martes, 27 de agosto de 2013

Disciplina espiritual Part. I









Creer en Jesucristo es una cosa, ser su discípulo de él es otra. En Juan 8:31 LHH podemos ver lo que Jesús le dijo a sus seguidores: “Si ustedes se mantienen fieles a mi Palabra, serán de veras mis discípulos”.

No sé si te ha pasado que vez televisión dos horas, pero “no hay tiempo” (sino dos minutos) para leer La Biblia antes de ir a dormir. Por ende nos hacen falta desarrollar las disciplinas espirituales básicas. 

Hay personas que no salen de su casa sin leer el horóscopo, y hay gente que ponen toda su energía en ver lo que pasa con su equipo favorito o en el chisme del momento de la farándula, ¿Te podes imaginar qué sería del mundo si pusiéramos esa misma constancia en buscar la dirección de Dios en Su Palabra?

La Palabra, es tan poderosa que puedes escuchar a Su autor al leerla y estudiarla, (Así como escuchas a tus amigos cuando hablas con ellos), ¡Es real y funciona! Yo nunca escuche a Dios con mis oídos, pero muchas veces lo he escuchado al Leer Su Palabra.

El Apóstol Pablo escribió a Timoteo:

“Tú sigue firme en todo aquello que aprendiste, de lo cual estás convencido. Ya sabes quiénes te lo enseñaron. Recuerda que desde niño conoces Las Sagradas Escrituras, que pueden instruirte y llevarte a la salvación por medio de la fe en Cristo Jesús. Toda escritura está inspirada por Dios y es útil para enseñar y reprender, para corregir y educar en una vida de rectitud, para que el hombre de Dios esté capacitado y completamente preparado para hacer toda clase de bien.” (2 Timoteo 3.14-1) (Énfasis agregado)

Hay disciplinas las cuales puedes desarrollar para disfrutar aún más tu relación con Dios, (Orar, meditar, etc.) y una valiosa es Estudiar Las Escrituras. Aunque es imposible formar un hábito en un espacio tan pequeño como este devocional, a continuación te quiero enseñar una de las maneras que a mí me gusta realmente (y espero que sea el inicio de una nueva vida en La Palabra para ti).

Empieza tu día leyendo un Proverbio (Hay uno para cada día del mes) ¡Fantástico! Subraya lo que te impacta, y si es necesario deja de leer por un momento para pensar en algún versículo que resalte y que te hable directamente.

Cuando acabes el capítulo, regresa al principio y comienza a orar (con los ojos abiertos) La Palabra. Es decir, aprópiate de lo que estás leyendo y decláralo en tu vida, en la de tu familia, haz pactos con Dios. Esto se puede hacer en el autobús cuando vas rumbo a la escuela, o el trabajo, o si estás en casa.

PARA PRACTICAR HOY (y hacerlo oración):

Te doy un ejemplo con los primeros versos de Proverbios 2 y lo puedes terminar tú solo como parte de tu práctica del día (pero no te detengas, mañana y el resto del mes sigue practicándolo)

(v.1-2) “Querido jovencito, grábate bien mis enseñanzas; memoriza mis mandamientos. Así te irá bien por el resto de tu vida

Allí me detengo y oro lo siguiente: “Dios, quiero que mi mayor tesoro sea oír tu voz cada día, lo que enseñas, lo que quieres verdaderamente para mí, si escucho tu voz, no tengo por qué temer al futuro”.

(v.3-4) “Ama siempre a Dios y sé sincero con tus amigos; así estarás bien con Dios y con tus semejantes.” 

Me detengo y de nuevo oro: “Jesús, quiero amarte por encima de todo lo que tengo y quiero tener, y por encima de lo que soy y quiero ser. También ayúdame a poder ser más como tú y ser un canal de bendición a mis amigos, y a las personas que tengo cerca”.

(v.5-6) “Pon toda tu confianza en Dios y no en lo mucho que sabes. Toma en cuenta a Dios en todas tus acciones, y él te ayudará en todo.

Oro de nuevo: “Jesús, ayúdame a nunca, confiar en mí o en mis capacidades, QUIERO tomarte en cuenta en TODO lo que haga, pues así sabré que estoy caminando en tu plan.”
Y así continua el resto del capítulo, y sigues practicando este método, notarás que escucharás a Dios todos los días.

Has esta oración conmigo y repítela durante el día; Toma algún verso del Proverbio de hoy que te haya impactado y agrégalo a tu curación de hoy: “Jesús, ¡Que impresionante es poder tener una relación contigo! El resto de este día quiero estar pensando y meditando lo que me has hablado este día, quiero colgar tus enseñanzas en mi cuello y así estar atento siempre para escucharte hasta irme a dormir, Te Amo y quiero conocerte cada día más; En tu nombre. Amén”.

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