domingo, 30 de enero de 2011

De corazón Salvaje



Bienaventurados tus hombres, y dichosos estos siervos tuyos que están siempre delante de ti, y oyen tu sabiduría. 2 Crónicas 9:7 (RVR60)


Debe ser fundamental que hombres y mujeres entendamos nuestras diferencias.
Las mujeres: tienden a tomar cuidado de los detalles, de lo bello, de las relaciones.
Lo hombres: tendemos a inclinarnos por lo práctico, lo mecánico, la obtención de resultados. Por supuesto que estas son tendencias, pero al observarnos unos a otros es notable lo marcadas que son. El hombre nació para lo salvaje. A los hombres nos atrae la conquista, desde niños nos causa gracia la violencia, nos seduce la aventura y nos enciende el heroísmo. Las mujeres suelen soñar con ser rescatadas de la torre de un castillo. Los hombres con rescatarlas. Eva fue creada en el huerto del Edén, pero Adán fue creado antes de que hubiese huerto.

Jonh Eldredge en su libro Salvaje de corazón (Caribe, 2003), escribe que : << En el corazón de todo hombre hay un anhelo desesperado por una batalla que pelear, una aventura que vivir y una bella que rescatar>>, y cuando miro mi infancia y la de mis amigos puedo notar que es cierto.

Nos gustan los deportes en el barro, salir golpeados y sentirnos poderosos, y lo mejor de todo es que Dios nos diseñó así. En la sociedad de hoy el hombre esta perdiendo su masculinidad, y eso es triste para todos. Es una lástima para las mujeres porque ya no encuentran quién las rescate y es una pena para los hombres porque algo de sus anhelos más profundos se apaga. Thomas A Kempin escribió: <<Si nos esforzamos, como hombres de valor, para estar firmes en la lucha, seguramente sentiremos la ayuda favorable del Dios del cielo. Porque él , que nos ha dado la ocasión de luchar y nos puede dar la  victoria final, está listo para socorrer a aquellos que batallan valientemente y confían en su gracia>>. Pero si no estamos en la lucha, si nos terminamos alejando de las aventuras y no perseguimos una causa loable por la que pelear, de a poco iremos desconociendo el favor de Dios.

Mujeres: ¿Qué espero de un hombre? ¿Cómo puedo ayudar a mis amigos varones a desarrollar su lado salvaje?

Hombres: ¿Qué anhelos de mi infancia sigo persiguiendo? ¿Cómo puedo desarrollar mi masculinidad de una manera santa y positiva?

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