lunes, 27 de junio de 2011

Yo soy la Revolución


Ustedes han oído que se dijo: <<Ojo por ojo y diente por diente>>. Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien le da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Si alguien te pone pleito para quitarte la capa. Déjale también la camisa. Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro. Llévasela dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda. Ustedes han oído que se dijo: <<Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo>>. Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibieran?  (Mateo 5:38-46)

En toda la historia de la humanidad nunca jamás ha habido un discurso tan revolucionario como este. Cada insinuación va completamente al choque con las reacciones humanas normales. Veamos las cuatro primeras.

-         No resistir al que te hace mal.
-         Si alguien te una bofetada, presentarle la otra mejilla.
-         Si alguien te quita la capa, darle también la camisa.
-         Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llevársela dos.

Y  la lista sigue. Parece una locura. Pero pensemos por un momento: ¿Qué tal si todos comenzáramos a practicar todo eso? ¿En qué cambiarían las cosas? ¡EN TODO! La sociedad sería completamente diferente.

Si un buen grupo de seguidores de Cristo comenzáramos a hacer eso, sin duda la onda expansiva modificaría mil realidades. Y si fuéramos miles…. Y si fuéramos los casi dos mil millones que hoy se profesan cristianos en el mundo, según algunas estadísticas…. Pero todo comienza por uno. Como en todas las revoluciones. Siempre hay uno que determina hacer una aparente locura y decide que él es la revolución.

El grupo Rojo escribe: Ser último es ser primero, Perder es encontrar, Tener hambre es ser saciado, servir es autoridad. (Canción: La revolución)

Ya es tiempo de ser La revolución, aquellos que, vamos impactar al mundo que Dios nos ha dado, ese trabajo que debemos hacer todos los días de nuestras vidas, decidirnos una vez por todas en ser diferentes, es hora, es tiempo, de ser la revolución.

Punto de reflexión:

¿En qué te hace pensar este discurso de Jesús?

¿Qué te dan ganas de hacer?



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