“Los judíos que vivían en esa ciudad eran más buenos que los judíos de Tesalónica. Escucharon muy contentos las buenas noticias acerca de Jesús, todos los días leían la Biblia para ver si todo lo que les enseñaban era cierto. (Hechos 17:1)
“Usa la Palabra de Dios para evaluar la enseñanza de otra persona”
Vemos en este pasaje que las personas de la ciudad de Berea examinaron las Escrituras para saber si las palabras de Pablo eran ciertas.
En los textos originales de la Biblia, escritos en griego, la palabra “examinar” podría ser traducida también como “escudriñar”. Lo hicieron porque sabían que podrían confiar en la Palabra de Dios y que podían usarla como una regla para evaluar las enseñanzas de otros.
Lo mismo se aplica para nosotros hoy en día. Todo lo que necesitamos conocer acerca de Dios se encuentra en las páginas de la Escritura. Estudiar la Biblia con dedicación nos ayuda a determinar cuáles enseñanzas son verdaderas y cuáles son falsas.
Si fallamos en estudiar la Biblia, podemos ser engañados a creer enseñanzas falsas. Pero si estudiamos la Palabra de Dios con constancia, bajo la iluminación del Espíritu Santo, nos capacitamos para distinguir entre la verdad y el error.
Hay un dicho muy bueno y confiable para tenerlo en mente: “Si alguien dice “tiene una nueva palabra” o una “nueva revelación del Señor”, pues podemos estar seguros de que no es cierta. ¡Si es cierta no es nueva! ¡Si es nueva no es cierta! Y si no está en la Palabra, no es del Señor”.
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