Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí. Salmos 119:133
Las filosofías humanas nunca harán que dejes de pecar. Meditar y encontrar tu ser interno, mucho menos. Es verdad que siendo hijos de Dios tampoco dejamos de pecar, pero sabemos que ya pecamos menos.
Desde el momento que decidimos entregarle nuestra vida a Dios y tomamos la decisión de dónde querer pasar la vida eterna, ahí nuestra vida cambia por completo.
Como hijos de Dios, hemos cometido un gravísimo error al momento de predicar la palabra de Dios. Hemos confundido a la gente diciéndole que al momento de entregar su vida a Dios, todo será mejor, no sufrirán y tendrán dinero hasta para regalar.
Pero, cuando la gente se topa con la realidad, que siempre hay problemas, el dinero, terrenalmente, no lo tienen para regalar, que les cuesta salir adelante, que siguen llorando, enojándose y equivocándose; la gente ya no quiere creerle a Dios.
Es ahí donde nosotros como hijos de Dios hemos tenido la culpa por no leer la palabra de Dios. Hemos tenido la culpa por no centrarnos en la palabra de Dios. Hemos puesto libros inspirados por mente humana como base de nuestra vida, sacando a Dios como centro de nuestra vida.
No digo que esa literatura no funcione. Pero, no hay libro que pueda cambiar tu vida, no hay libro que pueda tocar tu corazón, no hay libro que transforme pensamientos humanistas a uno de alabar a Dios. Eso sólo lo hace Dios a través de la Biblia.
Hay libros que sí han ayudado a muchas personas. Pero, la Biblia debe de ser el centro de tus decisiones. En la Biblia encontrarás la voluntad de Dios para tu vida. Sólo leyendo la Biblia para la gloria de Dios, podrás cambiar tu vida por completo y así ser un mejor hijo de Dios.
La Biblia, es la Biblia. Es verdad que hay que estudiar para entenderla mejor. Pero, si no la lees para la gloria de Dios de nada te sirve tener todos los estudios del mundo, sólo será tiempo perdido.
La Biblia la puedes leer de tres formas: Por historia, filosofía y para la gloria de Dios. Es momento que te decidas en la forma que quieres leer la Biblia. Entiende que la Biblia es un libro con poder, si dejas que Dios te hable.
Incluso, cuando las personas las leen sólo por leerla, encuentran a Dios. Pero, eso es el poder de Dios. Tú que ya conoces a Dios, léela para su gloria.
Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla.
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