“Entonces Jesús dijo a sus discípulos:
Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. (Mateo
16:24)
Cada vez que escucho que nosotros le digamos a Dios que
le vamos a dar algo, para que el responda, la verdad me sangran los oídos.
¿Acaso nosotros podemos condicionar la voluntad soberana de Dios? ¿Acaso
nosotros podemos negociar con Dios? ¿Acaso nosotros somos los que decidimos qué
peticiones Dios responde? ¿Acaso nosotros decidimos cuándo Dios responde? Por
supuesto que NO.
Si alguno de nosotros, quiere seguir haciendo lo que
individualmente parece bien, ¿En realidad somos hijos de Dios? El texto que
acabamos de leer es muy claro, debemos negarnos a nosotros mismos. Debemos
negarnos a todo aquello que no glorifica a Dios, debemos negarnos a todo
aquello, que nosotros sabemos, que Dios nos está pidiendo que dejemos.
Pero, muchas veces, se nos ha enseñado que nosotros en
nuestra boca tenemos poder para declarar y así va a suceder en nuestra vida lo
que pedimos. Cuando la Biblia enseña todo lo contrario 1ª Crónicas 29:11 “Tuya es, oh SEÑOR, la grandeza y el
poder y la gloria y la victoria y la majestad, en verdad, todo lo que hay en
los cielos y en la tierra; tuyo es el dominio, oh SEÑOR, y tú te exaltas como
soberano sobre todo”.
Debemos comenzar a estudiar la Biblia para la gloria de Dios y dejar de leerla
a nuestra conveniencia. Nosotros lo único que podemos hacer es humillarnos
delante de Dios y suplicar misericordia por nuestras peticiones. 2
Crónicas 20:6 “y
dijo: Oh SEÑOR, Dios de nuestros padres, ¿no eres tú Dios en los cielos? ¿Y no
gobiernas tú sobre todos los reinos de las naciones? En tu mano hay poder y
fortaleza y no hay quien pueda resistirte”.
Salmos 51:1 “Al Músico principal: Salmo de David, cuando
después que entró á Bath-sebah, vino á él Nathán el profeta. TEN piedad de mí,
oh Dios, conforme á tu misericordia: Conforme á la multitud de tus piedades
borra mis rebeliones”
Salmos
69:13 Pero yo elevo a ti mi oración, oh SEÑOR, en tiempo
propicio; oh Dios, en la grandeza de tu misericordia, respóndeme con tu verdad
salvadora.
Salmos
69:16 Respóndeme, oh SEÑOR, pues buena es tu
misericordia; vuélvete a mí, conforme a tu inmensa compasión.
Muchos decimos negarnos
a nosotros mismos, pero cuando estamos pasando por tribulación, comenzamos a
proferir palabras tan insensatas y pensamos que Dios nos responderá sólo porque
nosotros así “lo declaramos con nuestra boca”. Debemos entender que podemos
pasar un año entero “declarando” y si Dios NO quiere, Dios NO te responderá.
¿Acaso no hemos leído el
Padre nuestro? ¿Acaso no hemos estudiado la Biblia? Pero, lo más preocupante,
¿Acaso no han entendido que DIOS ES SOBERANO?
A Dios no le puede dar
órdenes nadie, A Dios no lo que se le pide es misericordia, estando humillados
delante de Él.
Dios te bendiga.
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