miércoles, 24 de julio de 2013

Todo tiene un “paraqué”

“Al pasar Jesús, vio a un hombre ciego de nacimiento. Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: Rabí, ¿Quién peco, este o sus padres, para que haya nacido ciego? Respondiendo Jesús: no es que peco esté, ni sus padres, sino que las obras de Dios se manifiestan en Él.” (Juan 9:1-3)

Al analizar nuestra vida nos damos cuenta que hay ciertas circunstancia por las que estamos pasando y no tenemos una respuesta para ese problema.

Muchas veces duele ese problema en al cual nos estamos enfrentando o esa enfermedad que nos ha llegado, nos desmotiva porque pensamos que Dios no nos dará la sanidad que estamos pidiendo.

Pasamos preguntando a Dios porque ha permitido ese problema o esa enfermedad en nuestra vida, lloramos ante su presencia en busca de una respuesta pero simplemente Dios no responde a ese llamado.

Cuando esto sucede nos angustiamos pensamos que Dios no nos escucha, creemos que somos nosotros los del problema y que es por eso que Dios ha permitido que tribulaciones lleguen a nuestra vida.

Como seres humanos no alcanzamos a entender y comprender los planes de Dios, nosotros no podemos ver más allá de nuestro presente; mientras que Dios si puede ver lo que más adelante nos espera.

Es por esta razón que Dios permite ciertos problemas o enfermedades en nuestra vida porque él sabe lo que el día de mañana hará con nuestra enfermedad o problema.

Cuando las situaciones difíciles o las pruebas llegan a nuestra vida lo único que hacemos es angustiarnos, pensamos una y mil formas de dar solución a nuestras dificultades, pero nada de lo que hacemos logra darnos esa solución.

Nos enfrascamos tanto en que queremos salir de los problemas, porque agobian nuestra vida, nos causan dolor.

Pero lo que no nos ponemos a pensar y a meditar es que para cada cosa que nos sucede Dios ya tiene un propósito.

No todo lo que nos acontece es porque seamos desobedientes o porque cometimos algún pecado Dios nos está castigando con ese problema.

A través de su palabra nos damos cuenta que hay cosas que nos pasan porque Dios por medio de la dificultad que estamos pasando se va a glorificar.

¿Y qué significa que Dios se va a glorificar?

Dios a su tiempo dará la solución o la sanidad que  tanto anhelamos, todo esto para que las personas que están a nuestra alrededor; ya sea personas cristianas o no cristianas puedan ver las maravillas de Dios.

A través de nuestro problema Dios se revelara a las personas, dejando en evidencia que él es un Dios poderoso, enseñándonos que solamente confiando en él las dificultades en nuestra vida desaparecen.

Cuando llega el momento en que Dios se glorifica en nosotros, vemos todo de una manera diferente, solo hasta ese instante logramos comprender los propósitos que Dios tenia de tras de esa enfermedad o problema.

Dios nos quiere enseñar que él tiene todo planeado, que él jamás hace algo al azar.

De tras de un problema siempre hay una solución; quizá si muchas veces esos problemas nos causan dolor, este dolor no nos permite entender que todo tiene un “paraqué”.

Al no dejarnos guiar por Dios y no poner nuestra confianza en él, el dolor que nos causa nuestra situación difícil solo nos sega a lo que Dios nos está hablando y enseñando con nuestra prueba.

Sabemos que es inevitable que nuestro corazón se entristezca cuando los problemas llegan a nuestra vida, pero no debemos permitir que ese sentimiento de pena nos invada.

Debemos permanecer confiados que Dios tiene el control de nuestras vidas y que aunque en estos momentos no veamos el “paraqué” de esa situación, Dios ya ha pensado en TODO y que junto con nuestro problema también nos dará la solución.

No olvidemos que Dios ve mas allá de nuestro presente, es por eso que ya ha trazado un plan perfecto para nuestra vida.

Nuestra condición de seres humanos no nos permite tener esta visión de nuestro futuro, pero si tenemos la capacidad y el privilegio que en nuestro presente este Dios, por lo tanto no nos angustiemos porque su respuesta aun no llega.

No olvidemos que a su tiempo todo ocurrirá, Dios nos dará la respuesta que estábamos esperando y Dios también cumplirá su propósito de glorificarse en nuestra vida.

Demostrándoles a todos que solamente él es capaz de convertir algo IMPOSIBLE en algo POSIBLE. No movamos nuestra fe, Dios es nuestra única esperanza y solo en sus manos estamos seguros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario