lunes, 21 de noviembre de 2011

Debemos rendir nuestros sueños, y buscar la voluntad de Dios.


Luego Jesús les dijo a sus discípulos: "Si ustedes quieren ser mis discípulos, tienen que olvidarse de hacer su propia voluntad. Tienen que estar dispuestos a cargar su cruz y a hacer lo que yo les diga. Si sólo les preocupa salvar su vida, la van a perder. Pero si deciden dar su vida por mi causa, entonces se salvarán. De nada sirve que una persona gane en este mundo todo lo que quiera, si al fin de cuentas pierde su vida. Y nadie puede dar nada para salvarla". Mateo 16:24-26


Las palabras de Jesús en este pasaje parecen extremadamente duras. 


Pero en realidad son compasivas, porque señalan el camino de la vida verdadera. Cualquiera que desee esta vida auténtica debe adoptar una actitud de negación a uno mismo. Este texto señala 3 puntos sobre qué significa en verdad adoptar esta actitud y seguir a Jesús.


Debemos entregar nuestra vida. Hallamos vida no buscándola, sino llegando a una alineación correcta con Dios y su plan para nosotros. Conforme entregues tu vida, la hallarás. Esta “vida” de la que habla Jesús no significa solamente la vida después de la muerte, sino también “la vida durante la vida” Jesús dice que Él vino para darnos “una vida plena y abundante”. Juan 10:10. 


No debes tener miedo de confiar tu futuro desconocido a un Dios conocido. Su plan para ti es mejor que cualquier plan que puedes tener para ti mismo.
Debemos negarnos a nosotros mismos. “Negarse a sí mismo” significa poner la voluntad y los propósitos de Dios por encima de los nuestros. Descubrimos la voluntad de Dios para nosotros cuando escudriñamos, estudiamos y obedecemos la Palabra de Dios.


Debemos tomar nuestra propia cruz. Esto significa “morir” a nuestra propia voluntad y ambición egoísta. No permitas que este pasaje te asuste. A través de este morir a nosotros mismos es que hallamos el plan y el propósito de Dios para nuestra vida.


La vida cristiana no es una morbosa infelicidad ni un examen de conciencia excesivo. Es una vida de paz y gozo en tanto caminamos en armonía con el Dios que nos ha creado. Pablo resume esto perfectamente cuando Escribe Gálatas 2:20.


Sólo cuando el bulbo de un tulipán cae en tierra y muere, es que una bella flor puede crecer en su lugar. Entrégate voluntariamente al plan de Dios para tu vida. Nunca lo vas a lamentar.

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