viernes, 19 de agosto de 2011

Amor del bueno



Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor. Isaías 54:7-8


Temprano por la mañana veía los informativos de mi país. Viéndolo, me di cuenta que sí existe amor del bueno. No, no es una canción, es un sacrificio, que por gracia y misericordia, nos da la salvación en la vida eterna.


Una madre estaba parada afuera de un centro penitenciario, haciendo fila para entrar a ver a su hijo. El periodista le pregunta ¿Qué ha hecho su hijo para estar el centro de detención? Ella con gran amor le responde que no ha hecho nada, que es injusto que su hijo esté ahí.


Lo mismo se preguntan todos sobre nosotros: ¿Qué hacemos para merecernos tanto amor de parte de Dios? ¿Qué hemos hecho que siempre cargamos una sonrisa en el rostro? Es probable que no estemos felices en nuestro estado de ánimo, pero nuestra vida está muy bien. ¿Cómo así? Obviamente, los problemas harán que te sientas desanimado, enojado, triste. Pero nosotros sabemos que estamos bien porque tenemos un Dios que nos ayuda y nos garantiza la victoria si le creemos.


Es verdad, también, que muchas veces nuestras malas decisiones nos traerán consecuencias duras a nuestra vida. Pero, la gracia y la misericordia de Dios sobrepasan todo entendimiento. Ya no luchemos por querer entender ese inmenso amor. Mejor creamos que ese inmenso amor es capaz de hacer cosas indescriptibles.


Dios nos ama, pero ¿Nosotros amamos a Dios? Nosotros confiamos en Dios, pero ¿Dios confía en nosotros? La bondad de Dios nos ocupa aun cuando ni cuenta nos damos. Dios en su gran amor siempre nos levantará.


No hay que jugar con la gracia, porque Dios, en el texto que leímos, nos deja en claro que sucede al jugar con ella.


Dios, tampoco, es un milagrero. Dios da por su infinita gracia y misericordia. Es momento de creerle más a Dios, es momento de amar más a Dios. Dios nos ama con un amor incalculable e incompresible. Nuestros errores no hacen que Dios nos ame menos. Nuestros errores hacen que Dios nos discipline, pero nos disciplina porque nos ama.


Si esto no es amor del bueno, ¿Qué alguien me explique qué es? Dios entregó a su hijo para morir por todos nosotros. ¡Hey! Entregó a su hijo unigénito. Entregó a Jesús para que los que confesemos con nuestra boca que Jesús es el Señor y lo creamos en nuestro corazón seamos salvos. ¡Este sí es amor del bueno!




No hay comentarios:

Publicar un comentario