lunes, 9 de septiembre de 2013

En las arenas de la crítica









¿Alguna vez has sido criticado, difamado o hasta censurado por el ministerio que llevas adelante? La mayoría de los líderes hemos sido víctimas de esto alguna vez, incluso a manos de personas que son hermanos en la fe.

Moisés podría encontrar rápido la respuesta a esta pregunta. Él sabría contarnos cómo sería vivir llevando el peso de miles de personas a las que amas y deseas llevar a un lugar seguro. Solo para escuchar palabras en contra tuya y de lo que haces: “y le dijeron a Moisés: — ¿Por qué nos trajiste aquí a morir en el desierto? ¿Acaso no había suficientes tumbas para nosotros en Egipto? ¿Qué nos has hecho? ¿Por qué nos obligaste a salir de Egipto?” (Éxodo 14:11)

El liderazgo se traduce en influencia y Moisés estaba en una posición un tanto incómoda, ya que no siempre desarrollar esa influencia fue un proceso simple, se supone que cierta exposición al relacionarse con otros y servirles desde posiciones de autoridad, lo cual lleva a estar en la retina de muchas personas que no siempre compartirán nuestra filosofía de vida y ministerio.

Siempre vamos a estar expuestos a que otros digan cosas acerca de nosotros. El asunto no es si seremos criticados o no, sino cómo manejaremos estas situaciones y si ellas se volverán lazos a nuestros pies para hacernos caer o se convertirán en catapultas que nos permitirán crecer.

El camino para crecer no suele ser el que más nos gusta, evaluar lo que dicen acerca de nosotros, no es tarea fácil. Tendremos que encontrar las luces en medio de las sombras de las críticas destructivas con el fin de poder servir mejor, aun a nuestros detractores.

Otro punto importante que cabe recalcar es tener en cuenta cuando estamos siendo el blanco de las críticas dañinas y hemos sido ofendidos, se menciona en Hebreos 12:14-15. Este pasaje nos habla de que debemos perdonar a los que nos ofenden y que tal cosa no constituye una opción, pues si no lo hacemos, por un lado cargaremos con rencores que ahogarán lentamente nuestra comunión diaria con Dios, mientras que por el otro lado afectara al cuerpo de Cristo, ya que tarde o temprano esos rencores saldrán a la luz y afectarán a muchos.

Por último recuerda que liderar no es fácil y resulta inevitable ser criticado de las peores formas, pero que siempre el siguiente paso será perdonar a los que nos ofenden y crecer.

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