“No quiero decir que ya haya logrado estas
cosas ni que ya haya alcanzado la perfección; pero sigo adelante a fin de hacer
mía esa perfección para la cual Cristo Jesús primeramente me hizo suyo. No, amados
hermanos, no lo he logrado, pero me concentro sólo en esto: olvido el
pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo
hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual
Dios nos llama por medio de Cristo Jesús”. (Filipenses 3:12-14)
Cuántas palabras de motivación escuchamos en
estos días. Este texto es muy conocido y muy citado por los cristianos. Pero, vivido
es muy poco.
No me refiero al hecho que no nos esforcemos, me
refiero al hecho de todo lo que este texto conlleva. Una de los puntos más
importante es la fe y luego le sigue la humildad.
El tener claro el objetivo hacia el lugar que
vamos es el primer paso para examinarnos si en realidad nuestras convicciones
están puestas en Jesús o no. Si nuestras convicciones están, enteramente, en
nuestras capacidades, debemos revisar si en realidad estamos dependiendo de lo
que Dios dice en Su palabra.
Pero para ser un poco más específico, este
versículo está hablando sobre la vida eterna, está hablando sobre la salvación.
Está hablando de vivir en santidad. Si bien es cierto, nosotros tenemos sueños,
metas y muchos anhelos; cosa que Dios no lo ve para nada mal. Dios todo lo ve
con ojos de agrado, pero cuando nosotros depositamos todos esos sueños, metas y
anhelos en Él.
El premio del cual habla el texto, es el tesoro
del reino de los cielos. No está hablando de títulos, ni medallas, ni ascensos
en el trabajo. Ojo, no digo que todo esto esté mal, no, al contrario, todo eso
debe servir para exaltar el nombre de nuestro Dios. A lo que me refiero es que
todo eso no nos debe enfermar la mente. Ya que nuestra meta principal es vivir
para la gloria de Dios.
Claro que debes luchar por tus sueños, pero más
debes luchar por vivir para la gloria de Dios. “¿No
sabéis que los que corren en el estadio, todos en verdad corren, pero sólo uno obtiene el premio? Corred
de tal modo que ganéis” (1 Corintios 9:24) Quiero recalcar que no estoy
diciendo que esté mal luchar por tus sueños, claro que no. Pero debes luchar
por tus sueños dejándolos en las manos de Dios. Él será el que a Su tiempo y
voluntad irá moldeando tus sueños.
Nuestra vida debe depender únicamente de Dios. Nuestra
mirada debe de estar puesta sólo en nuestro Señor Dios "Por tanto, sed vosotros perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto” (Mateo 5:48). No
perdamos la visión para lo que somos cristianos, somos cristianos para vivir
para gloria de Dios.
Estudia la Biblia, cree la Biblia y vive la Biblia. Dios te
bendiga.
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