Un corazón Quebrantado

 “Y sucedió un día, al caer la tarde, que se levanto David de su lecho y se paseaba por el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer que se estaba bañando, la cual era muy hermosa. Envió David a preguntar por aquella mujer, y le dijeron: aquella es Betsabé, hija de Eliam, mujer de Urías heteo. Y envió David mensajeros, y la tomó; y vino a él, y él durmió con ella, luego ella se purifico de su inmundicia y se volvió a su casa.” (2 Samuel 11:2/4)

¿Quién no ha leído la historia de David cuando toma a Betsabé por mujer y mata al marido de esta?

Creo que es una historia en la Biblia que todos hemos leído, quizás todos nos enfocamos en el hecho que el Rey David  cegado por el deseo Mata a Urías heteo y Betsabé queda en cinta, de tal forma que el hecho cometido por David tuvo consecuencias muy duras para el mismo.

David tuvo la oportunidad de elegir que hacer, tenia voluntad propia sin embargo el deseo llego a su vida, era humano el errar ya estaba en él. Muchos se preguntan cómo es que David, un asesino pudo llegar a ser un hombre conforme al corazón de Dios; pues es sencillo, lo fue porque en el contexto en el que David se encontraba, eran adoradores de muchos dioses, pero David decidió entregarse por completo a Yahveh.

Te relato lo anterior pues mi enfoque de hoy es el arrepentimiento de un corazón quebrantado como se encontraba David.

David tenía una característica, en cuanto pecaba se arrepentía no solo de palabras sino de hechos y con todo su corazón; esto es lo que agrada a Dios, un corazón que reconozca con franqueza y humildad su condición.

“Entonces David dijo a Natan: peque contra Jehová. Y Natan dijo a David: también Jehová a remitido tu pecado; no morirás. Entonces David rogo a Dios por el niño; y ayuno David, y entro y paso la noche acostado en tierra” (2 Samuel 12:13/15)

Pero al arrepentirse no cesaron las consecuencias de sus actos, lo que provoco que el niño que tuvieron con Betsabé muriera.

La muerte, el dolor, la culpa, el arrepentimiento surgieron en el corazón del rey, esto provoco en él un quebrantamiento; un proceso que causo dolor a terceros.

Muchas veces nuestras malas decisiones traerán quebrantamientos y procesos que se darán conforme a los actos, consecuencias de las cuales vamos a aprender grandes lecciones. Hay un dicho que dice que el sabio aprende de experiencias ajenas, esto es tan difícil de practicar pues muchas veces pensamos que tenemos control absoluto de las diversas situaciones.

Debemos de pensar antes de actuar, pensar si lo que vamos a hacer  va a producir quebrantamiento en nosotros, pensar si nuestras decisiones de hoy tendrán consecuencias negativas en el mañana; es increíble cuanta gente resentida hay hoy en día con respecto a la “Religión” o mejor dicho: ¡Gente resentida con Dios!

Tenemos que entender que Dios nos dio libre albedrio, opciones para escoger, libertad para tomar decisiones; No todo lo que pasa es porque Dios así lo quizo, sino que nuestras propias decisiones nos han llevado a procesos y desiertos que nos han conducido al quebrantamiento. Tenemos que ser Sabios al tomar decisiones, tenemos que procurar estar en la voluntad de Dios  y no arrebatarnos a tomar decisiones que lamentemos en el futuro.

¿Y si ya estamos en un Quebrantamiento? 

“Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad” (Juan 1:9)

Busquemos desesperadamente refugiarnos en la presencia de Dios; busquémosle en intimidad, pues solo de Dios proviene la paz que necesitamos; pues un corazón arrepentido no rechazará jamás. 

El quebrantamiento produce perfeccionamiento, todo cristianos de una u otra manera posee un corazón que está siendo perfeccionado, ya sea porque nuestras malas decisiones o porque Dios está trabajando para producir en nosotros un cada vez peso de Gloria.

Un corazón quebrantado es un corazón humillado ante la presencia de Dios.

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