sábado, 11 de junio de 2011

Cuando no damos más


Vengan a mi todos  ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso. Mateo 11:28

Muchas veces nos gustaría cambiar el canal y aparecer en una comedia. Decimos: << ¡Estoy harto de mis padres!>> <<¡No aguanto a mi hermana!>> <<¿Por qué no existo para el chico que me gusta?>> << Parece que esta cara me la hubiera ganado en un sorteo>>. Y nos llenamos de rabia, y más tarde de depresión.

El diccionario define a la depresión como un estado emocional que se caracteriza por sentimientos de incapacidad, desesperación, cansancio, melancolía, tristeza y hasta inactividad (como el encerrarnos en nuestro cuarto eternamente).

En los años que llevo como pastor de jóvenes pude diferenciar tres razones que llevaban a mis amigos adolescentes a deprimirse. Circunstancias negativas: situaciones de corta duración en las que las cosas no salen como esperamos. Varias veces me tocó experimentar estas situaciones personalmente (no soy supersticioso, pero cierto año de mi vida fue como si me hubiera cruzado setecientos gatos negros que hacían fila para burlarse de mí).

A todos nos ocurre, y es parte de la vida diaria. Realidades a largo plazo: se refiere a circunstancias que nos acompañan por un largo tiempo, quizás desde que nacimos. Muchos viven preguntándose por que les tocó vivir determinada realidad y no pueden superar un estado de depresión crónico por algo que les sucedió.

Pecado: cuando el pecado hace nido en nuestra vida, resulta muy probable que Satanás nos persuada para que vivamos una doble vida. A veces se puede engañar a los demás por un tiempo. Pero la conciencia nos molesta y la presión que ello ejerce sobre nosotros nos llena de tristeza.

Jesús nos dejó una hermosa promesa  para cuando estamos deprimidos. Ya sea que nos tiren abajo las circunstancias negativas o las realidades difíciles de cambiar, podemos correr a Jesús con la seguridad de que Él nos va a recibir con los brazos abiertos. En Él encontraremos descanso, Él nos ama incondicionalmente, nos entiende perfectamente y puede hacer una diferencia eterna en nuestra vida.

Punto de reflexión:

¿Qué cosas te deprimen?

¿A dónde puedes ir para encontrar ayuda?



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