Acuérdate de tu Creador en los días de tu
juventud, antes que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales
digas: No tengo en ellos contentamiento;
Eclesiastés 12:1
Hay momentos en la vida en los que es difícil hablar con
Dios. Esos momentos en los que nos volvemos totalmente apáticos, insensibles para con Dios, casi siempre esos momentos
llegan cuando se puede decir que “No estamos en pruebas”, he escuchado algunas
personas que a veces dicen frases como: “ahorita no tengo necesidad de hablar
con Dios”, o “simplemente no me dan ganas, pues por el momento todo me va bien”.
Pero muchas veces parece que estamos en; “estado vegetal”,
No, nos movemos del cuadro o ladrillo de nuestra vida en el que estamos
parados. Escuchamos predicaciones que en
el momento nos tocan pero esa “emoción” parece que mas tarda en venir que en
irse.
Ya es tiempo que nos decidamos a vivir verdaderamente una vida plena en Jesús, y no solo dedicarnos
a nuestra vida olvidando a Dios, como dice Eclesiastés 12:1 debemos de
acordarnos de nuestro creador, pero no menciona el tiempo en el que lo debemos
hacer, por tanto debemos de acordarnos de él a cada momento.
Hay cosas que son necesarias que pasen en nuestras vidas, y
también hay cosas que son necesarias que nosotros hagamos, ahí se incluye el
hecho de buscar constantemente la presencia del Señor, acordémonos de él a cada
momento, pero que no solo quede ahí, sino que debemos de dedicarle el tiempo
que Dios se mereceré, no debemos de
tener solo una relación con él, sino que debemos de conocerlo más hasta llegar
a una verdadera comunión.
Recuerda:”La relación
es casi una obligación de todos los que oramos, pero la comunión es opcional”
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