Oídos atentos

Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; pero el hombre no entiende. (Job 33:14)

Hay momentos en los que necesitamos la respuesta de Dios ya sea para tomar una decisión, para realizar algo o porque necesitamos saber cuál es el propósito de Dios para ciertas circunstancia que pasamos.

Comenzamos a orar no solamente por la petición que queremos, sino también porque conozcamos su respuesta.

Pero muchas veces cuando oramos a Dios porque nosotros conozcamos su respuesta no estamos poniendo nuestros sentidos a su disposición para que su voluntad se nos sea revelada. Esto se da en muchas ocasiones porque no queremos recibir de parte de Dios una respuesta diferente.

Cerramos nuestros oídos a la voz de Dios, y solo nos dedicamos a estarle pidiendo por nuestra petición y no ponemos de nuestra parte por querer recibir su respuesta, o mejor dicho no queremos escuchar lo que Dios tiene para decirnos.

Nos importa más que Dios conteste nuestra petición a nuestro modo, es por esta razón que sentimos que ninguna respuesta llega y creemos que Dios no nos escucha o que simplemente no nos quiere responder.

Pero a través de este versículo podemos conocer que en efecto Dios siempre tiene una respuesta para cada suplica o petición que tengamos, el problema radica en que no queremos entender lo que Él nos está diciendo.

Cerramos nuestros oídos porque simplemente tenemos miedo a que la respuesta que recibamos sea la contraria a la que nosotros deseamos, en otra ocasiones no entendemos lo que Dios nos dice porque estamos tan afanados en lo que nosotros queremos que no prestamos atención a las repuestas de Dios.

Pero Dios nos recuerda que el tiene muchas formas de hablarnos, pero depende de nosotros el que estemos atentos a hacerlo.

No solo debemos pedir por nuestra petición, pidamos porque Dios nos de la sabiduría para entender su respuesta.

Que nos del entendimiento para discernir su voluntad y que si la respuesta que recibimos a nuestra petición es contraria a la que nosotros esperábamos, que de igual forma nos ayude a entender y aceptar cual sea su voluntad.

Que no nos de miedo el conocer las respuestas de Dios a nuestras peticiones, tengamos presente que independiente de la respuesta que recibamos de parte de Él. Dios siempre busca lo mejor para nosotros. Por lo tanto Él no nos va a dar una respuesta que nos pueda perjudicar al contrario de parte suya siempre vamos a recibir la mejor respuesta, la indicada, la idónea  para esa petición y por la situación en la que nos encontramos.

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