Sean
fuertes, y por ningún motivo dejen de confiar en él cuando estén sufriendo,
para que así puedan hacer lo que Dios quiere y reciban lo que él les ha
prometido. (Hebreos 10:36)
Poner
los ojos en la promesa y no en el problema, nos hará salir más rápido con la
solución.
Tu problema
no determina tu estado, deberías ser tú el que determina el estado de tu
problema. Si te pones a pensar, muchas veces hemos dejado que situaciones se
enseñoreen de nosotros y no nosotros enseñorearnos de ellas. Cuando Jesús en
Lucas 10:19 nos dice “Yo les he dado poder para que ni las serpientes ni los
escorpiones les hagan daño, y para que derroten a Satanás, su enemigo.” Lo está
declarando. Nos ha dado poder en Su nombre, y aún así muchas veces dejamos que
las situaciones nos ganen.
En la
Biblia una de las comparaciones que se nos hacen a los humanos, es con las
águilas. Las águilas son aves rápidas, que vuelan a muy grandes alturas y se
alimentan desde lo alto, descendiendo a gran velocidad sobre su presa. Cuando
un águila tiene un ala dañada, no puede volar. Y como no puede volar, no puede
cazar. Y como no caza, muere por no poder alimentarse.
Nosotros
los humanos hemos sido creados para volar alto. Hemos sido creados a imagen y
semejanza de Dios para ser vencedores y anunciar por sobre todo el Amor de
Dios. Pero ¿Cómo hacerlo si estamos lastimados? Es allí cuando somos como un
águila herida, Dios creó al águila para volar alto y cazar para vivir. A
nosotros nos creó para ser felices cumpliendo Su propósito, pero heridos, no
podemos hacer lo que Dios quiere.
¿Cuál es la
solución al dolor? Simplemente Dios. Dios lo es todo. Nosotros debemos aprender
a poner más los ojos en las promesas que nos ha dejado el Señor en Su palabra,
y no en los problemas o pruebas que nos sobrevengan en la vida. Sólo Dios puede
sanar las heridas de una vez y para siempre, pero es tu decisión dejarlo.
Ayer daba
una consejería a una joven. Ella tenía la necesidad de volver a tener la pasión
que tenía por Dios. A medida que la plática avanzaba, me contó que ya no oraba,
no leía la Palabra, y asistía a la iglesia sin ganas. Mi respuesta fue: “Debes
tomar la decisión de dejar a Dios actuar en tu vida”. Y lo mismo te digo a ti.
¿Cómo
esperas que Dios te responda? Si no lees Su palabra. ¿Cómo quieres que Dios te
hable? Si no oras al menos una vez al día. ¿Cómo quieres que Dios te sane? Si
te encierras en tu dolor y sólo eres quejas. Ya no seamos cristianos mediocres,
hemos sido creados para volar alto.
Este no es
un devocional de motivación o de exhortación, sino que es Dios diciéndote
¡DÉJAME ACTUAR EN TU VIDA! Somos nosotros los que le ponemos el muro a Dios la
mayoría de las veces, no es Él. Sé fuerte, si hoy estás sufriendo, pon tus ojos
en las promesas de Dios y sólo así descubrirás qué es lo que Dios quiere que
hagas mientras atraviesas esta situación. Cuando encuentres el propósito de
Dios, Él te dará la solución y quitará todo dolor de tu vida.
Y si aún no
sabes cuáles son las promesas de Dios para tu situación, lee la Palabra, allí
están todas y cada una de sus promesas. Una de las más hermosas, para mí, es
que lo que sufres jamás será en vano. Sino que el Señor cada lágrima derramada,
la transformará en sonrisa. “Pues los
sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna
que vale muchísimo más que todo sufrimiento.” (2 Corintios 4:17)
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Me encanto! <3
ResponderEliminar¡Amén hermana! Una bendición leerte. ¡Dios te bendiga siempre!
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