viernes, 5 de agosto de 2011

Guarda el silencio y escucha el silencio


Temblad, y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra cama, y callad. Salmos 4:4


Dios vive en el sonido puro del silencio. Dios ama cuando nosotros quedamos en silencio y le escuchamos. Dios necesita que nosotros guardemos silencio.


A mí me encanta salir solo, estar un buen rato a solas, compartir conmigo mismo un tiempo a solas. Sé que puedes decir que la Biblia dice que no es bueno que estemos solos, es verdad. Pero, la soledad no es un estado, la soledad es una emoción.


Temblad y no pequéis, o sea sentirás temor, pero no debes dudar del poder de Dios. Habrá momentos en los cuales vamos a tener miedo, sí. Lo malo es cuando dudamos del poder de Dios. Dios en su soberanía nos llevará por caminos que no sabremos qué hacer. Nos llevará por momentos en los cuales estaremos confundidos.


En estos momentos es cuando debemos de guardar silencio y escuchar lo que Dios tiene que decir. Sí, es verdad que debemos pedir ayuda, pero después de pedir ayuda debemos guardar silencio y escuchar la voz de Dios en nuestro corazón.


Me podrás decir que para qué esperar a estar perdidos, tienes toda la razón. Lo malo que nosotros como seres humanos esperamos hasta el último momento para orar, para hablar con Dios. Cosa que tendría que ser lo primero antes de emprender cualquier actividad en nuestra vida.


Nosotros perdemos el camino porque no descansamos, somos demasiados impacientes. Dios nos dice que meditemos en nuestro corazón, estando en nuestra cama y callad; porque Él quiere toda nuestra intimidad, Él quiere estar con nosotros platicando, quiere que nosotros le contemos cada detalle de nuestro día.


Pero, somos tan buenos para hablar y tan malos para escuchar. En esta situación es donde nacen los grandes problemas. Por ahí dicen que de los pequeños detalles nacen los grandes amores. Lo diré bíblicamente: En lo poco me fuiste fiel en lo mucho te pondré. Este pasaje bíblico no es necesariamente al dinero o lo material. Se refiere a tu confianza hacia Dios, se refiere a tu intimidad con Dios. Se refiere a tu fe.


Todo lo que emprendemos en nuestra vida, debemos preguntarlo a Dios. No podemos hacer cualquier actividad sin antes consultarlo a Dios. ¿Por qué? Por el Señorío de Dios. Jesús es nuestro salvador, sí. Pero, también es nuestro Señor.


Todo lo debe dictar Él. Debemos saber esperar en la presencia de Dios.


Debemos saber escuchar el silencio de Dios. Debemos saber que Dios habla de muchas formas, en cualquier momento. No esperes la respuesta de Dios en el lugar más obvio. Espera la respuesta de Dios en el lugar que tú menos pienses. Espera la respuesta de Dios en tu corazón. Ahí en tu corazón está la respuesta que estás buscando. Consulta a Dios, escucha a Dios en tu corazón.



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