miércoles, 14 de agosto de 2013

Cristianos Carnudos









Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatrías, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.  Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,  mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.  (Gálatas 5:19-23)

Muchas veces hemos escuchado la frase “Cristianos Carnudos”, en alusión a algún cristiano que está haciendo cosas “indebidas”, pero, definamos antes, que son para nosotros esas cosas “indebidas”, podemos decir que es: el adulterio, fornicación, lascivia, homicidios, borracheras, y así puedo seguir la lista. Y si, muchas de estas son descritas en el texto de Gálatas como obras de la carne de las cuales un hijo de Dios no debe practicar, pero si continuas leyendo veras que también se mencionan algunas obras que seguramente  más de alguna vez hemos practicado sin creer que son reflejo de nuestra lejanía con Dios. Como lo son: enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, envidias, etc.

Quiero que te preguntes ¿Cuál de estas obras de la carne esta más manifiesta en mi vida?

 Muchas veces sin darnos cuenta nos volvemos personas con las cuales se puede discutir fácilmente, o tal vez nos enojamos con facilidad, nos sentimos celosos  por cualquier persona que se acerca a nuestros seres queridos porque sentimos que “invaden” nuestro territorio, ¿Te has sentido así  alguna vez? Porque yo si lo he sentido y créeme que no es para nada agradable sentirte así.

Cada vez que sientes que estás obras de la carne, como las llama el libro de gálatas, se apoderan de ti, es porque en definitiva estas mal espiritualmente  y en ese momento te conviertes en  un “Cristiano Carnudo” ya que tus obras lo manifiestan y en resumen te vuelves una persona INTOLERABLE Y FRAGIL. 

Es tiempo que te decidas de una vez por todas a revestirte de la armadura del Espíritu y poder así cosechar los frutos de Él, como  el amor, gozo, paz, paciencia, bondad... Pero ¿Cómo? Pues practicando las cosas del Espíritu, leer la biblia, orar, cantar y escuchar alabanzas, asistir a la iglesia con pasión, escuchar predicaciones, etc., es decir crear una vida Espiritual  propensa para que se vean los frutos que siembras, y así volverte una persona, con el gozo del Señor y que tu rostro resplandezca de tal forma que las personas deseen ser como tú.

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