viernes, 2 de diciembre de 2011

Deja que Dios te abrace


Venid a mí, todos los que estáis cansados y cargados, y yo os haré descansar. Mateo 11:28

Este día no me quiero extender demasiado. Es muy fácil dejar que otros escriban y uno leer. Pero, decirle a Dios que sea Él quien hable y nosotros escuchemos, eso debemos hacer.

Seguramente has de estar triste. Seguramente has de tener algún sentimiento, pensamiento, dolor o algo similar dentro de ti que no has podido sacar.

En este momento quiero que te detengas y pienses la razón por la que no has podido sacar eso de ti. Piénsalo detenidamente.

No hay prisa.

Piénsalo.

¿Seguro/a que estás listo?

Te doy un momento más para que lo pienses.

Acá la respuesta:

Ese es el problema que solo pensamos, pensamos; pero no oramos. Debemos cambiar ese orden en nuestra vida.

Primero debe de ser Dios.

Dile a Dios que te ayude a sacar esos sentimientos que no te permiten estar en paz.

Ahora, confía en Él.

Vuelve a orar, si quieres llorar, llora.

Dile a Dios que te abrace.

Pídele perdón a Dios por tus raíces de amargura.

Perdona a la persona que te lastimó.

Si quieres seguir llorando, llora.

Sigue hablando con Dios.

No pares.

Sigue hablando con Dios.

Ahora, recuerda que el principio de la sabiduría es el temor de Jehová. La Biblia hay que leerla, creerla y vivirla. Deja que Dios te abrace.



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