miércoles, 28 de agosto de 2013

Agradecimiento









En alguna ocasión, ¿Te has sentido mal porque regalarle algo a un amigo te hizo una cara de “no me gustó”, o dijo: “mmm…está bonito, pero me hubiera gustado más de otro color”? o “¿Tienes el recibo para cambiarlo?” pueda que alguna vez te paso, y lo más probable es que ésa haya sido la última vez que regalaste algo a esa persona, ¿Cierto? Si al contrario, ves que la persona se llenó de alegría y se mostró agradecido, la probabilidad de que vuelvas a regalarle algo será muy grande.

Pueda que sea verdad decirlo, y es triste pero vivimos en un mundo en donde las personas nos volvemos cada vez más exigentes y somos muy poco agradecidas (Por no decir “malagradecidas”)

En verdad, siendo muy sincero, se necesita de mucha humildad de nuestra parte para reconocer realmente a diario que somos bendecidos o “beneficiados” por Dios mismo o por alguna persona que Él usa en nuestro camino. 

Nuestra gratitud, hacía el Señor o hacia los demás habla mucho sobre la calidad de persona que somos.

Muchos hoy en día han perdido la capacidad de agradecimiento, y  encierran puertas que probablemente jamás se abrirán y alimentan su egoísmo, al pensar que “todo lo que hacemos es porque lo merecen”. La palabra de Dios nos enseña que nuestro diario caminar debe ser en actitud de agradecimiento (que todo lo que hagamos, lo hagamos dando gracias).

Si sabemos ser agradecidos con nuestro Dios, lo seremos también con los demás.
La Biblia nos dice:

“Alaben a Dios el Padre de todo corazón, y denle siempre gracias por todo” (Efesios 5.20 TLA)

Pero tal vez alguien preguntaría “¿Cómo agradecer a Dios si tengo situaciones difíciles?” no quiero sonar simplista, te explico: El ser agradecido con Dios es la clave y vital, pues es el espíritu de agradecimiento (es decir, el deseo, las ganas, la confianza en Dios) lo que hace la diferencia.

Son nuestras palabras de nuestro corazón, y no tanto las palabras que salen de nuestra boca, lo que realmente importa.

“Den gracias a Dios en cualquier circunstancia. Esto es lo que Dios espera como cristianos que son. “(1 Tesalonicenses 5.18 TLA)

El apóstol Pablo no está diciendo que demos gracias a Dios por todo, sino  que nos invita a que demos gracias a pesar de todo. ¿Por qué? ¡Porque podemos descansar totalmente en nuestro papá perfecto, el Dios del universo, nunca nos dejará ni nos soltará!

Debemos ser agradecidos por todo lo que recibimos de su mano, la vida que tenemos, las fuerzas, la oportunidad maravillosa de vivir en donde vivimos, el sustento que no falta, son todos milagros por los cuales debemos ser abiertamente agradecidos. 

Es tiempo de dejar de actuar como si todo lo que somos o tenemos fuera consecuencia de nuestro propio esfuerzo, pues todo lo debemos a Dios que es amor y que nos busca y nos enamora cada día.

El Salmista David asoció el ser agradecido con Dios, como una forma de darle alabanza solo a Él. Debemos el mérito completo al Señor, vivamos agradecidos y veremos aún cosas más poderosas en nuestro diario vivir.

“Cuán bueno, Señor, es darte gracias y entonar, oh Altísimo, salmos a tu nombre” (Salmos 92.1 NVI)

PARA QUE PRACTIQUES HOY:

Comienza agradecer ahora mismo por las oportunidades de estar con vida este día, hazlo todas las veces que puedas y en donde quiera que estés.

Empieza a hacer una lista de agradecimiento y escribe todo lo que quieras agradecer a diario. Esto te ayudará a recordarte todo lo que eres y lo que Dios te ha dado, aquí te doy un ejemplo (pero escribe tu propia lista):

-      Gracias por cada día en que me despierto y veo el sol brillar.
-      Gracias por mi familia, mis amigos, por su bienestar, su salud y sus progresos.
-      Gracias porque puedo respirar, caminar, sentir, ver y disfrutar todo a mi alrededor.
-      Gracias por mi salud.
-      Gracias por que me permites disfrutar lo que hago.
-      Gracias por lo que tengo y por lo que aún no tengo.
-      Gracias por el país en que vivo.
-      Gracias por mis líderes y pastor.

Has esta oración conmigo y repítela durante el día; Jesús, te agradezco tanto por la vida que me has dado, muchas gracias por darme el privilegio de vivir en estos tiempos. También te agradezco por mi familia, por mis hermanos, por mi escuela, simplemente por ser UN DIOS TAN BUENO, nunca me cansaré de agradecer tu amor y fidelidad. En tu nombre, Amén.

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