lunes, 6 de agosto de 2012

Transformación completa



Tampoco se echa vino nuevo en recipientes de cuero viejo; porque al fermentar el vino nuevo hace que el cuero viejo se reviente. Así el vino nuevo se pierde, y los recipientes también. Por eso hay que echar vino nuevo en recipientes nuevos. (Marcos 2:22)

El vino nuevo, renueva tu mente, tu alma y tu espíritu.

El vino hace referencia al Espíritu Santo, a la esencia más pura de Dios. Y el versículo es claro, no puede llenar Dios a alguien que está lleno de cosas viejas. Hay cristianos a quienes el pasado los atormenta, les provoca aún dolor, les impide avanzar hacia lo que Dios quiere que sean. Y quizás no es el pasado, sino una mente religiosa la que les impide conocer a Dios verdaderamente.

El vino nuevo rompe toda estructura religiosa. Muchas veces, la religiosidad nos limita a experimentar nuevas cosas con Dios. Creemos que lo que un pastor nos ha dicho es así simplemente porque “el pastor lo dice”, y no nos detenemos a escrudiñar las escrituras para ver si lo que se predica es puro vino nuevo, o vino vencido.

El vino nuevo te confronta. Cuando uno se encuentra con la verdad que nos presenta Cristo, con ese vino nuevo, debe provocarnos un choque totalmente frontal a como veníamos siendo. Es decir, cuando estábamos en el mundo (o quizás si naciste en familia cristiana no sucedió así), nos creíamos perfectos. Pero Cristo vino a demostrarnos cuán pecadores somos y la Biblia demuestra cuán mala es nuestra naturaleza pecaminosa. Eso debe confrontarte.

Y Dios no puede verterse en alguien que cree que su modo de vivir es perfecto. Es ahí donde debemos humillarnos ante Él, reconocer nuestra naturaleza de pecado, vaciarnos de nosotros mismos, negar a nuestro yo y nacer de nuevo. Allí es cuando Dios verterá su santo, perfecto y puro vino nuevo. Es por eso que Jesús hacía referencia a “vino nuevo, odres nuevos”.

Los odres eran una especie de recipientes de cuero, que se usaban para transportar el vino en aquella época. Tal como el versículo lo explica, si uno echaba vino nuevo en odres viejos, no sólo el vino se echaba a perder, sino que el odre reventaba. Lo mismo sucede con nosotros, si Dios vierte su verdad, sus bendiciones, sus dones, en alguien que sólo se preocupa por sí mismo y permanece en su envase viejo, tarde o temprano todo eso será echado a perder y la persona terminará peor de lo que estaba, reventada y perdida.

El vino nuevo te transforma. Es necesario que entendamos que si queremos recibir bendición, debemos ser transformados por la Verdad en odres nuevos. El vino cambiará totalmente nuestro modo de ver nuestros problemas, nuestras dificultades, nuestro humor, nuestra religiosidad, nuestras dudas; todo lo viejo debe ser desechado.

El vino nuevo nos lleva a ser la persona que Dios nos creó para que seamos.Por eso, ya no vivan ni se conduzcan como antes, cuando los malos deseos dirigían su manera de vivir. Ustedes deben cambiar completamente su manera de pensar, y ser honestos y santos de verdad, como corresponde a personas que Dios ha vuelto a crear, para ser como él.” (Efesios 4:22-24)

Cambia tu mente hoy, deja que Dios entre en tu vida y recuerda siempre: A vino nuevo, odres nuevos. Déjate renovar por el Espíritu de Dios y verás cómo en tu vida todo comenzará a cambiar.

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