lunes, 10 de enero de 2011

Consagrados como Pablo




A fin de conocer a Cristo, experimentar el poder que se manifestó en su resurrección, participar en sus sufrimientos y llegar a ser semejantes a él en su muerte. Filipenses 3:10 NVI


Si hubo alguien que supo lo que era consagrarse completamente a Dios fue el loco de Pablo. A veces nos olvidamos que antes de convertirse en lo que llegó a ser, <<San Pablo>> fue un asesino de cristianos. Su trabajo era acusar falsamente a las familias cristianas y arrastrar a hombres y mujeres hacia la cárcel y la muerte. Los cristianos le tenían pánico. Pero Pablo, que es ese momento todavía se llamaba Saulo, tuvo un encuentro con Jesús y desde ese día comenzó a transitar el camino de una vida de CONSAGRACIÓN.

Se transformó en un verdadero rebelde, pero ahora con una causa SANTA que lo consumía. Por eso Pablo podía decir con emoción: ¡Todo lo puedo en Cristo que me fortalece! Eso era real para él, porque le había entregado TODO a su Señor. En la carta que envió a los Filipenses, escribió lo que, a mi entender, es una oración más importante, y considero que debería ser la nuestra hoy. Allí Pablo dice que tiene cuatro metas por las que entrega la vida:

1.    Conocer a Jesucristo.
2.    Experimentar el poder de su resurrección.
3.    Participar en sus sufrimientos.
4.    Ser semejantes a él en su muerte.

Cuatro objetivos que yo también quisiera alcanzar. Conocer a Cristo nunca tiene fin. Experimentar su poder, siempre quiero más. Participar de sus padecimientos, es difícil pero puedo hacerlo sufriendo con los que sufren. Ser semejante a él en su muerte es darlo todo.


 Preguntas: ¿Por qué Pablo anhelaba esas cuatro cosas?
                 ¿De qué manera yo sería diferente si alcanzara esos anhelos en mi vida?


¡¡Bendiciones!!

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