He
aquí se cumplieron las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que
salgan a la luz, yo os las haré notorias. (Isaías 42:9)
El mundo está en caos, hay turbulencia, está
sufriendo cambios. Al igual, la vida del hombre puede ser transformada por Dios
y Él que es bueno quiere darte lo mejor para tu vida si tú necesitas un cambio
hoy.
Él quiere hacerte un odre nuevo. “Y nadie echa vino nuevo en odres viejos; de
otra manera, el vino nuevo rompe los odres, y el vino se derrama, y los odres
se pierden; pero el vino nuevo en odres nuevos se ha de echar.” (Marcos
2:22)
En la antigüedad, el vino era fermentado en
“Odres” para llevarlo a su mejor punto de fermentación, pero era necesario para
este proceso contar con “Odres nuevos” (recipientes de cuero nuevo tratados).
Ya que estos se podían someter a un proceso que los llevaría a ser flexibles y
expandirse, característica necesaria para almacenar vino nuevo.
A medida que pasaba el tiempo, estos odres
se podían endurecer y perdían su elasticidad,
por lo tanto, cuando llegaban a ser demasiado rígidos se rompían, perdiéndose
así su contenido. Es un hecho que Jesús va hacer como hizo en el tiempo antiguo,
Él va levantar una nueva generación de
vino nuevo que herede la tierra.
Una generación con mentalidad diferente, que
obedezca; la generación vieja no pudo heredar y murió. Este día te digo cómo
convertirte en un odre nuevo:
PASO
NÚMERO UNO: El cuero era sumergido en agua.
“La palabra de Dios” es “El Agua”. Por lo
tanto, nuestro paso primordial para prepararnos como odres nuevos es
sumergirnos en Su palabra, es tomar la decisión de llenarnos del conocimiento
de Dios. Solamente la palabra nos puede transformar.
PASO
NÚMERO DOS: El cuero era llenado de piedras.
Dichas piedras se agitaban de manera
“fuerte” para así quitar las vellosidades internas del cuero y toda impureza
que pudiera amargar el vino. Cuando estas impurezas se desprendían, se llenaban
nuevamente de agua para sacar totalmente todo lo que era desecho.
Para ser odres nuevos, muchas veces pasamos
por procesos duros y dolorosos que son necesarios para sacar todas aquellas
cosas que nos impiden tener la presencia de Dios en nuestras vidas, que nos
impiden tener una mente abierta y flexible. Que nos impiden visualizar mejor un
futuro, que nos impiden expandir nuestras expectativas y ser limpios de corazón
para recibir las bendiciones de Dios.
PASO
NÚMERO TRES: El odre era lleno de aceite.
El curtidor, con las manos llenas de
“Aceite”, manipulaba el odre completamente hasta conseguir finalmente su
flexibilidad y maleabilidad, y lograr su nueva forma. El aceite es representado
por la “Unción y presencia del Espíritu Santo”.
Cuando hemos pasado por procesos fuertes y
superamos el dolor, cuando nuestro carácter ha sido tratado y formado, la
suavidad del Espíritu Santo nos cubre, nos protege, hasta lograr ese resultado
necesario para recibir el vino nuevo. De esta manera podemos tener un corazón
listo para recibir las bendiciones de Dios.
No podemos vivir una vida abundante si no
renovamos nuestra mente por la Palabra de Dios, no podemos tener un corazón
sano y llegar a ser flexibles si no somos tratados en los momentos difíciles
saliendo victoriosos, no podemos llegar a la expansión necesaria si no somos
cubiertos por el poder del Espíritu Santo.
No podemos experimentar nuestra visión del
futuro si tenemos actitudes y maneras de pensar rígidas, no podemos recibir
bendiciones nuevas si no somos odres nuevos.
Dios anda buscando una nueva generación de
hombres y mujeres que estén dispuestos a cambiar sus vidas y después cambiar la
vida de los demás. ¿Estás dispuesto a cambiar tu vida y después cambiar la vida
de los demás? ¿Estás dispuesto a formar parte de esta nueva generación de VINO
NUEVO?
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