“Estén alerta y oren para que no caigan en
tentación. El espíritu está dispuesto, pero el cuerpo es débil”. (Mateo 26:41)
Día a
día tenemos batallas, día a día luchamos por no caer en la tentación. A cada
momento nuestra vida es una constante lucha. No hay momento en el que no
debamos de tomar una decisión. En todo debemos estar enteramente preparados
para ir a la batalla y saber qué hacer.
Pero
eso sólo se logra con una comunión más fuerte y más grande con nuestro Dios.
A cada
momento, a cada segundo debes estar siempre en oración, debes estar siempre
conectado con Dios, no te debes alejar de Él, no puedes dejar de orar, ni
puedes dejar de leer tu Biblia. Si dejas de lado tu comunión con Dios, tu
cuerpo será débil y caerás en la batalla.
Vamos,
no te rindas, ora, ora, ora y ora. Si
sientes que aún estás débil, pues ora aún más. No puedes descuidar tu oración.
La oración es la conexión directa con Dios, es la plática directa con nuestro
Padre, es por ello que no podemos dejar de orar.
La
Biblia habla muchas veces que no debemos dejar de orar, habla que no debemos
dejar de lado nuestra comunión. De igual manera, habla que la palabra de Dios
nos prepara para toda la batalla, nos prepara para darnos sabiduría,
entendimiento, fortaleza, ánimos, etc. Pero, si dejamos de leer la Biblia, no
tendremos el entendimiento que orando es como saldremos de la tentación y
triunfaremos en la batalla.
“Velad y orad para
que no entréis en tentación; el espíritu está dispuesto, pero la carne es
débil.” (Marcos 14:38)
“Orad sin cesar.”
(1 Tesalonicenses 5:17)
“Con toda oración y
súplica orad en todo tiempo en el Espíritu, y así, velad con toda perseverancia
y súplica por todos los santos.” (Efesios
6:18)
“Y cuando estéis
orando, perdonad si tenéis algo contra alguien, para que también vuestro Padre
que está en los cielos os perdone vuestras transgresiones.” (Marcos 11:25)
“Y se apartó de ellos
como a un tiro de piedra, y poniéndose de rodillas, oraba.” (Lucas 22:41)
“Abraham oró a Dios,
y Dios sanó a Abimelec, a su mujer y a sus siervas; y tuvieron hijos.” (Génesis 20:17)
“Y oyó el SEÑOR a Ezequías y sanó al pueblo.” (2 Crónicas 30:20)
Así te puedo seguir citando textos, pero debes tú ir a leer
la Biblia y entender qué es la oración, por qué oramos, a quién debemos orar,
cómo debemos orar.
Lo que sí te puedo decir en este momento, es que: debes orar para estar preparado para la
batalla. No puedes dejar de orar, porque si dejas de orar, te debilitas y
tus fuerzas caen.
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