domingo, 20 de mayo de 2012

Siendo el prójimo


A los que buscan la paz entre las personas, Dios los premiará dándoles paz y justicia. (Santiago 3:18)

Hoy en este devocional, no quiero hablar tanto de ti, sino hablar de quienes te rodean. ¿Has pensado en que los demás tienen sueños y anhelos como tú? ¿Has pensado que quizás a veces necesitan un abrazo y una palabra de aliento, como tú?

Como humanos, nos preocupamos más por nosotros mismos que por los demás, pero debemos recordar y hoy quiero recordarles, que la Biblia nos enseña a preocuparnos por los demás. Claro que es importante enfocarse en nuestra relación con Dios, pero también es importante mantener relaciones sanas con las personas.

El versículo de allí arriba dice que, si buscamos la paz, recibimos paz. Si a veces nos encontramos atormentados, ¿será porque no estamos mirando a nuestro alrededor? Quizás alguien tiene una palabra de aliento para ti, o tú para esa persona. La paz entre las personas, es demostrar el amor de Dios.

Esto no es sencillo de conseguir, ya que siempre habrá contiendas, envidias, celos, chismes; pero si tienes al Espíritu Santo en tu corazón, hay algo que cada vez que haces algo malo a alguien te dice “pídele perdón, busca la paz, deja el orgullo, restaura la relación”.

Demostrar interés en los demás, demuestra que somos verdaderos cristianos

Santiago 3:17 nos da más en detalle el comportamiento de un verdadero cristiano: “En cambio, los que tienen la sabiduría que viene de Dios, no hacen lo malo; al contrario, buscan la paz, son obedientes y amables con los demás, se compadecen de los que sufren, y siempre hacen lo bueno; tratan a todos de la misma manera, y son verdaderos cristianos.”

Si en verdad conocemos a Dios, sabemos que debemos cuidar a nuestros hermanos. Debemos dar aliento y ánimo cuando es necesario, quizás debemos callar y sólo escucharlos, o tal vez debemos corregirlos y ganarnos su enojo momentáneo.

“Hijos míos, no debemos limitarnos a decir que amamos, sino que debemos demostrarlo por medio de lo que hacemos.” (1 Juan 3:18)

Seremos recompensados por Dios y por los demás

En Hebreos 6:10 también es claro el mensaje: “Dios es justo, y nunca olvidará lo que ustedes han hecho, y siguen haciendo, para ayudar a su pueblo elegido. De esa manera, ustedes también demuestran que aman a Dios.” Dios no olvida lo que hacemos por los demás. Él toma nota de cada acción de compasión que tenemos hacia los demás. ¿Por qué? Porque es la forma más visible de demostrar que amamos a Dios.

Lo más bonito de todo, es que cuando demostramos amor, recibimos tarde o temprano, amor. Cuando tú estás ayudando a alguien o interesándote por alguien sin ningún interés, estás automáticamente abriendo cielos a tu vida. Porque no sólo la persona te devolverá cariño, sino que el Dios del universo recompensará al hijo que cuida de sus hermanos.

Si debemos ayudar, ayudemos hoy, no mañana

“Si alguno está alegre, alégrense con él; si alguno está triste, acompáñenlo en su tristeza.” (Romanos 12:15) “No te niegues a hacer un favor, siempre que puedas hacerlo. Nunca digas: ‘Te ayudaré mañana’, cuando puedas ayudar hoy.” (Proverbios 3:27-28) ¿Cuántas veces negamos nuestra ayuda a los demás, y cuántas veces la damos?

No te sientas mal si te estás dando cuenta que has fallado. Todos le hemos fallado a alguien, pero antes que todo a Dios. Jesús nos dijo “ámense los unos a los otros”. No es un amor humano, es un amor divino el que Cristo mencionaba. Es aquel que a pesar de que no conozcas al hermano que se sienta al lado tuyo en la iglesia, tengas el corazón suficiente para abrazarlo si ves que llora. Ese es Dios en medio de dos almas.

La paga de Dios es proporcional a lo que tú das

“Denles a otros lo necesario, y Dios les dará a ustedes lo que necesiten. En verdad, Dios les dará la misma medida que ustedes den a los demás.” (Lucas 6:38) Como dice cierta frase “si no te gusta lo que recibes, fíjate en lo que estás dando”. A veces debemos examinarnos para ver si en verdad estamos demostrando a los demás el amor de Dios, o nos estamos enfocando en nosotros mismos.

Pon todos estos puntos en oración a Dios. Pídele perdón si le has fallado, y ten más compasión por tu prójimo. Recuerda, no debes ser así sólo con los cristianos, tu familia y amigos no cristianos, necesitan del amor de Dios. Sólo demostrándoselos es que los acercarás al Señor. Recuerda que tú también eres el “prójimo” de alguien, lo que tú hagas, eso harán contigo.

Todos necesitamos una palabra de aliento, un oído, un hombro donde apoyarnos; sé tú especial para alguien. Que Dios te bendiga.

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