viernes, 28 de octubre de 2011

¡Vamos que sí se puede!


No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar. 1 Corintios 10:13

La tentación es un hecho de la vida. Ningún cristiano debe jamás pensar que ha avanzado tanto espiritualmente que ya nunca más será tentado. Una actitud así hace al individuo vulnerable a los ataques de Satanás. Cuando Dios permite que seamos tentados no es que trate de destruirnos. Él permite la tentación para que podamos madurar espiritualmente. Las tentaciones son las pruebas de la profundidad de nuestra dedicación a Cristo. De manera que no es pecado ser tentado. El pecado es entregarse al tentador.

Nunca debemos suponer que la entrega sea inevitable. Junto con la prueba Dios siempre provee un medio para la victoria. Después de vencer la tentación hay más fuerza para resistir la prueba siguiente. En la Biblia Dios nos advierte mostrándonos las faltas de los que cayeron en tentaciones. También ha documentado las victorias de sus hijos que se enfrentaron a la tentación y vencieron.

Las experiencias espirituales mayores no garantizan que un cristiano no pueda caer. Cuanta más luz espiritual recibe una persona, mayor es su responsabilidad y más severas son las consecuencias si peca contra el Señor. Como cristianos, estamos bajo la gracia y por lo tanto gozamos de la libertad de venir a Dios por medio de Jesucristo para poder recibir inmediatamente el perdón de los pecados.

Pecar creyendo que "Dios me va a perdonar cuando todo esto haya pasado" es burlarse de esa bendición. Los privilegios del creyente en Cristo tienen el propósito de contribuir a su madurez espiritual. El ser adormecido por un falso orgullo que da por sentado que uno está en un pedestal muy alto como para recibir la disciplina de Dios, traerá la ruina espiritual.

La clave para la victoria está en las tres palabras "fiel es Dios". Se puede confiar en Dios. Él sabe la carga que una persona puede llevar y no permitirá una más pesada. Ha declarado que cualquier tentación que Él le permita a la persona se puede vencer en su poder. Dios siempre provee una salida, dijo Pablo. Aunque distintas tentaciones pueden tener distintos medios de escape. Dios le ayuda a su pueblo a encontrar la salida. Fíjese que Dios hace esta provisión "juntamente" con la tentación. Cuando llega el ataque, la salida lo acompaña. Dios no permitirá la tentación sin dar los medios de escape.

Debemos tener una mejor comunión con Dios. No podemos vivir sin leer su palabra. No podemos vivir sin orar. Todos los días es una lucha constante, para ello debemos estar preparados. La preparación solo se logra de la mano de Dios. Mientras mejor es tu comunión con Dios, más fuerte eres. Lucha que sí se puede.



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