jueves, 1 de diciembre de 2011

No fue un accidente


¡Te alabo porque soy una creación admirable! ¡Tus obras son maravillosas, y esto lo sé muy bien! Mis huesos no te fueron desconocidos, cuando en lo más recóndito era yo formado. Salmos 139:14-15

Tu nacimiento no fue un accidente. Tu vida fue pensada, meditada y llorada desde los cielos.

“Todavía no había nacido yo, cuando tú ya me cuidabas. Aún estaba yo dentro de mi madre, cuando tú ya eras mi Dios”. (Salmos 22:10)

“Dios mío, tú fuiste quien me formó en el vientre de mi madre. Tú fuiste quien formó cada parte de mi cuerpo”. (Salmo 139:13)

“Sin embargo, Dios me había apartado desde el vientre de mi madre y me llamó por su gracia”. (Gálatas 1:15)

La cruz no fue un accidente. La cruz fue pensada, meditada  y llorada desde los cielos.

“A pesar de todo esto, él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores. Nosotros pensamos que Dios lo había herido y humillado. Pero él fue herido por nuestras rebeliones, fue golpeado por nuestras maldades; él sufrió en nuestro lugar, y gracias a sus heridas recibimos la paz y fuimos sanados. Todos andábamos perdidos, como suelen andar las ovejas. Cada uno hacía lo que bien le parecía; pero Dios hizo recaer en su fiel servidor el castigo que nosotros merecíamos. Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca”. (Isaías 53:4-7)

“Desde el principio, Dios había decidido que Jesús sufriera, y que fuera entregado a sus enemigos. Ustedes lo ataron y lo entregaron a los romanos, para que lo mataran”. (Hechos 2:23)

“Y en él se encuentra todo el poder divino. Por medio de Cristo, Dios hizo que todo el universo volviera a estar en paz con él. Y esto lo hizo posible por medio de la muerte de su Hijo en la cruz”. (Colosenses 1:19-20)

Tu futuro no será un accidente. Tu futuro ha sido pensado, meditado y llorado desde los cielos.

“Dios empezó el buen trabajo en ustedes, y estoy seguro de que lo irá perfeccionando hasta el día en que Jesucristo vuelva”. (Filipenses 1:6)

“Desde el principio, Dios ya sabía a quiénes iba a elegir, y ya había decidido que fueran semejantes a su Hijo, para que éste sea el Hijo mayor”. (Romanos 8:29)

“Miren los pajaritos que vuelan por el aire. Ellos no siembran ni cosechan, ni guardan semillas en graneros. Sin embargo, Dios, el Padre que está en el cielo, les da todo lo que necesitan. ¡Y ustedes son más importantes que ellos! ¿Creen ustedes que por preocuparse vivirán un día más? Aprendan de las flores que están en el campo. Ellas no trabajan para hacerse sus vestidos. Sin embargo, les aseguro que ni el rey Salomón se vistió tan bien como ellas, aunque tuvo muchas riquezas. Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan”. (Mateo 6:26-32)

Errores y accidentes humanos pueden haber participado o participarán de cada uno de estos hechos. Pero es Dios quien primero los tejió en su corazón.

Tú no eres una casualidad ni un descuido de tus padres. Tú eres un milagro del cielo.

Demos gracias a Dios porque Él no comete errores. Es un milagro. Creamos lo que su Palabra dice acerca de nuestro propósito para nuestra vida. 

Recuerda que Él nunca dejara de ser perfecto y de acompañarte en cada etapa de tu vida. 



No hay comentarios:

Publicar un comentario