viernes, 30 de diciembre de 2011

Es momento de evaluarnos


¡Vamos ahora! Los que decís: Hoy o mañana iremos a tal ciudad, y estaremos allá un año, compraremos y venderemos, y ganaremos; cuando no sabéis lo que será mañana. Porque, ¿qué es vuestra vida? Ciertamente es un vapor que aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece. En lugar de lo cual deberíais decir: Si el Señor quisiere, y si viviéremos, haremos esto o aquello. Mas ahora os jactáis en vuestras soberbias. Toda jactancia semejante es mala.  Así que, al que sabe hacer lo bueno, y no lo hace, le es pecado. Santiago 4:13-17

Esta es una de las lecturas que más me han impactado. Como seres humanos, tenemos infinidad de planes. Tenemos infinidad de sueños, metas y anhelos. Uno de los más grandes, pienso, que es el tener una familia como la Biblia lo manda. Todos, creo, planeamos a lo largo de nuestra vida, cuántos hijos tendremos, la clase de automóvil que queremos, la casa, en fin, muchas cosas. Pero, pocas veces nos preguntamos, si en realidad hemos cumplido los sueños de Dios para nosotros.

Lamentablemente lo que tenemos que hacer primero, lo hacemos de último. Me refiero a que oramos de último, le preguntamos a Dios de último. Dios debe ser lo primero que se debe cruzar en nuestra mente al momento de tomar una decisión. No podemos realizar alguna acción en la vida, sin antes consultar a Dios.

No te jactes del día de mañana, porque no sabes qué traerá el día. (Proverbios 27:1) La Biblia es muy clara, todos nuestros planes deben depender únicamente de Dios. Nuestra propia sabiduría nos llevará a perder el camino que Dios tiene preparado para nosotros.

Hay una frase que es muy popular, que nos han enseñado desde que estamos pequeños: “Sigue lo que tu corazón te diga”. Esto, es completamente antagónico a lo que la Biblia nos enseña.

En Jeremías 17:9 dice “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? “ La palabra de Dios es completamente clara sobre nuestro corazón. No debemos fiarnos en lo que nuestro corazón nos dice, debemos confiar en la palabra de Dios.

“El principio de la sabiduría es el temor DE Jehová: Buen entendimiento tienen todos los que ponen por obra sus mandamientos: Su loor permanece para siempre.”  (Salmos 111:10) Te he puesto en mayúsculas la preposición “de” para que veas que el principio de la sabiduría es conocer a Dios. No basta sólo con escuchar de Él. No basta sólo con decir que lo amas. Todo el mundo, bueno casi todo, dice amar y creer en Él. Pero, que lo conozcan, es muy diferente.

Ya no podemos seguir viviendo como a nosotros se nos antoja. Nuestra vida, debe estar sometida al señorío de Cristo. Para saber si nos sometemos, podemos hacer una prueba muy fácil: ¿Obedecemos a los acomodadores de sillas, en nuestra iglesia? Son las personas que te dicen en el lugar que debes sentarte. Si te sientas en el lugar que se te antoja y no obedeces ¿Te sometes? No lo creo.

En situaciones similares lo podemos observar. En el aparcadero de tu iglesia, si respetas los lugares, en fin. Pero, éstos sólo son ejemplos cualquieras. Para ver si nos sometemos al señorío de Cristo o no, también es muy fácil: ¿Cuestionas sus órdenes? ¿Vas cuando te dice que vayas? ¿Callas cuando te dice que calles? ¿Haces lo que Él te manda? Si preguntas la razón por la cual Dios te ordena algo, es porque no le crees. Estás dudando de lo que Él tiene para ti.

El año está a punto de terminar. Estamos a un pasito de decirle adiós. Pero, debemos preguntarnos si luchamos por hacer la voluntad de Dios o no. Debemos preguntarnos si le amamos, en verdad, o no.

Dios es muy claro en su palabra:

Juan 14:21 “El que tiene mis mandamientos y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama será amado por mi Padre; y yo lo amaré y me manifestaré a él”.

Juan 14:23 “Jesús respondió, y le dijo: Si alguno me ama, guardará mi palabra; y mi Padre lo amará, y vendremos a él, y haremos con él morada”.

Juan 15:10 “Si guardáis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor, así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor”.

1 Juan 2:3 “Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle: si guardamos sus mandamientos”.

1 Juan 5:3 “Porque este es el amor de Dios: que guardemos sus mandamientos, y sus mandamientos no son gravosos”.

2 Juan 1:6 “Y este es el amor: que andemos conforme a sus mandamientos. Este es el mandamiento tal como lo habéis oído desde el principio, para que andéis en él”.

Ya dejemos de lado ese evangelio suave en el que hemos vivido. Ya dejemos de lado ese evangelio de comodidad.

Dios nos manda a vivir en santidad para Él. Dios nos manda a vivir para su gloria. Dios nos manda a que obedezcamos su palabra.

Recuerda que la Biblia hay que leerla, creerla y vivirla.


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