viernes, 22 de junio de 2012

Vidas honestas


¡Oh, cuánto amo tus enseñanzas! Pienso en ellas todo el día.  Tus mandatos me hacen más sabio que mis enemigos, pues me guían constantemente. (Salmos 119:97-98)

¿No les ha pasado que hay momentos en los cuáles se quedan en blanco sin saber qué hacer, para dónde caminar, qué responder o cómo hablar?

En nuestra vida habrán momentos duros, habrán momentos en los cuales nuestra vida se sienta en un callejón sin salida, que sólo veamos una pared hacia arriba que no podemos escalar. También habrán momentos que nuestro corazón se sienta lejos de la presencia de Dios y por ende nos sintamos los más inmundos y sucios pecadores.

No podemos negar que pecamos, no podemos negar que aún tenemos luchas de hace años atrás. No podemos decir que no nos equivocamos. Si mostramos esa imagen a las personas, verán a un Dios imposible de alcanzar.

Nuestro corazón debe ser honesto, primero, delante de Dios y confesar todos nuestros pecados. Luego, nuestra vida debe ser un reflejo de esa intimidad con Dios, para que en lo público lo que las personas vean sea esa gracia de Dios en nuestro diario vivir.

Cuando nosotros entendemos la gracia de Dios, nos damos cuenta que el egocentrismo no puede formar parte de un hijo de Dios. Si tú eres líder de una iglesia multitudinaria, eso no te hace mejor hijo de Dios que alguien que sea líder de cinco personas. Cuando nosotros actuamos altivamente, lo que estamos mostrando es que nuestras fuerzas, nuestras capacidades, nuestras virtudes y nuestra inteligencia son las que hacen posible todo lo que tenemos.

Las personas lo que deben ver no son tus virtudes, las personas deben ver a Jesús en tu vida. Deben ver lo que Jesús ha hecho en ti y en mí. No podemos jactarnos de lo que tenemos, debemos darle toda la gloria a Dios por lo que logramos en nuestra vida, por absolutamente todo.

Lo que las personas deben ver, es a un humano imperfecto, pero arrepentido que se deleita en los mandamientos de su Dios. Dios es el que hará que tu rostro, que tu vida, que tus sentimientos, que tu pensamiento y que todo cambie.

No pienses que tus capacidades son las que te han hecho lo que ahora tienes. La gracia y la misericordia de Dios han hecho que logres lo que tienes. Debes deleitarte en la palabra de Dios. Debes gozar la palabra de Dios, vivir la palabra de Dios, estudiarla de día y de noche. Si luchas por agradar a Dios en todos tus caminos, luchas por hacer Su voluntad, luchas por tener una comunión constante, en pocas palabras, vives en santidad, Dios te respaldará y te dará por gracia y por misericordia. Él nunca te dará por tus obras, Él te dará por gracia y por misericordia. Estudia la Biblia, cree la Biblia y vive la Biblia. Dios te bendiga.

http://www.facebook.com/pages/Tu-Unica-Alternativa/194021963941574
http://www.facebook.com/Tuunicaalternativa

No hay comentarios:

Publicar un comentario