sábado, 5 de noviembre de 2011

¿A quién sirves?


Luego Josué añadió: “Respeten a Dios, obedézcanlo, y sean fieles y sinceros con él. Desháganse de los dioses que sus antepasados adoraban en Mesopotamia y en Egipto, y obedezcan sólo a Dios. Si no quieren serle obedientes, decidan hoy a quién van a dedicar su vida. Tendrán que elegir entre los dioses a quienes sus antepasados adoraron en Mesopotamia, y los dioses de los amorreos en cuyo territorio ustedes viven ahora. Pero mi familia y yo hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios”. El pueblo le respondió: “¡Nunca abandonaremos a nuestro Dios! ¡Jamás seguiremos a otros dioses! Dios puso en libertad a nuestros antepasados; nos libró de la esclavitud de Egipto. Sabemos de los milagros que él hizo, y de cómo nos ha protegido al pasar por muchas naciones hasta llegar aquí. Dios expulsó a todos los pueblos que estaban en nuestro camino, y a los amorreos que aquí vivían. Por eso obedeceremos a nuestro Dios”. Josué les dijo: “No es fácil vivir para Dios. Él no tolera el pecado ni acepta dioses rivales, y espera que se le obedezca en todo. Si le son infieles no los va a perdonar. Aunque siempre ha sido bueno con ustedes, se enojará si lo abandonan y adoran a otros dioses. ¡Los castigará y los destruirá por completo!” El pueblo le respondió a Josué: “¡Jamás haremos tal cosa! ¡Hemos decidido dedicar nuestra vida a nuestro Dios!”. Josué les dijo entonces: “Ustedes mismos son sus propios testigos de que han decidido vivir para Dios”. “¡Así es!” respondieron ellos. Josué añadió: “Entonces desháganse de esos dioses que todavía tienen, y prometan ser fieles al Dios de Israel”. Y el pueblo respondió: “Nosotros viviremos para Dios, y sólo obedeceremos sus órdenes”. Así fue como aquel día Josué y el pueblo reafirmaron en Siquem su pacto con Dios. En ese pacto se insistió una vez más en las leyes y mandamientos que el pueblo debía obedecer. Josué los escribió en el libro de la Ley de Dios. Luego tomó una gran piedra y la colocó debajo del roble que está junto al santuario de Dios. Le dijo a todo el pueblo: “Esta piedra que ven aquí, es testigo de todo lo que nuestro Dios nos ha dicho. La pongo aquí para recordarles que deben ser fieles a nuestro Dios”. Luego Josué despidió al pueblo y cada uno se volvió a su propio territorio. Josué 24: 14-28

Seguramente estás pensando que es otro devocional diario de “Tu única alternativa”, seguramente lo leerás como cada tarde/noche y tu vida seguirá como siempre, sin cambio, no hubo en ti un cambio en tu manera de vivir. Día a día Dios te habla a ti, sí a ti, por medio de cada devocional y tú como siempre te dignas a rechazar cada una de las palabras del Dios vivo y verdadero, el único que es sobre todo nombre, el amo y Señor de tu vida. 

Joven, hermano(a), ya es tiempo que decidas tú qué hacer con tu vida. Ya basta de jugar al cristianito o de jugar a la iglesia, deja eso, a Dios no le agrada en absoluto las sobras que le estas dando. DIOS NO ES UN DIOS DE JUEGOS
¿A quién sirves?

Decide tú a quien servir, las cosas terrenales vienen y van, hay momentos  aparentemente alegres, divertidos, satisfactorios, pero en realidad es sólo la máscara de una vida desorientada, una vida sin rumbo y tú lo sabes muy bien, ¿Y sabes por qué? porque estás poniendo en primer lugar a tus ídolos.

Pero, ¿Cómo? “Yo nunca he servido a ídolos”. Sí leíste bien, a tus ídolos, otras cosas que le están quitando el crédito a Dios, ya que tu tiempo lo consumes en cosas vanas, en cosas menos importantes que estar buscando la voluntad de Dios. ¿Y no te das cuenta que te estás sumergiendo en una vida de desaprovecho? ¿En una vida religiosa? Eso te va terminar matando espiritualmente.

¡Ya basta! Es hora de realmente buscar a Dios, de acercarnos a nuestro Padre. Miles de jóvenes caen en el pecado día a día, minuto a minuto, miles de jóvenes que ni siquiera han conocido a ese Dios de amor. ¿Y tú qué haces? ¡Levántate! Tú puedes marcar la diferencia, tú puedes encender la luz en tu ciudad, esa pequeña llama que quizás pueda incendiar tu entorno. ¿A quién sirves?

Hoy es tiempo de decidir, Dios no es un Dios de juegos, Él no tolera el pecado, Él no tolera a dioses rivales. ¿A quién o a qué le estás dejando su lugar? No es fácil vivir para Dios y lo sabes muy bien ¿Quién dijo que seguir a Cristo es un camino color de rosa? Para seguir a Cristo tenemos que ser valientes, no desmayar, perseverar ser constantes.

Ya no seas infiel, ya no juegues con Dios (pero si Dios es un Dios de misericordia) es un Dios de misericordia pero también es un Dios de ira. ¡NO SE PUEDE JUGAR CON DIOS!



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