domingo, 13 de noviembre de 2011

Lentes de fe


Jesús le contestó: “¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?” Juan 11:40

“Yo creo en Dios pero Él no actúa en mi vida”, “Yo creo en que no hay imposibles para Él, pero se olvidó de mí parece”, “Yo creo en que todo mejorará, pero por el momento no veo nada bueno”. El problema está en ¿Estás creyendo EN Dios o le estás creyendo A Dios? 

Hay una gran diferencia. Si tu crees EN Dios, tu fe sólo se limitará a lo que tu razón diga, si le crees A Dios tu fe superará todo límite posible.

No debes limitarte. Tener fe es ver más allá de tu problema, es ver más allá de las circunstancias momentáneas de la vida. Hay una frase, que al menos en mi país es conocida, que dice “es como tocar el cielo con las manos”. 

Tener fe, para mí, es como tocar el cielo con las manos. Es ver Su poder actuar antes de que lo haga, es ver Su amor en medio de la tormenta, eso es fe.

La Biblia nos advierte, que sin fe es imposible agradar a Dios. “En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan”. Hebreos 11:6. Y es que ¿Cómo quieres que Dios actúe en tu vida si no le estás creyendo a Él?

No tiene sentido que Dios esté pendiente de todos tus asuntos y tú no te tomes siquiera unos minutos al día para orar. Sé que suena fuerte, pero ya es momento de dejar de creer en Dios y empezar a creerle A Dios. Creer que Él puede hacer todo lo que tú no puedes. Créele a sus promesas, cree que aunque no lo veas Él está ahí.

Jesús nos dice “¿No te dije que, si confías en mí, verás el poder de Dios?”. Debemos creerle a Cristo, debemos confiar en Él. Cuando lo hagamos de corazón y no utilizando nuestra razón, veremos la mano de Dios moverse en nuestras vidas. 

Seguramente en las películas has visto escenas en donde agentes especiales se ponen lentes para ver más allá de lo que ve el ojo humano. Así mismo pasa con la fe, cuando nos pongamos los lentes de fe, comenzaremos a ver cosas que el ojo humano no puede. Veremos que Dios estuvo siempre aunque haya estado silencioso. Veremos que Él ha estado planeando cada detalle de tu vida, aunque no lo hayas sentido.

Ponte los lentes de fe. Créele a Dios, porque si puedes creer, todo será posible.



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