existen dirigentes de iglesias, a quienes el orgullo los mueve a controlar a otros. Quieren ser considerados “exitosos” por la sociedad y eso implica que deben tener una congregación lo más grande posible.

Si por alguna razón una persona o familia decide en un momento dado dejar de asistir a su organización, eso hará que por consecuencia haya menos gente. Es más, eso puede provocar también que otros sigan el mismo ejemplo y se vayan. Eso significará menos congregantes, y ante los ojos de sus seguidores y de las demás iglesias menos éxito. Un liderazgo orgulloso no puede soportar eso y por lo general recurrirá a implantar un sistema tiránico para retener a las personas y lograr a como dé lugar que la gente que se fue, regrese. En estos casos se ha visto que el espíritu de control empezará a operar inmediatamente. La doctrina de “eres un rebelde si no me obedeces” hará su aparición y comenzarán las manipulaciones, la presión grupal, y el miedo infundido por medio de amenazas religiosas. Quizá se recurrirá también a difamar y ensuciar la reputación de aquellos que se fueron para que a lo menos la gente no siga su ejemplo. Normalmente, los pastores que buscan el éxito a toda costa recurrirán a lo que sea con tal de no perder adeptos y disminuir su popularidad.

No es necesario complicarnos buscando demasiadas causas o porqués de la obsesión que algunos líderes tienen por controlar. La Biblia, el libro por excelencia sobre la conducta humana, enseña a través de incontables y gráficos ejemplos que la causa de que existan líderes religiosos autoritarios será por lo general: sexo, dinero, poder, orgullo, fama, etcétera.

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