sábado, 15 de octubre de 2011

Déjalo entrar


Mientras esperan al Señor, muéstrense alegres; cuando sufran por el Señor, muéstrense pacientes; cuando oren al Señor, muéstrense constantes. Romanos 12:12

A veces parece difícil cumplir con lo que este versículo dice. Es difícil estar alegre cuando todo se está derrumbando, esperar cuando parece que ya no hay más tiempo, es difícil perdonar a alguien que nos ha ofendido, es difícil mantenerse en calma cuando estás desesperado y preocupado, es difícil tener fe cuando muchas situaciones diaras no nos dejan creer.

Pero a pesar de lo difícil que sea, por más duro que todo resulte, debes confiar en el Señor que te fortalece.

Sí, confiar en el Señor que te fortalece. Aquel que dio su vida por ti. Aquel que resignó su riqueza, poder y majestad en la tierra para humillarse y ser un hombre más. Aquel que te ama hasta el punto que te prometió que volvería a buscarte. Aquel que te enseñó que en los cielos hay un Padre que tiene todo el control.

Aquel mismo, Jesús, el que ha hecho más de lo que imaginas por ti, ¿No crees que te sacará de donde estás? ¿No crees que llegará el momento en que te dará Su paz? Yo te aseguro, que ese hombre, ese Dios, ese amigo, ese hermano, ese consolador, ese TODO que es Jesús, quiere fortalecerte.

Cierta vez leí una historia de un pintor. Este hombre, en una de sus obras, pintó el frente de una casa con la puerta de entrada. La gente estaba asombrada por la belleza de esa pintura, pero una persona notó que la puerta no tenía picaporte del lado de afuera ni cerradura. A esa casa no se podía entrar desde afuera.

"¿Pero cómo se supone que se entra a esa casa? ¡Esa pintura tiene falla!" y el hombre muy tranquilo les explicó: "Esa casa es el corazón del hombre, solamente se abre del lado de adentro. Cuando Jesús toca, es decisión del hombre dejarlo entrar". Es así, tú elijes si quieres quedarte encerrado con tus problemas y preocupaciones o decides abrirle la puerta a Jesús. Cuando Él esté en tu corazón, te llenará de Su paz.

Cuando esperes en Él, muéstrate alegre porque sabes que está contigo. Cuando sufras por Él y alguien te ofenda, sé paciente porque sabes que Dios te recompensará. Cuando ores, muéstrate constante y demuéstrale a tu Dios, que a pesar de todo, sabes que Él tiene el control.


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