viernes, 26 de julio de 2013

Jesús hace milagros también hoy









Arrojándose a los pies de Jesús le suplicaba que fuera a su casa, porque su única hija, de unos doce años, se estaba muriendo. Lucas 8:41-42 (NVI)

Dios, el hacedor de milagros; un milagro es un acontecimiento asombroso, realizado por Dios, que contradice todo lo que conocen los científicos y los médicos.

Los milagros son una demostración del asombroso poder que Dios tiene sobre todas las cosas. Mucha gente cree que los milagros sólo ocurrían en el tiempo de Jesús, de los apóstoles y de los grandes superhéroes de la fe. Pero no es cierto. Muchas personas que hoy creen en Jesús, hablan también de respuestas asombrosas que Dios les ha concedido en estos tiempos.

Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: ¡Señor, sálvanos, que perecemos! Él les dijo: ¿por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces, levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza (tranquilidad). Mateo 8:25-26

Lo más importante que Jesús pedía a la gente era que tuviera fe, esto es, que creyeran que Dios existe y que puede responder a quienes lo buscan. Pero Jesús nos dijo algo mejor todavía: Pídanle a Dios, en mi nombre, y él les responderá (Juan 16:23). Comienza a orar a Dios, en el nombre de Jesús, y él hará grandes cosas en tu vida.

Jesús quiere que nosotros tengamos fe en él, ahora bien ¿qué es fe? Es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, al entender la fe, debemos entender que la fe y la esperanza son cosas diferentes, pero que trabajan juntas para que podamos recibir de Dios, la fe se encuentra en el tiempo presente mientras que la esperanza en el futuro, cuando nosotros pedimos un milagro a Dios, o estamos necesitando ver un milagro en nuestras vidas no basta con solo decir que queremos un milagro en nuestra vida sino tener fe que ese milagro se hará, muchas veces quizás ese milagro demore mucho tiempo, no porque Dios no quiera dártelo o porque sea un Dios malo y que castigue, claro que no, es solo que la fe requiere un tiempo de espera, la fe requiere tiempo, ese tiempo es determinado por Dios, es por eso que no vemos cumplirse tan rápidamente los milagros que pedimos a Dios.

Nuestra fe debe ir creciendo cada día más, sería muy fácil pedirle a Dios que cumpla mi milagro y él de momento lo hiciera, pero debe de haber un tiempo de espera, porque Dios siempre busca el tiempo más adecuado para cumplir sus promesas.

¿Te imaginas si tuvieras que grabar un disco en este momento sin saber cómo se realiza un proyecto de este tipo? Vez, no se puede, porque necesitas una preparación antes de iniciar un proyecto, así lo hace Dios, para darte lo que tú pides, requiere de un proceso primero, como un padre a su hijo le pide buenas calificaciones primero antes de darle lo que el hijo pide y por supuesto si lo que el hijo quiere es algo que le servirá porque Dios como buen padre no nos dará algo que no nos servirá.

La biblia dice que sin FE es imposible agradar a Dios, es por eso que nosotros actuamos por fe, la fe también es un fruto, un fruto que nosotros debemos cosechar día con día en una relación muy íntima con nuestro Padre Celestial, el crecer en decisiones para permanecer fieles y firmes a Dios, es crecer en fe.

¿Qué tiene que ver la fe con un milagro? Mucho, porque para ver un milagro debes tener fe en que eso que tanto deseas y anhelas en tu corazón se cumplirá aunque parezca algo imposible, la fe juega un papel muy importante con ver un milagro, Jesús hizo muchos milagros en su tiempo, sanó a aquella mujer con tan solo tocar su manto, fue por su fe, su fe era tanta, una fe exagerada que hizo el milagro en la vida de aquella mujer.

Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.  Juan 11:44

Jesús hizo grandes milagros como resucitar a un hombre que hacía cuatro días había muerto, es un milagro asombroso, sano a leprosos, cojos, ciegos, sordomudos, Jesús hizo grandes y asombrosos milagros ¿porqué no hacerlo con nosotros? 

Dios tiene algo mejor que una máquina contestadora o la internet, Él te atiende personalmente y a toda hora.

Una de las demostraciones más asombrosas de Dios es que él puede oír las oraciones de millones de personas y responderlas sin faltar ninguna de ellas. ¿Quién no puede confiar en un Dios así? Él te ama y está muy pendiente de suplir necesidades. 

¡Jesús quiere hacer cosas asombrosas en tu vida!

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