Los estables alcanzan las promesas de Dios

“La gente que no es confiable ni capaz de tomar buenas decisiones no recibirá nada el Señor”. Santiago 1:7-8 (BLA)

Debemos permanecer estables, para alcanzar las bendiciones.

En la versión Reina Valera le llama a estas personas: Inconstantes, inestables, incontrolables, cansados, con falta de firmeza.

Hoy en día vemos a muchos cristianos, en su gran mayoría, tomando malas decisiones o haciendo cosas que realmente para ellos es correcto. Pero todo lo que sube, debe de caer.

Lo más triste de esto, es que cuando caen o cuando caemos, al único que le echamos la culpa es a Dios. No todos, son pocos los que saben asumir sus errores; y preguntan a Dios “¿Señor POR QUÉ a mí?”, “¿Señor POR QUÉ no puedo ser feliz?”, “¿Señor POR QUÉ todo me sale mal?”. Yo me pregunto, ¿Y Dios qué dirá de todo esto? Santiago nos lo dice, que aquellos que no son constantes en sus caminos, no recibirán nada del Señor.

Por qué culpar a Dios cuando es Dios quien nos dice: “Yo te enseñaré, yo te mostraré el camino que debes andar”. Lo que hacemos es, “Yo lo haré, yo caminaré el camino que quiero andar”. Cuando no debe ser así, siempre vamos a caer al final de cuentas.

Buscamos el favor de hombres, buscamos llenar nuestro vacío con cosas, con personas, con tener una relación de pareja, cuando ni eso aun nos puede llenar. Es triste como podemos ver jovencitas, adolescentes que en vez de dejarle a Dios que Él ponga en su camino el hombre indicado, ellas lo buscan y al final terminan mal, quizá hasta entregando sus cuerpos, su vida y su corazón a quien no corresponde, olvidando a Dios.

Hombres que buscan también una chica, para llenar el vacío, o incluso pornografía para poder llenar esas pasiones carnales que tienen, pero realmente hasta eso les hace ser personas inestables. Saben decir “VOY A DEJARLO, SEÑOR TE LO PROMETO”, pero al día siguiente vuelven a caer en lo mismo.

Otros que no, viven aferrados a otras cosas, música, cosas totalmente fuera de la voluntad de Dios que los hacen apartarse y se hacen inconstantes, consideran que están bien, que creen en Dios, pero de conocerlo están bien lejos.

No sé qué es lo que a ti te hace inconstante, no te digo que sea fácil vivir en este mundo, pero qué rico es vivir amando a Dios, honrándolo con nuestra vida, y vivir día a día plenamente, agradándole.

Dios no pierde, los que perdemos somos nosotros. Los constantes, los que tienen las agallas, son los que verán los cielos abiertos en su vida. Dios te bendecirá cuando seas constante.

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