El infierno No puede apagar la luz

Hijo de Altura

Argentina/Buenos Aires

En él estaba la vida, y la vida era la luz de la humanidad. Esta luz resplandece en las tinieblas, y las tinieblas no han podido extinguirla. (Juan 1:4,5)

Cuando las cosas a tú alrededor se oscurezcan y sientas que el diablo está a punto de dominarte, recuerda esto: ¡Tú tienes la luz del mundo, y por más que traten, todas las fuerzas del infierno no podrán apagarla!

Aunque estés en tu punto más débil, aunque sientas que la luz en tu interior es pequeña, las tinieblas del enemigo no podrán contigo. 

Déjame mostrarte lo que quiero decirte; imagínate por un momento que tu estas en un gran auditorio que no tiene ventanas o puertas para dejar que la luz de afuera entre. El lugar es tan oscuro que no puedes ver nada, ni siquiera tu mano frente a tu cara, ¡No hay nada a tú alrededor, sino completa oscuridad! Ahora, imagínate una pequeña luciérnaga volando alrededor de ese auditorio. Todos fijan sus ojos en ella, por más pequeña que sea su luz, en comparación con la gran oscuridad que te rodea, tu podrás verla, esa densa oscuridad no podrá hacer nada para apagar ese insecto. Dondequiera que vuele, la oscuridad tendría que ceder. Siempre sería disipada por la luz. 

Cuando las circunstancias a tu alrededor comiencen a oscurecerse y tú seas tentado a desesperarte, piensa en esa luciérnaga; medita en el hecho de que Jesucristo, la luz del mundo, está contigo.

Cuando la revelación de eso te impacte, jamás permitirás que la oscuridad te acorrale de nuevo. Tú comenzaras a perseguirla, ¡venciéndola con su luz!

 No conocer a Dios es como vivir en la oscuridad, y antes ustedes vivían así, pues no lo conocían. Pero ahora ya lo conocen, y han pasado a la luz; vivan entonces como corresponde a quienes conocen a Dios,  pues su Espíritu nos hace actuar con bondad, justicia y verdad. Traten de hacer lo que le agrada a Dios. No se hagan cómplices de los que no conocen a Dios; al contrario, háganles ver su error, pues sus hechos no aprovechan de nada. ¡La verdad es que da vergüenza hablar de lo que ellos hacen a escondidas!  Cuando la luz brilla, todo queda al descubierto y puede verse cómo es en realidad.  Por eso alguien ha escrito: ¡Despiértate, tú que duermes! Levántate de entre los muertos, y Cristo te alumbrará. Tengan cuidado de cómo se comportan. Vivan como gente que piensa lo que hace, y no como tontos. Aprovechen cada oportunidad que tengan de hacer el bien, porque estamos viviendo tiempos muy malos. (Efesios 5:8-16)

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