martes, 13 de agosto de 2013

La familia que escogemos









“En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia.” (Proverbios 17:17)

Creo que muchas veces hemos escuchado este dicho: “los amigos son la familia que uno escoge”

Y en efecto así es uno escoge que personas serán nuestros amigos, conforme vamos ingresando a nuevas actividades, conocemos a nuevas personas a las cuales nos acercamos por tener ciertas cosas en común o porque simplemente congeniamos bien desde el primer momento.

El colegio es el lugar donde nosotros comenzamos a elegir esa familia que nos acompañara a lo largo de nuestra vida.

Es importante saber qué tipo de amigos vamos a elegir para que sean parte de nosotros. Muchas veces pensamos que los amigos son aquellos que nos cubren cuando vamos a hacer algo que no debemos, aquellos que nos enseñan a experimentar nuevas cosas; que más que hacernos un bien es un mal para nosotros.

Pero amigo es mucho más que solo pasársela bien, un amigo es una persona que estará con nosotros a pesar de nuestros errores, a pesar de los malos momentos que pasemos, un amigo es alguien que siempre nos dará un consejo, una regañada cuando nos hayamos equivocado.

Muchas de estas cosas no nos van a gustar al principio, como cuando nos digan que nos hemos equivocado; pero es en estos momentos de error o dificultad cuando aparece esa “familia” que nosotros elegimos.

Debemos analizar qué tipo de “familia” nos rodea, si es de aquellas que están para nosotros en todo momento apoyándonos y exhortándonos; o es de aquella que solamente aparecen cuando hay “fiesta”.

A lo largo de nuestra vida creo que hemos recibido ciertas decepciones por parte de nuestros amigos, esto resulta muchas veces porque no hemos sabido elegirlos bien y hemos buscado a personas que en lugar de beneficiar nuestra vida solamente ocasionan un mal en ella.

Pero no todas las decepciones son porque nuestros amigos no son los correctos, ha habido ocasiones que han sido porque simplemente somos humanos y nos equivocamos; pero cuando ese amigo forma parte de esa “familia” incondicional esa decepción, ese problema desaparece y se comienza de nuevo.

Hay algo importante que debemos de recordar en todo esto de la búsqueda de nuestra “familia”. Al hacer la lista de cómo queremos que sean nuestros o amigos o de cómo soñamos que sean, aparecen ciertas características muy comunes como: fidelidad, compañerismo, comprensión, apoyo, solidaridad, amor, entre muchas otras.

Pero debemos de recordar que si nosotros queremos que nuestros amigos tengan todas estas características, hay algo que tenemos que hacer de nuestra parte.

En Proverbios 17 podemos leer que un amigo ama en todo tiempo; en los buenos y en los malos y que en esos momentos de adversidad siempre están ahí apoyando y dando ánimos.
Esto es lo que Dios nos manda a que hagamos. Es muy importante que nosotros como hijos demos ese ejemplo de amistad.

Si nosotros queremos tener buenos amigos, que sean fieles, que estén con nosotros en los buenos momentos pero sobre todos en aquellos que pasamos dolor; es importante que primero nosotros demostremos ser esos amigos.

Debemos empezar nosotros por ser esa “familia” que los demás buscan. Tenemos que amar en todo tiempo a nuestros amigos, mostrar que nuestro cariño es sincero y no interesado. Cuando haya un momento de dificultad o necesidad estar ahí para ellos que sepan que cuentan con nuestro apoyo.

Si empezamos nosotros por ser esos buenos amigos, es más que seguro que también esas  personas, esa familia que nosotros escogemos estará para nosotros de la misma manera como lo estuvimos nosotros cuando nos necesitaron.

“El hombre que tiene amigos ha de mostrarse amigo; y amigo hay más unido que un hermano” (Proverbios 18:24)

Los amigos son regalos de Dios, son personas que muchas veces Dios usa para guiar nuestra vida (si hemos elegido a los correctos).

La palabra de Dios nos aconseja que si tenemos la dicha de poseer amigos, debemos comportarnos como verdaderos amigos, no pretender que cuando los necesitemos estén ahí pero cuando ellos necesitan de nosotros entonces les demos la espalda.

Así como queremos que sean nuestros amigos, así debemos comportarnos nosotros también.

Si tenemos esa clase de familia que está con nosotros siempre apoyándonos y procurando siempre lo mejor para nosotros, es momento de dar gracias a Dios, por poner en nuestro camino a esas personas que nos llenan de alegría cuando todo tiene un color gris.

Valoremos y cuidemos a nuestros amigos, es bonito contar con una amistad, saber que hay alguien con quien poder contar y compartir buenos momentos. Pero no olvidemos que nosotros también debemos otorgar esa amistad sincera y fiel.

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